Quizás tú también estás en esta posición. Te creías firme para lidiar con la tentación. Te apartaste del Señor, dejaste la lectura de la Palabra y la oración, y te enredaste en los lazos del diablo.
¿Y yo te pregunto: qué lugar tiene lo material en tu vida? Es cierto que debemos vivir de algo y buscar avanzar, pero ¿qué lugar ocupa el Señor? Debemos mirar más las cosas de arriba, las que tienen valor eterno.
Lo que el diablo busca en los hijos de Dios es que se asimilen al mundo, evitando que se diferencien. Busca que no tomemos en serio el pecado, y lamentablemente está teniendo éxito. Esto se refleja en la música, programas de televisión, películas, lugares que frecuentamos, amistades y modas que seguimos.
Aunque Giezi vio el compromiso de Eliseo y no tomó regalos para que conociera al verdadero Dios, él no se comprometió con la causa divina. Muchos cristianos también se encuentran en esta situación.
El relato de la cura y transformación del general sirio Naamán (2º Reyes 5) tiene varias enseñanzas: cómo Dios obra a través de lo débil, la importancia de la humildad y el amor a los enemigos. Un relato rico en ejemplos.
¿En qué se relacionan un profeta de Dios, una mujer rica y un sirviente que quiere ser rico? ¿Sabes de quiénes estamos hablando? Si no, escucha el programa y aprende.