Mujeres de la Biblia – Mujeres anónimas

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Mujeres anónimas en la Biblia hay muchas. Hoy vamos a dar una mirada a un grupo de mujeres que dieron lo mejor que tenía para los utensilios del tabernáculo ¿Qué significó este acto para estas mujeres?…


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EA617 – Entre Amigas –
Mujeres de la Biblia – Mujeres anónimas



Receta: Sopa de lentejas y panceta


Entrevista a Elí Morales

Sandra: Estamos con una amiga de la casa, nuestra amiga Eli Morales. Ella es maestra de profesión y una estudiosa de la Palabra de Dios. Hoy vamos a tener un estudio sobre las mujeres anónimas de la Biblia.

Eli: Así es, en la Biblia hay muchas mujeres anónimas. Pero hoy vamos a estar viendo dos grupos de mujeres que están relacionados con el Tabernáculo. Al primer grupo lo vamos a llamar “El grupo de las mujeres expertas” y al segundo “El grupo de las mujeres y sus espejos”. Estos grupos los podemos encontrarlos en el libro de Éxodo. Al grupo de las mujeres expertas, en el capitulo 35:22 al 29. Y al segundo grupo en el capitulo 30:17 -18 y capitulo 38:8.

Sandra: ¿A que nos referimos con estos nombres? ¿Expertas y espejos?

Eli: Nos referimos al grupo de «expertas» porque eran mujeres hábiles con sus manos, o sea, hábiles artesanas, especializadas en tareas de hilados.
Todo lo que está relacionado con el Tabernáculo y con todos los servicios que se prestaban allí, lo calificaron como que es una figura de un santuario mucho más glorioso y eterno, que lo podemos ver en Hebreos 9. Los elementos que se usaron para construirlo fueron oro, plata, madera, lanas tenidas de purpura, escarlata y/o carmesí. Piedras (preciosas) que los Israelitas habían recibidos al salir de Egipto y las dieron para la construcción del Tabernáculo.
Allí había un grupo de mujeres que hicieron todo lo posible para que ese Tabernáculo terrenal, donde Dios se manifestaba, se hiciera posible. Presentaron como ofrenda sus habilidades, su talento de saber tejer, hilar y usar el lino. Hicieron lo que hoy le llamaríamos un voluntariado.
También había otras mujeres especializadas en el trabajo con los pelos de cabra. Todas ellas lo hicieron con alegría, de todo corazón, sin quejas por estar dando de los tesoros que ellas tenían. Dieron su tiempo, su talento para poder terminar el Tabernáculo.

El Tabernáculo era una lugar para adorar a Dios en medio del desierto. Por lo que podríamos hacer una comparación con el mundo en el que estamos transitando nosotros. Hoy Dios vive en nosotras que somos el templo, y cada una de nosotras es un proyecto de Dios, una obra en proceso. Por eso en estas mujeres podemos ver ejemplos de qué hacer con los talentos, cualidades que Dios nos ha dado para cumplir con la misión que él tiene para cada una de nosotras.

Sandra: Estaba pensando en las situaciones de estas mujeres en medio del desierto. Seguramente no tendrían acceso a tantos materiales para realizar estas cosas tan bonitas. Sin embargo dieron de lo mejor. Pensaron en dar para Dios y para el Tabernáculo lo mejor que podían encontrar y lo mejor que sus manos podían hacer.
También es importante en esta relación que tú haces del desierto con el mundo que nos rodea, y el Tabernáculo con nuestro corazón. El poder dar lo mejor para que nuestro corazón esté siempre limpio. Esté habitable para Dios, y ofrecer lo mejor de nuestro interior para El.

Eli: Claro, aquí también vemos que no es tan importante destacar nuestro nombre, sino lo que hacemos. Estas mujeres son recordadas por lo que hicieron, por la actitud que tuvieron frente al servicio para la casa de Dios, el Tabernáculo.

