La noche está avanzada y se acerca el día (2ª parte)

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Autor: Norbert Lieth

La palabra de Dios nos relata un avance de las tinieblas de este mundo, pero nos da la esperanza de que el día se acerca. ¿Qué significan estos conceptos?, ¿qué debemos aguardar como hijos de Dios? y ¿a qué cosas debemos estar atentos?

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PE2723- Estudio Bíblico
La noche está avanzada y se acerca el día (2ª parte)

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Amigos, el pasaje central para esta serie de estudios es Romanos 13:10-14 en donde leemos “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.

¿Cómo reconocen los demás que somos seguidores del Señor Jesús? Por el amor más que cualquier otra cosa. Cuando Romanos 13 dice “la noche está avanzada”, se refiere en primer lugar a la noche de Israel. Ya hace más de dos mil años que Israel se encuentra en tinieblas, sin embargo, en la segunda venida de Jesucristo comenzará un nuevo día. Jesús es la estrella resplandeciente de la mañana y el Sol de justicia

El pasaje de Romanos 13 dice: “La noche está avanzada, y se acerca el día”. ¿A qué día se refiere? Podemos asegurar en este contexto que se trata del gran día de la segunda venida de Cristo. Pedro pensó también en ese día cuando escribió a los judíos en 2 Pedro 1:19: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”.

Se dice que Goethe exclamó en su lecho de muerte: “¡Más luz!”. Aunque sin duda poseía un espíritu iluminado y una brillante genialidad, carecía de la luz del Espíritu Santo. Mientras las tinieblas se vuelven más intensas, nuestro mundo clama también por más luz. ¡Podemos encontrarla en la Palabra viva de Dios, y en aquel cuya Palabra ha puesto en el centro de la salvación: Jesucristo!

Sin embargo, el arrebatamiento de los creyentes de entre los judíos y gentiles sucederá antes del día del Señor. Por esta razón, Pablo dice: “Ahora nuestra salvación está más cercana de cuando creímos”. El día que aceptamos al Señor por fe, nuestras almas son salvadas, pero en ese tiempo, en la inminente segunda venida del Señor Jesús, llegará el día en que seremos recibidos en el cielo y obtendremos la salvación del cuerpo: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora […]. La noche está avanzada, y se acerca el día”. Debemos comprender dónde estamos parados. ¡La noche está avanzada!

En la reprimenda que Jesús da en aquel tiempo a sus contemporáneos, en Mateo 16:2 y 3 hay también una enseñanza práctica para la actualidad: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el espacio del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”. Existe un ejemplo en el Antiguo Testamento, de personas que comprendían los tiempos de manera notable. Lo encontramos en 1 Crónicas 12:32: “De los hijos de Isacar […] [,] entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer”.

La iglesia vive en el día de salvación. Los cristianos son hijos de la luz y del día, pero contrario a esto, Israel y el resto del mundo viven en la noche, una oscuridad administrada, según Efesios 6:12 por principados, potestades y gobernadores de las tinieblas. Esos son los verdaderos líderes mundiales. 1 Juan 5:19 dice que el mundo entero está bajo el maligno. A pesar de esto, el malo no puede tocar a los hijos de Dios, pues la Iglesia será trasladada, como leemos en Colosenses 1:13, desde el reino de las tinieblas hacia el reino del Hijo.

Otro observó: “El mundo está pronto para el juicio, el mal para la cosecha, y la iglesia para el arrebatamiento”. Según Daniel 10:13 y 20, los Gobiernos nacionales e imperios mundiales son dominados por príncipes hostiles al reino de Dios. Es por eso que la iglesia se ve rodeada de tinieblas, a causa de que todavía vivimos en el mundo. Debemos comprender que vivimos en los últimos tiempos. Y ser muy conscientes de esto. Aumentan las tinieblas: la noche está muy avanzada. Pero también se acerca un nuevo día, el de la segunda venida de Jesucristo.

Pablo profetiza sobre los últimos tiempos. Él dice: “es ya hora”. Eso concuerda con las palabras del apóstol Juan, quien profetizó de manera similar en 1 Juan 2:18: “Hijitos, ya es el último tiempo […]”. Con la última hora se inicia la venida del Anticristo. Esta revelación profética del Espíritu Santo siempre fue actual, aunque faltaran siglos para que ocurriese. ¡Cuántos más motivos tenemos hoy para testificar de esta verdad!

Todas las áreas de nuestro mundo se han oscurecido a lo sumo: la moral, la ética, la política, las relaciones internacionales, Israel, la religión, la economía, el ecologismo, en donde la creación es endiosada, como leemos en Romanos 1:23, 25. Puede que experimentemos un colapso económico. En lo que refiere a la tecnología, el camino hacia el control total se recorre a toda velocidad. El mar de naciones está alborotado, las olas se levantan por encima de todos los continentes.

La humanidad vive realmente en la oscuridad y no es capaz de diferenciar la luz de las tinieblas. Camina a tientas, está desorientada, corre en un caos ciego, confundida, tropezando unos con otros. Las normas son echadas por tierra, tropieza, porque no tiene en qué sostenerse, no hay directrices, la gente está sin rumbo y sin salvación. Esto no es diferente dentro de las iglesias. William Booth, fundador del Ejército de Salvación, dijo una vez: “Estoy convencido que los principales peligros que confronta el nuevo siglo serán religión sin el Espíritu Santo, cristianismo sin Cristo, perdón sin arrepentimiento, salvación sin regeneración, política sin Dios, y el cielo sin el infierno”.

El teólogo Bodo Becker analiza con la Palabra de Dios cuánto ha avanzado ya la noche, la apostasía, una señal del inminente fin. Lo vemos, como previó el Apostol Pablo en 2Timoteo 3:4 a través del rechazo a Dios y su poder, como leemos en 1 Juan 2:18 a la verdad de Cristo como Hijo de Dios y finalmente, como se abarca en 2 Pedro 2:1 la oposición al poder de Jesucristo. Lo podemos observar también por el creciente rechazo a: a la segunda venida de Jesús, en especial a la fe, a la Biblia y su doctrina, ni que hablar a una vida de santificación. Oposición a la piedad, a la moral cristiana, a la verdadera comunión, muy especialmente al temor de Dios, a la humildad y dependencia de Dios y a la autoridad divina.

Se hace evidente también en la creciente inmoralidad que podemos observar. En, como dice 2 Timoteo 4:4, la preferencia en oír fábulas y mitos, antes que la Palabra de Dios. En la aparición de falsos maestros. Y en la cada vez más aceptada irreverencia y el escarnio. Parece que hemos caído en los grandes errores que Pablo menciona en 2 Tesalonicenses 2:11. Es por eso que debemos hacer lo que es esencial. Porque conocemos el tiempo, que es ya hora:

Primero, levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos.
Segundo: Desechar, las obras de las tinieblas y
Tercero: vestirnos de las armas de la luz.
Cuarto: Andar como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,
Quinto: vestidos del Señor Jesucristo, y
Sexto y Último: no proveer para los deseos de la carne”.