Mujeres de la Biblia | Débora

Hoy hablaremos sobre la vida de Débora, una mujer de la Biblia. Jueza, profetisa, madre de una nación, piadosa y sobre todo confiada en Dios.

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EA609 – Entre Amigas –
Mujeres de la Biblia | Débora

Receta: Peras heladas

Entrevista con Elí Morales

Natalia: Estamos con Eli Morales y seguimos con la serie de mujeres de la Biblia. Hoy hablaremos de Débora.

Eli: Es una historia muy significativa y tiene muchas cosas importantes que podemos aplicar en nuestra vida. Débora significa «abeja», esto ya es emblemático de una mujer que se caracterizó por la laboriosidad. Era muy sagaz, muy útil, laboriosa. Vivió en el tiempo de los Jueces. El período de los Jueces fue alrededor del año 1380 y 1050 A.C. Ella surge en un periodo de gran emergencia del pueblo, porque estaban apartados de Dios. Además de las cualidades que mencionábamos por su nombre, ella fue una mujer heróica, estaba muy compenetrada en la situación de su pueblo y quería ser útil en el bienestar de ellos. Fue una mujer nueva en su tiempo. Su corazón siempre estuvo confiando plenamente en su Dios y dependiendo de él. Además de ser jueza, fue profetiza.

Ser jueza en ese tiempo no era lo que entendemos hoy en el aspecto jurídico. Sino que administraban la justicia, eran libertadores y dirigentes políticos. O sea, el poder estaba unido, todo se concentraba en ellos. Ella escuchó y habló con el pueblo. Al poner en práctica lo que habló con el pueblo, podemos ver a la «Débora guerrera». Otra cosa que la caracterizaba era que cerca de su hogar había una palmera. La palmera es símbolo de prosperidad y victoria. En esa zona no era común que hubiese palmeras, así que podemos ver que Dios quería hacer algo especial con ella. Por tanto se sentaba debajo de la palmera para escuchar a las personas y aconsejarles. El pueblo estaba muy afligido y cargado por consecuencia de haberse apartado de Dios. Así que Débora les daba esperanza.

Natalia: La situación de Israel en esa época era de conflicto, una situación oscura. Muy parecida a la que hoy tenemos, donde nuestra sociedad busca un referente en la política o en la misma sociedad y no la encuentra. Pero Dios había puesto a Débora en ese lugar por sus características como mujer. Les recordamos que la historia de Débora está en Jueces 4 y 5.
Pero un punto fundamental en su vida era su familia, cuéntanos un poco más.

Eli: Así es, Débora fue muy admirada por su esposo, no se menciona si tuvo hijos. Lapidot se llamaba el esposo de Débora, y en la Biblia los nombres son muy significativos. Y Lapidot significa «antorcha o destellos relampagueantes». El era muy tranquilo y animaba mucho a Débora con su amor, simpatía y consejo. El era muy bueno y prominente en la fe así como ella. Hoy día es muy lindo ver a los esposos que ayudan y consuelan a sus esposas, así como lo hacía Lapidot para que ella se destacara en la función que cumplía.

Natalia: Se nota en la historia que Débora tuvo el apoyo y respaldo de su esposo, porque la vemos con una gran fortaleza frente al pueblo.

Eli: Pienso que lo que existía entre ellos era una excelente comunicación y que juntos muchas veces entrarían a la presencia de Dios, buscando su guía y su dirección. Débora fue profetiza, eso significaba que ella tenía la capacidad para distinguir la mente y el propósito de Dios. Y ser portavoz al pueblo, un medio entre Dios e Israel. Débora cuando hablaba derramaba sabiduría. Esto me hace pensar y preguntarme si cuando nosotras hablamos estamos derramando de la sabiduría de Dios e instrucción mientras estamos declarando un consejo. Débora era una mujer de mucha «escucha», de mucho aplomo y muy respetuosa de la diversidad que Dios creó para cumplir distintos roles. Porque todos somos diferentes. Su tarea era hermosa pero también muy tensionante.

Natalia: Así es, Débora era una mujer que hablaba de Dios porque le conocía y tenia noción de lo que Dios quería en ese momento para su pueblo. Ella sirvió a Dios y se dejo usar por él tanto como ciudadana, profetiza y jueza.

Eli: Claro, se le ha calificado como «agitadora», pero en el sentido de la persona que está para instigar o para despertar. Con el objetivo de producir un cambio y en este caso era un cambio de actitud del pueblo ante Dios. Ella despertó la preocupación de Israel, por su condición espiritual. Tuvo la capacidad, la sabiduría y el tanto para que el pueblo viera que era valerosa, sabia pero muy piadosa. El pueblo veía que ella era la mediadora, la que los iba a ayudar a entrar nuevamente en comunión con Dios. El Señor usó a Débora en una época donde la mujer era totalmente subordinada. También la podemos ver como una mujer de decisión, ya que va con Barac al frente de batalla. Barac fue un hombre muy respetuoso, ya que respetó lo que Dios quería hacer con Débora, respeto su rol. Ella fue a la guerra no solo con las palabras, sino que salió al frente con espada para quitar el yugo del opresor. Débora va a la batalla con Barac a pesar de que él dudó. Se enfrentan a los Cananeos que eran sus enemigos y salen vencedores porque Dios obró, Dios envío granizo y tormenta. Había una gran diferencia entre los dos ejércitos, ellos eran 10.000 hombres y los Cananeos eran 100.000 hombres además de 900 carros. A pesar de ellos con la ayuda de Dios salieron victoriosos, porque los Cananeos huyen y con ellos huye Sísara.
Débora después compuso un cantito, que para algunos es superior al cántico de María. Ella relata lo maravilloso que fue esa victoria dada por Dios, de la prueba de la conquista sale la purificación moral de la nación. El último aspecto que podemos ver de Débora, es que fue la «madre» de Israel.

Y podemos hacer un paralelismo entre ella y el Señor Jesús. Porque él cargó en sus brazos a los niños, los bendijo y actúo como padre. Él no tuvo hijos pero adoptó a todos los niños. Y Débora nunca experimentó la verdadera maternidad, pero si fue la madre para todo el pueblo; la «madre espiritual». La fuente de su maternidad fue la piedad, por encina de sus extraordinarios dones y de su confianza en Dios. Su corazón estaba fijo totalmente en el Señor.