Sandra: Se requiere también de mucha sabiduría para poder leer estos ejemplos y poder descubrirlos, ya que generalmente los seres humanos tendemos a ver los grandes nombres o lo que más brilla a la apariencia humana y no vemos estas pequeñas cosas que, para Dios, tiene la mayor importancia.

Eli: Para Dios todos somos importantes, todos tenemos un rol y ninguno pasa por desapercibido para Él. Una vez escuché una comparación del cielo con la Via Láctea, decía que era un cumulo de delicadas luces sin nombre, como que la mayoría de quienes están disfrutando de los goces celestiales son personas anónimas.

Sandra: Vamos a tener una gran sorpresa en el cielo.

Eli: Siguiendo con el tema, hablemos del segundo grupo de mujeres. Que era el grupo de las «Mujeres y sus espejos». Estas mujeres fueron un grupo que le llamó mucho la atención a Moisés, porque se reunían en grupos en la puerta del tabernáculo y allí adoraban. Esto le impresiono mucho a Moisés, pero hubo algo que le impresiono aun más, y fue la entrega que ellas hicieron de unos espejos. Estos espejos eran de bronce – muy valiosos – que habían traído desde Egipto, se consideraban unas artesanías muy finas. Estas mujeres de todo corazón los donaron para que con ellos se hiciera el lavamanos del templo y un pedestal. Estas mujeres Israelitas prestaron un servicio muy valioso, porque en esa fuente se levaban los sacerdotes cada vez que iban a pasar al lugar santo. Lavaban sus manos y sus pies, ya que era una condición que Dios había puesto. Ellas entregaron algo tan valioso como lo es un espejo para una mujeres. Con este acto podemos ver un intercambio de valores. Ellas cambian todo lo que estaba asociado a la vanidad personal por la belleza de algo que sería sublime, que se relaciona con la limpieza y el proceso de santificación que necesitaban los sacerdotes para poder entrar en la presencia de Dios.

Sandra: Estaba pensando en la simbología importante que ponemos en un espejo, de hecho, decimos que la Palabra de Dios es un espejo para poder ver nuestra condición y de esa manera limpiarnos de nuestro pecado, santificarnos delante de Dios. Lo lindo es ver como ellas entregaron eso tan valioso, de la misma forma que para nuestra nuestra santificación hay que entregar lo mejor, lo más valioso. A veces le quitamos importancia al material con el que están hechas algunas cosas, pero para que éste lavamanos se pudiera realizar, fue imprescindible que estas mujeres dieran lo mejor.

Eli: Así es, lo hicieron voluntariamente, se desprendieron de algo muy valioso e importante. Este desprendimiento lo podemos relacionar con el Lavamanos o «lavacro» como se le decía antiguamente, que es una simbología de la Palabra de Dios también. Lo que nos limpia hoy a nosotros es leer e ir adecuándonos al diseño que Dios tiene. Es cada día buscar parecernos más a ese modelo que es el Señor y el cual debemos imitar.
Otra cosa que es importante es el servicio que puede brindar la mujer cristiana que es esposa, que es la ayuda idónea, lo valioso que es mantenerse limpia. El sacerdote lavaba sus manos y sus pies. En sus manos, podemos ver representadas las acciones que hacemos, y los pies representado el andar.

Como hemos dicho, hoy día los cristianos somos la habitación de Dios y a través de la lectura de Su Palabra, Él nos guía a reconocer lo que estamos haciendo mal, a confesar, a pedir perdón y a limpiarnos para que nuestro andar se acerque cada vez más a lo que Él quiere. Recordemos lo importante que fue Priscila para Apolos como amiga. Ella fue una mujeres que estaba instruida en la Palabra de Dios. Y con humildad y sabiduría ella le comunicaba las cosas que el no se había enterado.

Sandra: Es muy interesante ver que las mujeres estaban aportando para la purificación de otros. En aquel entonces para la purificación del sacerdote. Pero hoy día todos somos sacerdotes así que si aportamos en algo para que alguno de nuestros hermanos o hermanas puedan santificarse, o exhortarles a vivir una vida más dedicada a Dios cuanto mejor.

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