Abordamos el tema del «suicidio»

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Hablamos con la Psicóloga Yeny Kerikian sobre el suicidio, un tema del que no se habla mucho pero que afecta a millones de personas cada año. Jenny nos cuenta sobre algunas de las causas del suicidio, como la desesperanza, la soledad y el desamparo. También nos da consejos en cuanto a cómo abordarlo y de qué manera podemos ayudar a alguien que está luchando con la depresión. Te invitamos a aprender más sobre esta problemática y sobre cómo podemos encontrar esperanza y vida abundante en Jesús.


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EA0989 – Entre Amigas –
Suicidio



Entrevista a Yeny Kerikian

Victoria: Queridas amigas, hemos llegado al momento de la entrevista y es un gusto compartir con ustedes y con la Psicóloga Yeny Kerikian nuevamente para hablar de un tema que es serio, recurrente, y que todos conocemos a alguien que ha pasado por alguna de estas situaciones, o que tiene un familiar que ha tenido intento de suicidio o pensamientos suicidas. Por eso le damos la bienvenida a Yeny Kerikian que nos va a estar informando un poco más acerca del suicidio. Muchas gracias, Jenny, por estar con nosotros.

Yeny: Hola, buen día, es un gusto poder compartir con la audiencia y contigo este tiempo.

Victoria: Yeny, ¿cómo se puede abordar el tema del suicidio?

Yeny: Primero que nada, estamos ante un tema que tratamos con muchísimo respeto porque estamos hablando de vidas humanas y de personas que optan por esta decisión. Algo que hay que entender bien es que quien opta por esta situación, por esta opción, no lo hace por quitarse en la vida en sí mismo, no lo hace por querer desaparecer, sino que lo hacer porque realmente lo que quiere es poder salir de esa tristeza profunda y de ese problema al que no le encuentra solución. En primera instancia invito a quienes nos están escuchando a que presten atención a este tema porque no escapa ninguna de nuestras realidades, está inmerso en todas las franjas etarias aunque sí hay una prevalencia en hombres de 30 a 50 años, pero aun así no escapa la realidad de cualquier persona, de cualquier familia, de cualquier comunidad.

Una de las cosas que debemos tener muy presentes es el hecho de poder hablar del tema. Silenciar el tema del suicidio no ha traído buenas repercusiones, no ha servido esta estrategia del silencio. Por eso, una de las cosas a las que invitamos, y por eso también está bueno tener la oportunidad de tratarlo aquí en la radio, esa a poder conversar del tema, poder exteriorizarlo, no dejarlo como un tema tabú del cual no se habla. Es realmente muy alarmante este tema, la OMS dice que en promedio una persona muere cada 40 segundos por suicidio, lo que es un porcentaje altísimo. Otro dato importante para poder compartir con la audiencia es que por cada muerte por suicidio se estiman 20 intentos. Qué atentos, entonces, que tenemos que estar a esto. Cuando sabemos o conocemos de algún familiar, de algún amigo, de algún compañero de trabajo, de alguien cercano a nosotros que intentó, hay que tenerlo en cuenta. Esto es un indicador para poder trabajar con esa persona.

Cuando nos referíamos, al principio del programa, a este tema de silenciar y de no hablar de ello, lo podemos unir con esto. Muchas veces conocemos a personas que han tenido intentos de autoeliminación e intentamos no comentárselo a nadie, no hablar del tema porque pensamos que así no le vuelve a surgir. Sin embargo es un grave error, porque si bien no es algo que haya que exponer públicamente para el conocimiento de los demás, sí hay que abordar el tema en forma seria, confidencial y responsable, porque de eso se trata, de poder ayudar a esta persona que tuvo un intento y que hoy o mañana pueda tal vez terminar en un suicidio.

Victoria: ¿Cómo hacemos, primero, para detectar que una persona puede tener pensamientos suicidas? Una vez que lo sabemos ¿Cómo lo abordamos con esta persona o con los familiares que se enfrentan a esta situación?

