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Más Extraño que la Ficción 
(1ª parte)

Autor: Mark Hitchcock

  El 30 de octubre de 1938, presentaron una adaptación radiofónica de la novela de Wells: “La guerra de los mundos”, en forma de noticia. La mayoría de los que la creyeron se apilaron en las ventanas, en espera de lo peor. En los primeros años del siglo 21, nuevamente reina en el mundo el temor, y una postura de expectativa.


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PE2010 – Estudio Bíblico
Más Extraño que la Ficción (1ª parte)



Estimados amigos oyentes, el 30 de octubre de 1938, Orson Welles y el Mercury Theatre of the Air, a través de la estación de radiodifusión Columbia y en forma de noticia, presentaron una adaptación radiofónica de la novela de H. G. Wells “La guerra de los mundos”. Entre las ocho y las nueve, hora de la Costa Este, el programa de radio fue interrumpido regularmente por el locutor ficticio Carl Phillips, quien anunciaba que criaturas de Marte habrían aterrizado en Nueva Jersey, EE.UU, y que se estaban preparando para el ataque. La nación entró en pánico antes de que Welles pudiera terminar la difusión y asegurar a los oyentes: “Lo que usted acaba de escuchar es ‘la versión radiofónica del Mercury Theatre del hombre que se pone una sábana sobre la cabeza, salta desde detrás de un arbusto y grita ‘huhu’”.

Aproximadamente seis millones de personas escucharon la transmisión en la víspera de Halloween, y 1,2 millones la consideraron auténtica. Cientos de automóviles salieron a toda prisa de las ciudades mencionadas, y hubieron varios intentos de suicidio. La mayoría de las personas que creyeron la noticia, se apilaron frente a las ventanas en espera de lo peor.

Una de las reacciones más interesantes a los comunicados, fue que llegaron narraciones de personas que decían estar viendo el ataque. Algunos juraban haber observado como regiones alejadas eran quemadas por una ráfaga de fuego. Otros describían cómo enormes cilindros de metal se precipitaban contra la tierra. Varias personas confundidas, en Nueva Jersey, advirtieron a la policía que hombres de Marte, en máquinas de guerra de tres patas, se encontraban en la barranca de Jersey listos para cruzar el Hudson y conquistar la ciudad de Nueva York.

Desde ese incidente, muchos se han preguntado cómo es posible que personas prudentes, en otras circunstancias, pudieran reaccionar con tal pánico, espantándose de sus propias fantasías. En su libroInvasión desde Marte, el profesor Hadley Cantril de la Universidad de Princeton, dice que él cree que la situación que se vivía en el momento de la trasmisión, podría ser de ayuda en la explicación del pánico y de las alucinaciones. El programa antes mencionado salió al aire a fines de la crisis económica global, anterior a la Segunda Guerra Mundial. Era un tiempo en que los norteamericanos estaban sumamente preocupados, esperando algo imponente.

En los primeros años del siglo 21, nuevamente reinan en el mundo el temor y una postura de expectativa. Se teme que un acontecimiento monumental aparezca en el horizonte. En la actualidad, las personas están aún más preparadas para una “guerra de los mundos” que en 1938. Mucha gente, incluso, espera una invasión desde el más allá. Y, sorprendentemente, la Biblia predice justamente eso para los últimos días.

En Apocalipsis 9:1 y 2 leemos de la quinta trompeta de juicio – una de las siete trompetas que traerán juicio en los últimos días. En el momento en que el quinto ángel, en Apocalipsis 9:1, toca su trompeta, el apóstol Juan ve como primera cosa “una estrella que cayó del cielo a la tierra”. No es una estrella genuina, ni un asteroide, como en Apocalipsis 6:13, y 8:10 y 12, sino un ángel caído. Sabemos que la estrella representa a una persona porque le es dada la llave del pozo del abismo, lo que no sería posible si fuera una estrella de verdad. Además, en Apocalipsis 1:20 las estrellas simbolizan ángeles (podemos ver al respecto Job 38:7). Ya que este ángel cayó sobre la tierra, tiene que ser un demonio, o el mismo diablo. A pesar de que sólo Dios posee la llave del abismo, aquí se la da temporalmente a este ángel caído, para realizar sus propósitos soberanos. ¡Dios tiene todo bajo control! Esto debería ser un gran consuelo para nosotros.

