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31 mayo, 2018La gloria de la resurrección
31 mayo, 2018En sus 70 años de su existencia, Israel ha adquirido fama mundial con respecto al agua. Ante el trasfondo de la falta creciente de agua potable, desde Israel podrían llegar soluciones que prometan éxito en todo el planeta.
Actualmente se puede sostener que Israel ha solucionado el problema del abastecimiento de agua fresca a su población, y en este caso sin tratarse de un milagro. En tiempos bíblicos los problemas de agua eran solucionados golpeando una roca con una vara o enviando oraciones por lluvia al cielo. Hoy en día, en el moderno Estado de Israel, que es considerado un “taller de innovaciones”, se trata de soluciones tecnológicas que son ideadas, estudiadas, experimentadas y luego puestas en práctica en el país. En definitiva, se puede afirmar que desde su fundación Israel ha invertido en investigación y desarrollo alrededor del tema agua, al igual que en la implementación práctica de esas innovaciones. El país invirtió además en la infraestructura, estableció prioridades para objetivos nacionales, fomentó instituciones e instalaciones, de modo que ya no se necesita esperar con preocupación por precipitaciones o reservas de agua.
De esta forma Israel se convirtió en un país líder a nivel mundial en la reutilización del agua, con más del 90% de las aguas servidas purificadas. En el segundo lugar de esta lista mundial se encuentra España con una tasa de tan solo el 20% de aguas purificadas, seguida por los EE.UU. con un 5%. Ya hace décadas un invento israelí puso fin al derroche de agua en la agricultura. Se trata del riego por goteo ahorrativo, que no solo en Israel sino en muchos países del mundo ha reemplazado a los rociadores derrochadores de agua. No obstante, Israel tiene aún mucho más que presentar: moderna tecnología para detectar partes permeables en cañerías de agua, y sistemas de control para que bajo ninguna circunstancia la tierra agrícola sea regada en exceso. Estas y otras innovaciones, ayudan a que grandes cantidades de agua ya no sean desperdiciadas.
Pero con respecto a la reorganización de su economía hídrica, Israel no solamente implementó innovaciones, sino que también responsabilizó a la esfera pública. De este modo se aprobaron leyes que involucran a todos los ciudadanos israelíes, como la prohibición de regar jardines privados en años de seguía o la orden de tener plantas poco consumidoras de agua en jardines privados y públicos. No obstante, se debe mencionar especialmente la purificación de agua, ya que esa es un área en el cual Israel se destaca. Las instalaciones de purificación del Río Soreq son consideradas tan ejemplares, que expertos de todo el mundo van a visitarlas. Este tipo de instalaciones tratan anualmente alrededor de 660 millones de metros cúbicos de agua. Con esta cantidad el país puede abastecer alrededor del 80% de sus necesidades de agua potable o el 50% de sus necesidades generales de agua. Por estos desarrollos Israel es considerado mundialmente un ejemplo en lo que a administración del agua refiere. Datos del Instituto Israelí para Exportación informan que no menos de 150 empresas israelíes exportan sus productos relacionados con el tema del agua a todo el mundo, llegando a una ganancia anual de tres mil millones de dólares.
Con toda seguridad estas cifras seguirán subiendo en el futuro, y eso no se debe solamente a datos de referencia israelíes, sino también a que la población mundial aumenta constantemente. Como consecuencia, naturalmente también aumenta la necesidad de agua potable, que tan solo en el correr del último siglo se incrementó al doble que la población mundial. En este contexto foros internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, advierten que si no hay cambios incisivos en la administración del agua, en las próximas décadas el mundo se estará dirigiendo hacia una catástrofe.
En este sentido, es importante comprender que la cantidad de agua que cada ser humano necesita a diario no solamente comprende agua potable para consumo personal, sino que también existe un gasto de agua per cápita para la fabricación de alimentos y para la producción de energía. De los datos correspondientes de la empresa Water Footprint Network se puede deducir que para la producción de una sola tajada de pan se requieren alrededor de 40 litros de agua; para la elaboración de un kilogramo de cereal para hacer pan se debe contar con una cantidad de 1300 litros de agua; una hoja de papel exige diez litros de agua; para al final de un proceso de producción tener un barril de aceite se necesita 6800 litros de agua, y para la fabricación de un automóvil se deben presupuestar alrededor de 400.000 litros.
Son justamente estos datos los que ilustran por qué el consumo de agua de la humanidad ha incrementado tan enormemente, y cuánto deberíamos preocuparnos con respecto a ello. Afortunadamente, Israel está activo en este frente, y seguramente hará aportes fundamentales para que no se llegue a una catástrofe.
Marcel Malgo