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Entrevistamos a Guillermina Espinel, directora del Centro de Vida Abundante, una organización que trabaja en la prevención del aborto, asistencia a la maternidad, y tratamiento postaborto. Te invitamos a conocer su experiencia en esta área, así también como la forma en la que llegó a este ministerio y su punto de vista sobre la legalización del aborto en Uruguay.


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EA727 – Entre Amigas –
CENVIAB: Centro Vida Abundante – Parte 1



Entrevista a Guillermina Espinel

Victoria: Aquí estamos con Guillermina Espinel, directora del Centro de vida abundante.

Guillermina: Bueno, muchas gracias por la invitación, estoy muy contenta de poder conversar contigo y también de poder llegar a más personas. Espero que esto pueda ser de ayuda y de bendición.

Victoria: Ya hemos hablado contigo varias veces, y cuando hablamos de CENVIAB hablamos del trabajo que ustedes realizan, que lo asociamos con lo que tiene que ver con el aborto y demás, pero no se queda solo en eso, sino que tiene que ver con un trabajo, como ustedes lo definen, provida. Es ayudar a la mujer a que tenga ese embarazo que quizás no planificó, o que no planifica llevarlo a término. Pero, de todas maneras, quiero que me presentes el trabajo que hace CENVIAB a grandes rasgos.

Guillermina: Bueno, sin duda que la temática central o iniciadora de todo esto fue la temática del aborto, y después si querés te cuento cómo llegamos a ese punto. Pero en sí nos dedicamos a tres áreas que tienen que ver con la prevención y ayuda en el aborto, y me refiero a la ayuda postaborto, obviamente. Cuando hablamos de las tres áreas, hablamos en primer lugar de la prevención del aborto. Consiste en enseñar los principios bíblicos en cuanto a sexualidad y al matrimonio, ya que pensamos que es la mejor forma de prevenir abortos. Si sabemos el plan de Dios, vamos a entender que no hay embarazos no planificados, y no hay hijos no amados, pero obviamente mucha gente ignora este plan de Dios para la sexualidad y para el matrimonio y se enfrentan con embarazos en crisis. En esos casos, nuestra organización trata de proveer ayuda desde lo emocional, espiritual, psicológico, y también asesoría. Nosotros hemos tenido que asesorar a chicas y a mujeres embarazadas en temas legales, de ayuda hasta con violencia doméstica, así que trabajamos para todo lo que favorezca la vida y para brindar apoyo.

Nosotros como filosofía entendemos que no somos salvadores, que el único que salva es Cristo, y por eso queremos darles herramientas a las mujeres para que en sus situaciones puedan encontrar a Cristo. Desde encontrarle como salvador, y también como la ayuda y como la guía que él es. Entonces no queremos generar una dependencia ni en nosotros ni en nuestra organización, sino dar herramientas. Y finalmente, sabemos que la realidad del aborto ha tocado a mucha gente ya. Se dice que, si en Estados Unidos hoy se dejaran de hacer abortos, si no hubiera ni un solo aborto más, con los 2500 centros de ayuda, igual habría trabajo para estos centros por 50 años más. ¿Por qué? Porque las secuelas del aborto quedan, y gran parte de lo que nosotros creemos que Cristo vino a hacer, es dar vida y vida en abundancia a pecadores, a gente que erró y que puede ser restaurada. Y el aborto no es una excepción. Entonces la gente que hoy sufre por las consecuencias de un aborto que quizás se realizó sin tener mucho en cuenta el después, hoy puede encontrar restauración en Cristo. Esas son las tres áreas en las cuales nosotros enfocamos nuestro trabajo.

Victoria: Más que nada es un tema de asesoría, de consejería, pero por ahí, me imagino que hay momentos en los cuales hay que hacer otro tipo de aporte, ya sea material o económico. ¿No es así?

Guillermina: Sí, obviamente. Uno de los ministerios que nosotros tenemos se llama cartas y escarpines. Nosotros vamos a las maternidades de dos hospitales públicos del país, uno de ellos es el Pereira Rossell, donde 1 de cada 4 uruguayos nace. Ahí hay más o menos 200 mujeres que están por tener familia o que ya han tenido familia, y nosotros vamos 3 veces al año llevando donaciones: ropita, pañales, escarpines, pero siempre en los paquetitos que armamos, que son muy delicados ya que está todo hecho a mano con mucho amor por mujeres de varias iglesias, también llevamos cartas escritas a mano, personales de mujer a mujer o de madre a madre, dando un apoyo a la vida. Reconociendo que fue un paso valiente, un paso que significa madurez, esfuerzo, responsabilidad, pero también animando. Las mujeres que son madres saben que se enfrentan muchos desafíos hermosos con la maternidad, pero es lindo saber que hay alguien que está a disposición, que está para apoyar si necesitamos ayuda. Y de hecho tenemos contacto con mujeres que hemos conocido en el hospital. Entonces no es solo teoría o consejería puntual bíblica sino también apoyo en lo que podamos.

