¡En tu nombre! (1ª parte)
9 julio, 2022Confianza en sí mismo y autonomía
12 julio, 2022Autor: Norbert Lieth
Te animo a que actúes en tu vida, que te animes con una firme determinación a tomar las redes de la Palabra de Dios y ser pescador de hombres. Afiánzate en la comunión con nuestro Dios, aférrate en Jesús que es nuestro autor y consumador de nuestra fe.
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PE2818- Estudio Bíblico
¡En tu nombre! (2ª parte)
Estimados amigos y amigas, como lo habíamos anunciado estamos para compartir en los siguientes minutos la segunda parte de la meditación bíblica que titulé: «En tu nombre». El estudio se basa en el acontecimiento que leemos en Lucas capítulo 5, versículos 1 al 6 y 10. Para actuar “en nombre de alguien” hemos visto que es necesario tener una carga y ser un herramienta dispuesta.
¿Tienes presente que siempre existe una oportunidad para hablar del evangelio? ¡Cuántas oportunidades se nos presentan, en tan sólo un día, para alcanzar a otras personas con el Evangelio de Jesús! Hemos hablado que puede ser a través del reparto de folletos, de una visita, durante un encuentro en la calle, en el ómnibus, la charla casi cotidiana con nuestros vecinos, etc. La Biblia nos dice en el Salmo 23 que el Señor por amor de Su nombre nos guía por sendas de justicia.
Tenemos que Alejarnos de lo cotidiano para acercarnos a lo principal
En Lucas 5:2-3 leemos “Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud”. Estas personas, seguramente en su mayoría hombres – pescadores – estaban ocupados en algo cotidiano y necesario, dice la Palabra que «lavaban sus redes».
Esto parte del trabajo de un buen pescador. De todas maneras, el Señor los sacó de esta tarea necesaria, enfocando sus miradas hacia algo más necesario. Jesús a veces nos quiere sacar de las situaciones “normales” de la vida, para utilizarnos en sus cosas. Muchas veces estamos tan ocupados en las tareas cotidianas, las diversas actividades, el trabajo, los hijos, los sobrinos, las compra y tantas cosas que ocupan nuestra mente y tiempo – y no estoy diciendo que ninguna de estas actividades está mal en sí – pero ¿pensamos tan solo un momento en aprovechar alguna oportunidad de compartir el evangelio a alguien?
Probablemente Jesús quiera desbaratar nuestros proyectos, hacernos parar el trajín del día a día, arrancarnos de nuestro trabajo habitual e incluirnos en aquello que, para Él, es lo más importante. Él tal vez quiera que visite a su vecina o vecino, dejando por un momento la tarea que estés haciendo. También puede ser que en algún momento del día sientas la necesidad de interceder por una determinada persona.
Si esto sucede, deja entonces, por una vez – sea el trabajo que sea – y ponte a orar! ¿Tomas en cuenta estas interrupciones del Señor? ¿O tienes tu tiempo devocional habitual de tal a tal hora y, después, todo lo que sigue está estrictamente planificado? Escuchar la voz del Señor y – en obediencia – acceder a ella, muchas veces tiene más valor y trae más frutos que cualquier trabajo personal.
Cuando Jesús le pidió a Pedro que apartase la barca un poco de la tierra, el Señor sacó a Pedro – y a los demás discípulos – del trabajo de lavar las redes para hacerlos entrar nuevamente en la barca y hacer otra tarea. Estimados amigos, para cumplir con estas tareas hay algo que no puede pasar por alto, debemos tener una relación personal con Jesús.
Antes que el Señor alcanzara al gentío, leemos “Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco…” El tiempo en que Pedro, junto con el Señor, se alejaron un poco de la orilla, era el tiempo en que estuvo a solas con Jesús. Esto para él era tremendamente importante. También para nosotros estos momentos son de mayor significado. Por momentos necesitamos estar a solas con Jesús, «apartarse un poco de tierra». Este momento de quietud no es un cumplimiento del deber, sino algo necesario para poder respirar espiritualmente. Podemos decir que son los momentos más fructíferos para nosotros y nos ayudan a que podamos alcanzar también a otras personas con el mensaje de salvación.