Yeny: El suicidio es el mayor peligro en la depresión, porque es cuando llega a su punto clímax, al punto máximo. Una depresión no curada, no tratada, puede llevar al suicidio. Por eso también está la importancia de ver a la depresión como un factor que puede ser sanado, como una enfermedad que se tiene que tomar en cuenta entendiendo que se pueden correr riesgos mayores. Pero no solamente hablamos de depresión cuando hablamos de una persona que puede llegar al suicidio. El suicidio puede llegar a tener muchísimas causas. En cada persona va a detonar algo distinto. Esto se debe a la particularidad que tiene cada ser humano, lo que hace que en cada uno se disparen determinadas cosas. Puede ser un problema laboral, puede ser un tema de pareja, un tema familiar, un duelo no bien tratado, es multicausal, se puede disparar por muchísimas razones.

Vamos a nombrar ahora algunas que considero que pueden ser las que engloban todo esto de lo que estamos hablando. Primero que nada, una de las causas de las que puede dispararse esta idea del suicidio, de quitarse la vida, es la desesperanza. Cuando hablamos de la desesperanza hablamos de la pérdida de la motivación, de esa esperanza de alcanzar sueños. Hablamos de la renuncia a toda posibilidad de que las cosas salgan bien o de que las cosas puedan ser posibles. Cuando hablamos de desesperanza hablamos de ese sinsentido que tiene nuestra vida. Una persona llena de negatividad, que no le encuentra motivo a su vida, que no le encuentra el sentido. Por eso la importancia de poder, cuando estamos aquí, en esta Tierra, definir el propósito de nuestras vidas, definir para qué fuimos llamados o llamadas, poder determinar la función que tenemos y poder entonces trabajar en base a eso. Cuando hablamos de la desesperanza no estamos hablando de que un día nos levantamos un poco desganados, o que no nos damos cuenta de para dónde tenemos que ir, sino que es algo que persiste y que empieza a instalarse en nuestra vida. Es un común denominador, no es que un día nos levantamos así, sino que es una desmotivación continua y permanente que queda cristalizada en nuestras vidas.

En contraposición con la esperanza, que como dijimos anteriormente puede ser uno de los factores que lleven al suicidio, encontramos a la esperanza, que es el estado en el cual uno realmente cree que lo que desea se va a poder cumplir. Esto puede ser según un sustento lógico o también en base a la fe. Uno considera, entonces, que a través de esa esperanza podremos alcanzar determinado logro. Una de las cosas de las cuales hablamos cuando tratamos con personas que tienen intentos de autoeliminación o que piensan en el suicidio, es que mientras hay vida, hay esperanza. Este es uno de los mensajes cruciales para transmitir: mientras hay vida, esperanza. Es importante preservar la vida para que podamos tener y mantener esa esperanza viva.

Victoria: Hablábamos entonces de la desesperanza como una de las causas fuertes de los pensamientos suicidas. ¿Qué otro origen puede tener?

Yeny: También podemos hablar de otro factor que puede incidir en el tema del suicidio y es la soledad. No hablamos de la soledad en el hecho de una persona que viva sola o que queda sola por determinado tiempo. Hablamos de esa soledad interior que la persona siente. Este mundo actual nos está llevando es a vivir cada vez más conectados por medio de las redes y por medio de la comunicación digital, pero también aporta en forma negativa a que uno esté cada vez más en soledad. Porque uno, a través de su casa y por medio de diferentes aparatos electrónicos, se puede comunicar con el mundo, pero eso no significa que esté en compañía.

Por eso la soledad interior es un problema tan grande. Es esa soledad que duele, que muchas veces en consulta uno lo escucha expresar de esa manera, como un dolor, que no tenemos con quién compartir, no tenemos el otro con quien empezar a generar ese vínculo, de sentir la mirada, el afecto, el calor de otra persona. Eso es lo que muchas veces también falta y que lleva a esta soledad en la que la persona se siente totalmente aislada, totalmente desprovista de todo afecto, de todo cariño, de todo aquello que hace entonces a la afectividad y que ayuda, sin lugar a dudas, en lo que tiene que ver con nuestro andar, con nuestro sentido de vida del que hablábamos anteriormente, con esta esperanza, con tal vez pensar en el otro, con vivir en función de lo que la otra persona necesita, no como algo enfermizo sino como algo que nos ayude a poder compartir.

La Biblia dice claramente que cuando Dios creó al hombre dijo que no era bueno que estuviera solo. Es por eso por lo que le hizo la ayuda idónea, y es ahí que se formó, entonces, esto de compartir. Así que cuando hablamos de la soledad la debemos tener en cuenta desde lo bíblico también, debemos tener en cuenta que no es bueno que el ser humano esté solo, no es buena la soledad. Tener tiempos de estar solos sí, pero la soledad no es buena porque cuando esta soledad se transforma en algo muy extremo puede pasar a ser una de las causas por las cuales las personas quieran quitarse la vida.

