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Espíritu de Poder

(2ª parte)

Autor: Herman Hartwich

El poder del espíritu Santo produce el amor. El amor que viene de Dios. El apóstol san pablo dice que el amor de Dios se derrama en nuestros corazones. De esto y mucho más seguirá compartiendo Herman Hartwich.


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PE1509- Estudio Bíblico – Espíritu de Poder (2ª parte)


 


Que tal mis amigos, les invito en esta oportunidad nuevamente a dar lectura, en la epístola, segunda epístola, de Pablo a Timoteo capítulo 1: voy a leer a partir del versículo 3 hasta el 7.

“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

En un programa anterior hemos estado hablando de lo que significa ser cobardes. Dijimos falta de ánimo y de valor. Dice el diccionario de la lengua española esto. El espíritu de cobardía no procede de Dios. Esto es característica de los impíos de los que dudan de los que tienen inseguridad de los que dependen de los sentimientos, más de que la palabra de Dios y estuvimos hablando en el programa anterior acerca de cómo llegar, a recibir este poder para poder llegar a ser hijos de Dios. Y también cómo vivir como hijos de Dios. El poder del Espíritu Santo produce esto.

También el poder del espíritu Santoproduce lo que hoy vamos a ver que es el amor. El amor que viene de Dios. Es interesante que el apóstol san pablo dice que el amor de Dios se derrama en nuestros corazones. Por el espíritu Santo, en el capítulo 5 de Romanos. Mis queridos amigos, la naturaleza caída del hombre, no le permite amar a Dios, porque Dios es santo, la naturaleza caída, no le permite al hombre amar a su prójimo. Por su propio egoísmo. Es más, tampoco le permite amarse a sí mismo. Por sus propias debilidades.

De Ahí el gran mandamiento que Dios pronuncia en su palabra y que Jesús lo reitera en el capítulo 22 de mateo, ante la pregunta de cuál era el gran mandamiento entonces él dijo: como habéis leído, amarás al señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu mente con todas tus fuerzas. Y el segundo es semejante dice: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Sí mis queridos amigos, aquí se nos manda, en la ley de Dios que tenemos que amarle a él. Con todo el corazón, con toda nuestra alma. Con toda nuestra mente y fuerzas.

Y, en segundo lugar dice: Amar a nuestro prójimo, como a ti mismo.Ahora es interesante que nosotros en este tiempo decimos qué podemos esperar, de las personas que amen a su prójimo si no se aman a sí mismos. En el capítulo 7 de la epístola de Pablo a los romanos, por ejemplo vemos la radiografía, de una persona antes de conocer a Jesucristo. Es ese gran conflicto que se desata en el interior de una persona, entre las dos fuerzas, el bien y el mal. Y pablo decía, yo hallo esta ley en mí que esta en mí el querer pero no el hacer. Y el bien que yo quiero hacer eso no lo hago sino que hago el mal que no quiero hacer. O sea, esa batalla campal que se desata, dentro de nuestro corazón, entre esos dos poderes. El bien y el mal. Pero también en el capítulo 8 nos presenta el contraste.

O sea, ahora pues no hay ninguna condenación entre los que están, en Cristo Jesús los que no están conforme a la carne sino conforme al espíritu. Mis queridos amigos, cuando nosotros nos convertimos a Cristo, y el Espíritu Santo mora en nosotros entonces recibimos el espíritu de Poder, amor y de dominio propio. Como leímos recién. En 2da de Timoteo 1:7. ahora, dejamos atrás el espíritu de cobardía. Cuando nos entregamos dejamos atrás el espíritu de Cobardía. Ese espíritu de Incredulidad, ese espíritu de rebeldía. Y recibimos un espíritu de Amor. Ahora qué otra cosa sería la que recibiríamos viniendo de Dios. Que es amor. Sí mis amigos.

¿Qué otra cosa podría venir de Dios?Que es amor. Buenas noticias. Porque ahora sí nosotros podemos amar a Dios. Cuando nos entregamos a Cristo, ahora sí podemos amar a Dios. Podemos amar a nuestro prójimo y hasta podemos llegar a amarnos, a nosotros mismos. Porque dice el apóstol Pablo que el que mora en nosotros, el espíritu Santo, Es el Espíritu Santo el que mora en nosotros. En Filipenses 2:13 dice: el que mora en nosotros produce tanto el querer como el hacer su buena voluntad. Saben mis queridos amigos que Dios no nos pide lo que no podemos hacer. Sino lo que nos pide, él mismo nos capacita para hacerlo. ¿Me entendió esta frase? Dios nunca te va a pedir hacer algo, para lo cual él mismos no esté dispuesto a brindarte su ayuda. Así que si él mismo te está pidiendo que le ames con todas sus fuerzas, con toda tu mente, con todo tu corazón, que ames a tu prójimo, que te ames a ti mismo, él te lo da a través del espíritu Santo, si, ya ahora no puedes decir más, ya no puedo decir ya no puedo amar a Dios.