Jesús también llama desde lejos…
Después de que Jesús enseñara desde la barca a las personas que estaban en la orilla le dio una orden a Pedro, en Lucas 5: 4 al 6 dice “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”
La orden dirigida a Pedro: «Boga mar adentro…” también se traduce como: «Lleva la barca a la parte honda del lago…” o “Sal a la parte más profunda…», el Señor está extendiendo los límites. Podríamos decir que necesitamos ver más allá y no dejar de remar y avanzar, para seguir penetrando más profundamente en el mar de los gentiles.
Sólo podemos detenernos en el lugar que nos indique el Señor, para allí echar las redes. No deberíamos escatimar esfuerzos en seguir buscando oportunidades para desempeñar la tarea más importante de la Iglesia de Jesús. Pero, para eso, se necesita plena confianza en las promesas que encontramos en la Biblia. Estimado oyente, debemos tener una confianza inquebrantable en Jesús.
En Lucas 5:5 leemos “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red”. Pedro se sobrepuso a todas las objeciones, argumentos racionales y experiencias humanas al decir: “… mas en tu palabra echaré la red!”. Existen mil argumentos, sentimientos, sensaciones y palabras para detenerse, para decir basta, para resignarse, y ni siquiera echar las redes. Podemos pensar… «Ya no tiene ningún sentido seguir orando por él o por ella, si cada vez se aleja más del Señor».
Pero, si escuchamos y obedecemos la Palabra de Dios tenemos argumentos para seguir adelante, en Mateo 28:18 y 19 dice “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…” el verso continúa diciendo “…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” Que tu oración sea «Señor, confío en tu Palabra. En tu Palabra iré, pues fuera de esto no tengo nada en lo cual pueda apoyarme. ¡Las personas decepcionan, pero tu Palabra me anima!»
Pedro se animó a echar las redes, en Su palabra, y no se arrepintió, Lucas 5:6 y 10 dicen “Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía… Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Tú puedes tomar la decisión de no mirar para los costados, hacia las cosas que te son impedimentos; actúa basado en la palabra de Jesús. Dios no apela a nuestros sentimientos o pensamientos, sino a nuestra voluntad.
Justamente hace unos días leía un devocional que terminaba con 3 expresiones: «Yo deseo» – «Yo pronto voy» y «Yo quiero». En estas tres expresiones, según este libro, describen tres tipos de personalidades y quiero compartirlo con ustedes.
«Yo deseo»
El libro describía a esta persona como alguien que tenía la necesidad de llevar «otra vida», tenía el deseo de salir de toda esa falsedad y confusión, pero el «deseo» por si solo no avanza, queda estancado, no alcanza.
«Yo pronto voy»
Hablaba de una persona que tenía una percepción clara de hacia dónde quería ir, pero no tomaba la decisión de hacerlo. Quiere hacerlo, pero por las diversas preocupaciones y ocupaciones iba postergando la tarea que tenía por delante. Hasta se “prometía” que haría tal o cual cosa, pero con esta postura sin arriesgarse y sin determinación quedaba estancado sin avanzar a ningún lado.
Por último, “Yo quiero»
Hablaba de una persona que no se quedará en los anhelos y pensamientos; sino que se llegará a una firme determinación, efectuará un paso decidido y tomará una decisión para seguir hacia adelante.
Estimados amigos, así lo hizo Pedro cuando Jesús lo puso ante la decisión, pronunció el gran “pero” de su vida pero después actuó, leímos en Lucas 5 que dijo “…`pero´ en tu palabra echaré la red». Te animo a que actúes en tu vida, que te animes con una firme determinación a tomar las redes de la Palabra de Dios y ser pescador de hombres. Afiánzate en la comunión con nuestro Dios, aférrate en Jesús que es nuestro autor y consumador de nuestra fe. Sé una herramienta útil en las manos de tú Dios, de nuestro amado Señor, y estoy seguro que serás una preciosa herramienta en Sus manos.
Que Dios te bendiga y nos vemos en el próximo programa.