¿Dónde pasarás la eternidad?

En cierta ocasión, un piloto intentaba aterrizar en medio de una fuerte tormenta. A pesar del esfuerzo, perdió el control y terminó estrellándose en la pista. Solo algunas personas salieron con vida. Entre los pasajeros había cuatro amigos. Uno de ellos, ante la fuerte impresión de que todo terminaría en un desastre, expresó: “¡Bueno, muchachos, hasta la vista, nos veremos en el infierno!”. Segundos más tarde el joven moría a causa del accidente.

Este hombre, en sus últimos segundos de vida, lo único que hizo fue burlarse de la muerte y del infierno. ¿Tú harías lo mismo? ¡Tómate apenas unos minutos para pensar en algo!

Con frecuencia las personas nos preguntan: “¿Cómo saben ustedes que existe el infierno?”. Pues creemos que la Biblia es la palabra de Dios, y ella nos confirma la existencia del infierno. Ese es el destino de todos aquellos que NO ponen su fe en Jesús. De este lugar se dicen varias cosas, entre ellas que allí “habrá llanto y crujir de dientes”.

Cosechamos lo que sembramos:

Una vida sin Cristo = Una eternidad sin Cristo = Una eternidad de tormento.

¿Te has puesto a pensar en la palabra “eternidad”? Sin duda está fuera de nuestra compresión; y si a la palabra “eterno” le agregamos “tormento”, no podemos más que sentir un escalofrío. Pero te diré algo: ¡Muchos reconocerán la veracidad de la Palabra de Dios cuando ya sea demasiado tarde! La Biblia dice que después de la muerte viene el juicio, y ya no habrá tiempo para arrepentirse. Tenemos solo esta corta existencia para reconocer a Dios como Creador y Salvador de nuestras vidas.

Una vez, alguien preguntó: “¿A qué distancia está la muerte del hombre?”. La respuesta es “apenas a un paso”. Nadie en este mundo puede asegurar que mañana estará vivo, no importa si eres jovencito o un adulto mayor; los hechos que suceden día a día nos confirman esto.

¡Hoy tienes la oportunidad de cambiar el rumbo de tu vida! Tienes que saber que sobre cada ser humano hay una deuda que solo puede ser pagada con la muerte. La Biblia dice: “Por cuanto todos son pecadores, están separados de la gloria de Dios”. Pero esa deuda la asumió Jesús cuando dio su vida en la Cruz; Él murió por ti y por mí. Fue un sacrificio de amor, dado que él tomó nuestro lugar. En la Biblia también encontramos estas palabras: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo (a Jesús) para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

A pesar de que nuestro de pecado nos arrastre a la condenación, Él quiere perdonarnos y darnos una nueva vida, una nueva esperanza. Hoy puedes pedirle al Señor que limpie tu vida de todas las cosas que le desagradan y ofenden. La Biblia dice que el que confiesa su pecado y se aparta de él, alcanzará el favor, la misericordia de Dios.

Jesús dijo: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió (Dios), tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte eterna, a la vida eterna”.

¿Cuál es tu situación? No puedes ser imparcial: crees en Dios o le rechazas. ¡Toma una decisión hoy, y responde a sus consecuencias!

Una vida con Cristo = Una eternidad con Cristo = Una eternidad de paz y felicidad.

Si tienes alguna inquietud, no dudes en cominicarte!