Se trata de un tema que entre los creyentes ha levantado opiniones contradictorias. Tenemos que tener en cuenta algunos detalles: "En la sangre está la vida". Si estamos dispuestos a donar sangre, lo cual en realidad es parte de nuestro ser, no habría ningún impedimento. Además somos llamados a amar a nuestro prójimo. Si ahora este prójimo necesita algo que yo tenga y le pueda dar, sería una de las muestras de amor más grandes. Se conocen casos de como una madre o un padre se hicieron sacar un riñón para dárselo a uno de sus hijos, el cual sin este órgano, hubiera muerto. O se le dio el corazón de una persona muerta en un accidente a otra que justamente lo necesitaba y ahora puede vivir. Son ejemplos de entrega. Ahora por el otro lado los que están en contra dicen: "que Dios es el que da la vida y el que la toma. Por lo tanto no nos debemos meter a cambiar esto. Si Dios quisiera que viviera le podría curar". ¿Pero que hay entonces de los hospitales, los médicos y las medicinas? Esta persona no debería entonces ni donar ni aceptar donación de sangre como tampoco usar medicina o servicios médicos. Mi opinión personal es que Dios le ha dado la sabiduría necesaria al hombre para ayudar a preservar la vida, y por lo tanto también lo puede hacer a través de la donación de los órganos. Lo que sí debemos rechazar por completo es la manipulación de los genes, o la clonación, que cambiaría la personalidad del nuevo ser haciendo posible copiar otro existente. También debemos rechazar lo referente a usar fetos abortados con fines medicinales como en el caso del Mal del Parkinson. En cualquier caso creo que es una decisión personal. Argumentos a favor o en contra siempre podremos encontrar. Por lo tanto, se debe decidir a conciencia de cada uno. Si alguien se siente en libertad de hacerlo que lo haga y si no, que lo deje. Ambos están actuando correctamente y no se deben juzgar. |
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