Apocalipsis 9 menciona tres veces el abismo o, literalmente, “el pozo del abismo” (en los vs. 1, 2, y 11). La palabra griegaabussosaparece nueve veces en el Nuevo Testamento, de las cuales siete están en el libro del Apocalipsis (en Lc. 8.31; Ro. 10:7; y Ap. 9:1, 2, y 11; 11:7; 17:8; y 20:1 y 3). El Nuevo Testamento describe cuatro partes del submundo: la Gehenna (o el lago de fuego), el Hades (o el reino de los muertos), el Tartarus, y el abismo.

La última parte del submundo, para la cual es relevante Apocalipsis 9, es llamada abismo o, literalmente, “pozo del abismo”. El pozo del abismo representa una cueva subterránea – unida a la superficie de la tierra por medio de un foso, cerrado con un tipo de sello. En Lucas 8:30 al 32, la legión de demonios en el gadareno endemoniado pide que Jesús los deje entrar en los puercos, y que no los eche al abismo. Jesús les permite esto, y los puercos corren barranca abajo y se ahogan en el lago. ¡Ése fue el incidente original de la “Enseñada de los Puercos”! De modo que el pozo del abismo es un lugar en el cual los ángeles caídos, o demonios, que se rebelaron contra Dios y han perdido su libertad de movimiento, están temporalmente encerrados.

Cuando el quinto ángel toca su trompeta, se le da la llave del abismo a un ángel caído, y según nuestro conocimiento, será la primera vez en la historia de la humanidad que el mismo será abierto.

Hace algunos años atrás, mi familia y yo visitamos las cuevas de Carlsbad, en Nuevo Méjico. Aun recuerdo lo que sentíamos al bajar lentamente al interior de la tierra y respirar el aire enmohecido de las cuevas. El viaje fue una aventura sensacional de comienzo a fin. Y como punto culminante, los murciélagos salieron volando de la cueva al caer la noche. Cuando miles de murciélagos salen volando de las cuevas, la luz del atardecer es entenebrecida por ellos. Ese momento es increíblemente hermoso y singular.

En una escena incomparablemente más gráfica y más terrible, Apocalipsis 9:2 y 3 describe cómo es abierto el abismo: humo, como si fuera de un gran horno de fundición, es liberado, e incontables seres, parecidos a las langostas, oscurecen el cielo sobre la tierra. “Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.”

¿Qué o quién sale de esta cueva subterránea y oscurece los rayos del sol? ¿Quiénes son estas langostas que salen revoloteando del abismo, oscureciendo el cielo sobre la tierra? ¿Realmente son langostas, o son algún otro tipo de criaturas?

En diferentes etapas de la historia eclesiástica, las langostas de Apocalipsis 9 han sido interpretadas de manera diferente: alguna vez simbolizaron a los herejes o a los góticos, otras veces a los musulmanes, a la orden mendicante, a los jesuitas o a los protestantes, a los sarracenos o a los turcos. La descripción de Apocalipsis 9:2 al 5, sin embargo, muestra que esas langostas son seres demoníacos, con forma material e visible. Ellos son los habitantes siniestros del abismo – langostas de tipo infernal, impulsadas por un poder infernal. Este pasaje describe una increíble invasión demoníaca a la tierra, a través del ejército de Satanás, en los últimos días.

Siete puntos apoyan la idea de que esos seres sean demonios, en cuerpo material. Pero, esto lo veremos el próximo programa, porque se nos acaba el tiempo de transmisión. ¡Hasta entonces, y qué Dios les bendiga!

 

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