Ya no puedes decir, ya no puedo amar a mi prójimo. Ya no puedes decir, no me puedo amar a mí mismo. Porque si tú tomas este paso de fe, entregando tu vida a Jesucristo, pidiéndole perdón, sinceramente por esa cobardía, esa rebeldía, por ese deseo de no creer, esa incredulidad, Dios te va a dar este espíritu maravilloso que te da todo el poder, para cumplir con sus demandas de amor. Del señor somos y para el señor somos y si quieres glorificarle, obedece en fe, camina en fe y eso va a producir ese fruto tan deseado, tan codiciado que dice el apóstol Pablo en Gálatas 5:22 – 23, más el fruto del espíritu es Gozo paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Por ahí hay muchos hipócritas que dicen que aman a Dios y tulos conoces no se preocupan por nadie. El apóstol San Juan en su primera epístola, capítulo 4, usted si tiene una Biblia, tu, si tienes una Biblia, puedes leerlo tranquilamente, nos habla de que existe tanta gente hipócrita que dicen que aman a Dios y no aman a su hermano entonces dicen cómo puedes decir que amas a Dios a quien no ves y no amas a tu hermano a quien ves y convives con él? Hipócritas que no aman a Dios y que no se aman a sí mismos. Se dan el lujo de maltratarse, yo digo que son tipo masoquistas. Que hallan el placer en su sufrimiento. Creyendo en algún grado que ganarán el cielo de esa forma.

No, Dios no puede ser amado de Labios.O en parte porque a Dios se le ama con todo. Por todo, en todo y a través de todo y esto incluye a las personas que te rodean y a tu propia persona. Dios busca que le amemos de verdad. Cómo él ama, y cómo amó? Como él ama bueno, Dios, dio todo! El sigue dando todo en cuanto a las riquezas en Gloria. En Cristo Jesús. Damos todo a Dios? Tenemos conciencia de que todo es de Dios y que nada es nuestro? Muchos aman en la medida de las bendiciones materiales, es interesante que podemos medir el amor de las personas por Dios de acuerdo en la condición económica en la que se encuentren. Porque muchas personas dicen amar a Dios cuando todo les va de maravilla, económicamente, sentimentalmente, familiarmente, laboralmente, pero cuando las cosas no marchan tan bien, ahí parece que el amor se les enfría. Jesús nos deja algunos ejemplos de amor. Y dice por ejemplo, cuando aquella mujer, prostituta que pidió, que imploró el perdón, que ungió los pies con lágrimas y con sus cabellos; él enseñó a través de una parábola, de una historia, de un deudor y él llevó a que su interlocutor confesara que la persona quien más se le perdonó más amó.

Mis queridos amigos, el amor hacia Dios, hacia nuestro prójimo, hacia nosotros mismos no debe estar sujeto, a la situación, a la circunstancia que nos toca vivir. Sea favorable o adversa. El profeta Habacuc termina su profecía, con una declaración maravillosa: aunque no haya frutos en los viñedos, que no haya vacas en los corrales, ni en las majadas haya ovejas, ya que no quede nada, que falte el fruto, de la tierra, con todo yo espero en el Señor. Este es un amor íntegro. Realmente maravilloso, realmente el Señor nos enseñó, a como amar a nuestro prójimo. Aún a nuestros enemigos. Pero también yo encuentro en la historia bíblica, un clásico ejemplo en la vida de Job. Aquel viejo patriarca. Él reúne yo diría, los tres amores. Por ejemplo, él respetó profundamente a Dios, cuando él fue victima de todas esas pruebas, que el diablo trajo a su vida por permiso de Dios, el dijo: qué y recibiremos solamente lo bueno y no lo malo de Dios y dice que a través de todas esas pruebas, él no negó a Dios, no atribuyó despropósito ninguno a Dios y no pecó contra Dios. Sino que dijo, Jehová Dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito. Pero también él oró por sus amigos y, al final de su libro dice que luego de que él hubo orado por sus amigos, Dios lo sano. Lo prosperó y le dio mucho más de lo que tenía antes. Pero también él se amó a sí mismo. Yo encuentro esto tan precioso allí en el capítulo 13, versículo 14 y 15, cuando él dice:“quién soy yo para comer mis carnes?”Como diciendo, quién soy yo para tomar mi carne y matarme a mi mismo, No, yo espero en el Señor. Mis queridos amigos, el Señor que vale la pena, amar y servir, es el Señor que te ama a ti, y que ha dado todo por ti y que quiere que tú entregues tu vida a él. Si tu quieres dejar de ser un cobarde, incrédulo, rebelde, impío transfórmate en un hombre y en una mujer valiente. Y recibirás este espíritu que te ayudará a amar, amar a Dios, amar a tu familia, amar a tu prójimo, amarte a ti mismo.

Ámate y por amor de ti mismo, entrega tu vida a Jesucristo.

Es para tu felicidad que Dios te bendiga.

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