Hablábamos de desesperanza, hablábamos de la soledad, y vamos a hablar de un tercer componente que puede ser causal para el suicidio, y es el desamparo. Junto con la desesperanza, junto con la soledad, el desamparo es cuando la persona no recibe la ayuda o protección que necesita. Muchas veces nos referimos a este desamparo cuando vemos a los animales perdidos en la calle o sueltos, decimos “estaba desamparado”. Esta es una realidad que también vivimos los seres humanos cuando no recibimos esa ayuda o protección que necesitamos. Es por eso por lo que todo esto está tan ligado. El hecho de poder tener una motivación de vida, el hecho de poder estar acompañado, y el hecho de que esa compañía nos pueda otorgar la ayuda y la protección que estamos necesitando.

Cuando estas tres cosas, la desesperanza, la soledad y el desamparo se instalan en la vida de una persona, no significa que siempre lleve al suicidio, pero son los tres canales principales de los cuales podemos hablar como componentes que pueden llevar a alguien a quitarse la vida. Por eso, haciendo un resumen de lo que estuvimos hablando, es importante hablar del tema sin prejuicios porque la estrategia de no hablarlo no fue eficaz hasta ahora. Debemos poder hablar de este tema, poder transmitirlo. Sin en este momento alguna persona de las que está leyendo está pensando o está ideando alguna manera de autoeliminación, la invitamos a que pueda hablar del tema, a que pueda encontrar a una persona con la que pueda compartir de esto, y sin duda que eso puede ser un canal que ayude a salir de esta situación para así poder salvar su propia vida.

Quien piensa en suicidio no piensa en la muerte en sí, sino en terminar con el dolor que tanto le está afligiendo, con ese dolor que no puede controlar. Esto es algo que tenemos que entender y que nos lleva a mirar a las personas que tienen intentos o que piensan en el suicidio con compasión, con un sentir por la otra persona. No hay que mirar a la persona desde una posición de juzgarla, sino comprender que realmente no está pudiendo con este problema. Hay que poder tratarlo desde ese lugar, con compasión. No está queriendo lastimarse, lo que está queriendo hacer es salir de esa tristeza y de ese dolor tan profundo.

Recordemos también este mensaje, que me parece que es el mensaje que tendría que sobrepasar todo, que mientras hay vida, hay esperanza. Tengamos esto presente. Sin en este momento, en el momento en el que estás leyendo, esto por tu cabeza está pasando el hecho de quitarte la vida, pensá en esto: mientras tengas la vida, tenés esperanza de poder continuar. Con este mensaje me parece que podemos transmitir que hay otras formas de solucionar los problemas que tenemos por delante. Tal vez sean muchos y muy graves, tal vez sean la desesperanza, la soledad, el desamparo y otros los que están haciendo que estés pensando en no vivir más, pero te recordamos que en donde hay vida, hay esperanza. Jesús dijo en Juan 10:10 “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” y esa abundancia se puede encontrar, y se puede encontrar en Jesucristo. Si estás escuchando este programa y te sentís identificado con esto de lo que estamos hablando, te transmito que Jesús realmente es la esperanza. Si en algún momento podés acercarte a una comunidad de fe o a algún lugar en el que realmente te puedan ayudar en este tema, hablalo, compartilo con otro, y realmente espero que este programa te haya servido para que vos puedas encontrar esa salida del túnel oscuro por el cual estás transitando y que puedas encontrar esperanza en Jesús.

Victoria: Muchas gracias, Yeny, por esta reflexión, y por el acercamiento a una realidad que muchas veces queda por detrás del telón y que se afronta con cierto temor. Espero que quienes conocemos al Señor podamos animarnos a llevar la esperanza y a proyectar esperanza. A quienes no lo conocen, los animo a que puedan acercarse y que puedan así recibir realmente esa fuerza para todos los días. No es la resolución de todos los problemas, sino que es la promesa de una vida, y una vida eterna que va más allá de cualquier dificultad que podamos enfrentar aquí. Te damos muchas gracias, Yeny, y a ustedes, amigas, las invitamos a que continúen en la escucha del programa. ¡Hasta la próxima!

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