Bautismo (1ª Parte)
25 abril, 2013Deudores de entregar el Evangelio
25 abril, 2013Bautismo
(2ª parte)
Autor: William MacDonald
La palabra discípulo ha sido por demás utilizada, y cada usuario le ha dado el significado de su conveniencia. El autor de este mensaje nos lleva a examinar la descripción de discipulado que presentó Jesús en sus enseñanzas, la cual se halla también en los escritos de los apóstoles, para que aprendamos y descubramos más acerca de este concepto.
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PE1880 – Estudio Bíblico – Bautismo (2ª Parte)
¡Qué gusto estar con ustedes nuevamente, queridos amigos oyentes! Comenzamos con un resumen de lo dicho anteriormente acerca del bautismo.
Para que alguien pueda discipular a otra persona, debe asegurarse que dicha persona entienda el significado del bautismo y que la misma haya sido bautizada.
El bautismo cristiano es una ceremonia por la cual el nuevo creyente, públicamente, declara que es un seguidor del Señor Jesucristo. Está testificando, simbólicamente, que ha muerto con Cristo, que fue sepultado con Cristo y que resucitó para caminar en novedad de vida.
Todo aquel que declare haber nacido de nuevo a través de la fe en Cristo debería bautizarse. Aunque esta ceremonia no es una garantía de que la persona sea verdaderamente salva.
En el Nuevo Testamento, la Iglesia practicaba el bautismo inmediato. Tan pronto como una persona se arrepentía y creía en el Salvador, era bautizada. No había un período de espera.
En la Gran Comisión (de Mt. 28:19), Jesús enseñó a Sus discípulos a bautizar a aquellos que se aferraban a la fe cristiana.
La iglesia primitiva practicaba el bautismo por inmersión, es decir, sumergiendo momentáneamente la persona completamente debajo del agua, para luego hacerla emerger. Únicamente la inmersión refleja el verdadero significado del bautismo; es la sepultura del viejo hombre y la resurrección de una nueva persona en Cristo (como se menciona en Ro. 6:4). Únicamente la inmersión simboliza la verdad de ser plantados en la semejanza de la muerte de Cristo (como lo afirma Ro. 6:5).
En la Escritura no hay ninguna referencia al bautismo de bebés. Ésta es una enseñanza antibíblica, y no sólo es una negación del verdadero evangelio, sino que además no lo demuestra la subsiguiente vida de muchos que fueron bautizados siendo bebitos.
El bautismo no es necesario para la salvación. Más de 150 veces en el Nuevo Testamento, la salvación se presenta como un regalo para aquellos que confían en la persona y en la obra del Señor Jesús. Pero, síesnecesario por razones de obediencia. Es un mandamiento en el Evangelio de Mateo, puesto en práctica en el libro de Hechos, y explicado en Romanos 6. Es una de las dos ordenanzas de la iglesia cristiana (la otra es la Cena del Señor), y por lo tanto es importante. Puede ser que una persona vaya al cielo sin ser bautizada, pero quedará sin bautizarse para toda la eternidad. Es algo que podemos hacer en la tierra (lo cual no podremos hacer en el cielo) para complacer el corazón de Cristo.
En el programa anterior habíamos llegado a la octava pregunta en cuanto al bautismo, y era ésta:
¿QUÉ DE LOS VERSÍCULOS QUE A MENUDO SE USAN PARA ENSEÑAR QUE EL BAUTISMO ES NECESARIO PARA LA SALVACIÓN?
Juan 3:5, por ejemplo, donde dice:“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.No se menciona el bautismo aquí. El agua algunas veces es usada como símbolo de la Palabra y del Espíritu Santo, pero nunca del bautismo. Los judíos sí tenían lo que se conocía como un bautismo proselitista, para los gentiles que se convertían al judaísmo, pero Jesús seguramente no le estaba hablando de esto a Nicodemo, ya que éste no era un convertido; él no sólo era un judío de nacimiento, sino también un gobernador de los judíos. Jesús no podía estar hablando del bautismo cristiano debido a que la iglesia cristiana no comenzó a existir hasta el día de Pentecostés.
Ef. 5:26:“… para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra”.No se menciona el bautismo aquí. El lavamiento del agua es por la Palabra, no por el bautismo.
Tito 3:5:“… nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”.No hay mención al bautismo aquí.“El lavamiento de la regeneración”significa la limpieza que se produce por el nuevo nacimiento.
Marcos 16:16:“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado”.Aquí el bautismo no es el medio de salvación, sino la esperada confesión pública que le sigue. La última parte del versículo muestra que únicamente la fe es el medio de salvación.
En Hechos 2:38, vemos que:“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.Esto se le dijo a las personas de Israel (como vemos en Hechos 2:22), la nación que era culpable en particular por la muerte del Hijo de Dios (como se menciona en Hechos 2:23). Al bautizarse, los creyentes judíos se separaban a sí mismos de la nación culpable. Se separaban a sí mismos de una generación perversa (mencionada en Hechos 2:40). Únicamente así el Señor les enviaría al Espíritu Santo. Esto se aplica también a Hechos 22:16. Al ser bautizado como cristiano, Saulo de Tarso lavó sus pecados relacionados con la muerte de Cristo y la persecución de Su pueblo. Sólo a los judíos se les dijo en algún momento que fueran bautizados para la remisión de sus pecados. Hechos 2:38 también puede significar “bautícense debido a que sus pecados han sido perdonados como resultado de su arrepentimiento”. Cuando vemos un afiche que dice “Buscado por asesinato” no significa “Buscado para que cometa asesinato”, sino “Buscado porque ha cometido un asesinato”. La palabra“para”en el versículo 38 puede significar “debido a”.
1 Pedro 3:21, dice:“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo”.La liberación de Noé y su familia es una ilustración de nuestra salvación. Notemos lo siguiente: El arca es una figura de Cristo. El diluvio es un símbolo del juicio de Dios. El arca era el único medio de salvación del juicio de Dios. El arca fue bautizada en el agua. Aquellos que estaban en el arca fueron bautizados por el bautismo del arca. Aquellos que estaban en el agua perecieron. Ahora note la correspondencia en esta analogía: Cristo es el único camino de escape del juicio de Dios. Él fue bautizado en el agua de la ira divina. Él comparó su muerte con un bautismo.“De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!”(leemos en Lc. 12:50.
Aquellos que están en Cristo, es decir, quienes creen en Él, son salvos. Aquellos que fueron literalmente bautizados en las aguas del Diluvio perecieron. Así que el pasaje no puede usarse para enseñar la salvación a través del bautismo.
Somos salvos, no por nuestro bautismo, sino por el bautismo de muerte de Cristo en el Calvario.
Con respecto a estos versículos que se mal usan para enseñar la salvación a través del bautismo, debemos repetir que unos pocos versículos no pueden contradecir la gran cantidad de versículos que enseñan la salvación únicamente por fe.
Spurgeon estuvo en lo correcto cuando escribió: Usted puede hacer que un hombre esté toda su vida debajo de la ducha, pero no puede hacerlo “miembro de Cristo” de esa forma. O puede sumergirlo a través de todo el Océano Atlántico, pero aunque sobreviviera dicha inmersión, no sería una mejor persona después de eso. La puerta no es el bautismo, sino Cristo. Si usted cree en Cristo, es miembro de Su iglesia. Si su confianza está depositada en Cristo, que es el gran camino de salvación de Dios, entonces tiene evidencia que fue escogido por Él antes de la fundación del mundo, y que su fe le asegura todos los privilegios que Cristo ha prometido en Su palabra para los creyentes.