La situación del mundo antes de la segunda venida de Jesús 5/5
21 febrero, 2008Israel , El Mesías y la Iglesia 2/3
21 febrero, 2008Titulo: “Israel , El Mesías y la Iglesia” 1/3
Autor: DaveHunt
Nº: PE1169
Un interesante programa de Dave Hunt en la voz del pastor Herman Hartwich, donde, entre otras cosas, se comentan algunos versículos de Apocalipsis 12 y 13. En este pasaje claramente se puede ver como se ilustra la intención del pasado y del presente del diablo, de destruir al Mesías. Como esto no resultó, centró su atención en Israel y en los cristianos.
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«Israel , El Mesías y la Iglesia» 1/3
Estimado amigo, hoy estaremos comentando, El peor tiempo de seducción religiosa.
Para el tiempo que precede a Su regreso, Jesús predijo una seducción religiosa como nunca se había visto hasta entonces. Ese también fue el caso en aquel entonces, durante la guerra judía. En este contexto, es muy revelador el libro sobre la guerra judía del 66 al 73 d.C., escrito por el historiador Flavio Josefo. En el mismo, el autor informa sobre los acontecimientos que precedieron a la sublevación contra Roma. En el uso actual del idioma, la guerra de aquel entonces contra Roma, podría ser comparada con una declaración de guerra de Israel a los Estados Unidos. Si bien terribles condiciones reinaban en Roma bajo la autoridad del neurótico César, Nerón, quien también fue la persona que hizo incendiar dicha ciudad, aun así era una locura que Israel subestimara su poder.
Los líderes nacionalistas de los judíos de aquellos tiempos habían logrado sublevar a la mayoría del pueblo en contra de Roma, y lo hicieron con la falsa promesa de que habría llegado el tiempo de la salvación de Israel y que la caída del impío imperio romano sería inminente. Después, cuando los romanos habían reprimido la resistencia judía en Galilea y se encontraban camino a Jerusalén, miembros de la aristocracia de la clase alta decidieron negociar con los romanos por una capitulación, porque presentían la catástrofe venidera. Ellos tenían la esperanza de que, en el caso que existiera una capitulación, se salvarían Jerusalén y el templo. Los cegados fanáticos (los celotes), no obstante, no querían saber nada de eso y continuaban viviendo en la ilusión de que Dios intervendría muy pronto y conduciría a Roma a su destrucción definitiva. Para destruir el comienzo de todo intento de capitulación, ellos decidieron asesinar en una sola noche a todos los que se oponían a la continuación de la guerra. La muerte repentina del César Nerón y de dos de sus sucesores en Roma, acontecimientos que tuvieron lugar en el correr de un solo año, los había fortalecido en su convicción de que el fin de Roma verdaderamente era inminente.
Esta convicción la veían confirmada a través de diferentes declaraciones proféticas de la Biblia, y hacían creer al pueblo que la salvación de Israel prometida por Dios ya no se haría esperar mucho.
Pero vemos también, estimado amigo, el rollo guerrero de los esenios
Entre los rollos de las Escrituras que se han encontrado en Qumran, se encuentra el así llamado «rollo guerrero», el cual contiene una descripción del combate bíblico apocalíptico. El mensaje del libro es la victoria apocalíptica de la luz sobre la oscuridad, así como el establecimiento del reino de Israel y del reinado de Dios sobre el mundo entero.
Contrariamente a los judíos que creían en Jesucristo, los esenios habían participado en la guerra contra los romanos, porque creían que habría llegado el tiempo en el cual sucumbiría el imperio de las tinieblas (Roma) y en el cual vencería definitivamente la luz. Uno de los comandantes de esa guerra fue Efraín el Esenio. La participación de los esenios en la guerra, también explica porqué ellos evacuaron Qumran y escondieron los rollos de las escrituras en cuevas cercanas, cuando los romanos en el año 68 d.C. avanzaron hacia Jericó y Jerusalén.
Como los rollos permanecieron en las cuevas y no fueron retirados cuando finalizó la guerra, es de suponer que los esenios de Qumran no sobrevivieron a la guerra. Sin embargo, es muy probable que algunos de los esenios, ya antes de todo eso, hubieran aceptado la fe en Jesucristo. Estos probablemente formaban parte del grupo de aquellos creyentes que salvaron sus vidas a través de la huída. Contrariamente a los esenios, los judíos creyentes en Jesucristo regresaron a Jerusalén, y durante siglos tuvieron su centro religioso sobre el Monte de Sión.
Escuchemos algo de música y enseguida regresamos con el intento de reconstrucción del templo.
Estimada amiga, estimado amigo, la destrucción del templo fue una gran tragedia para el pueblo judío. El hecho de que ya a esa altura de los sucesos la mayoría de los judíos vivían en la diáspora y habían organizado su vida religiosa alrededor de la sinagoga, llevó a que esa pérdida no se hiciera sentir en forma demasiado dramática.
Pero, a pesar de eso, los judíos que quedaban en la tierra de Israel buscaban una posibilidad de volver a reconstruir el templo. Bajo el mandato de Bar-Kochba, quien fuera declarado Mesías por el renombrado Rabino Akiva, los judíos intentaron rebelarse nuevamente contra Roma en los años 132 a 135 d.C.. En esos tres años se hicieron preparaciones para la reconstrucción del templo. Esa segunda sublevación fue reprimida en forma despiadada por los romanos. Todo lo que en Jerusalén todavía recordaba al judaísmo fue destruido con esmero. Jerusalén fue reconstruida como ciudad romana, y de ahí en más les estuvo prohibida a los judíos la entrada a la misma.
Aun así, en el año 360 d.C., bajo el reinado del César Julián, los judíos hicieron un nuevo intento de reconstruir el templo. Pero Julián falleció un año y medio después de su coronación, en la guerra contra los persas. Con eso, también este último intento estuvo condenado al fracaso. Comenzó a quedar claro, que Dios decía no a esta empresa. Es significativo notar que, en el discurso profético de Jesús, no existe ninguna indicación de una reconstrucción del templo en los últimos tiempos. Justamente, un acontecimiento de este tipo hubiera sido una clara señal de Su inminente regreso. En lugar de eso, Jesús habló de seducción religiosa, anarquía, rebelión, terremotos, hambrunas, pestes, horrores y grandes señales en el cielo. Las consecuencias serían el miedo y el desconcierto en la tierra. ¿Y no es verdad que ese miedo se está difundiendo cada vez más entre la gente? Pero, a los Suyos Jesús les aseguró que ellos no tendrían que tener miedo, ni que asustarse, cuando vieran esas cosas. Para nosotros, esas situaciones deben ser una señal de la inminente salvación. Después de todo, en Lucas 21:28 nuestro Señor dijo:«Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguios y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.»
Para el último tramo del camino, antes de Su regreso, El nos dejó estas palabras:«Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre». Sobre todas las cosas, Él nos llama a estar atentos. Parte de eso también es ser sobrios, llevar una vida con el Señor que esté libre de concesiones al pecado y estar en constante unión con El. ¡Qué el Señor nos dé mucha gracia para ser sobrios y permanecer en plena comunión con Él en estos últimos tiempos!