Victoria: Guille, vos estás al frente, sos la cara visible. Es una idea que trajiste de otro lugar, desde Estados Unidos, tal vez viendo cómo se trabaja este tema en otros países. Vos me dijiste que la iglesia tiene que ser referente en la comunidad, pero que a veces no alcanza, o la gente que no cree que está lo suficientemente capacitada, y espera que lo hagan otros. ¿Cómo surgió la idea de trabajar acá en Uruguay?

Guillermina: Bueno, para contarte un poquito el trasfondo, yo tuve la bendición de poder prepararme en una universidad cristiana. Me gradué de una universidad de los Estados Unidos en diseño de interiores, carrera en la cual no ejerzo en este momento, y en consejería bíblica como mi segunda carrera. Como tú bien dijiste, yo ahora ejerzo la profesión de docente hace ya varios años. Pero, luego de graduarme y volver a mi país, estaba preguntándome qué era lo que Dios quería que hiciera. Tenía mucha carga por la juventud, y siempre oraba por una forma de poder llegar a la juventud uruguaya. Los veía en las esquinas, tomando cerveza, sin un rumbo, pero no sabía cómo llegar. En ese período de oración yo recibí una invitación para volver a la misma ciudad donde había estudiado, pero concretamente para estudiar consejería postaborto. Yo, como cristiana, sabía que el aborto era algo malo, sabía que no era lo que Dios planeaba, ya que Dios ha dicho “No matarás”, y el aborto, si lo definimos sin ningún tipo de filtro semántico, es el asesinato del niño en el vientre materno. Entonces yo eso lo entendía, pero no era algo que comprendiera más allá.

Cuando llegué a Estados Unidos, viste que mencionamos las tres áreas del ministerio: la prevención, la ayuda en la crisis y el postaborto. Bueno, yo el primer día que llegué me enfrenté con la peor de todas que es el postaborto. El primer día que estuve de entrenamiento en esa organización que se llama Piedmond Women´s Center, que también hacen el mismo trabajo que nosotros aquí, me enfrenté con mujeres que habían tenido 3, 4, 5, 6 abortos. Quedé realmente impactada. No sabía que la reincidencia de un aborto era tan grande, y es así. La realidad del aborto es que una vez que una mujer tiene un aborto, lo aplica como forma de prevención del embarazo, vuelve a hacerlo.

Una mujer en particular había tenido un aborto de adolescente, dos abortos en un período de 4 meses, y después un tercer embarazo que sí llevó a término, y le trajo muchas consecuencias con ese hijo. Cuando conoció a Cristo y en su honestidad quiso contarle a su hijo su experiencia de vida, el niño se vio muy afectado, entendiendo que si su mamá no hubiera abortado a sus dos hermanitos él no existiría. Y eso me llevó a darme cuenta de lo que es la realidad del aborto.  La primera mentira que nosotros escuchamos es que es un asunto de mujeres y que es el derecho de la mujer. Eso es una mentira. El aborto es un asunto de vida o muerte que afecta a toda la sociedad. Afecta a la mujer, afecta al hombre, afecta a los familiares, afecta a los profesionales de la salud, afecta a la sociedad entera, porque lo que se está cambiando al decir que es un derecho de la mujer, es la concepción de vida. Es el concepto de valor de una vida. Y todo eso afecta mucho más, no queda solo en el aborto.

Todo eso fue como un baldazo de agua fría el primer día de entrenamiento, y por eso me quedó muy claro que yo tenía que involucrarme en este tema. No podía tener toda esa información, toda esa verdad conmigo, y hacer como que nada había pasado, seguir mi vida diciendo que el aborto estaba mal y ya está. Sabía que de parte de Dios estaba claro que yo tenía que empezar a trasmitir estas verdades a otros para decir: esto es un problema muy serio, muy grave, y ofende la gloria de Dios, su lugar como Dios, su lugar como el que da y quita la vida a quien quiere, y también está presente el hecho de valorar la vida como Dios la valora. Dios ama la vida, Dios da vida. Por eso nuestro centro se llama Centro de Vida Abundante, porque sabemos que esas son palabras de Jesús. Él vino a dar vida, no muerte, y vino a darla en abundancia. Así que desde ese momento supe que este era un tema que iba a seguir a lo largo de mis días en mi ministerio.

Victoria: Guille, con una legislación que hace 2 años ya permite, por lo menos en Uruguay, la interrupción del embarazo por la ley de salud sexual y reproductiva hasta las 12 semanas con asistencia médica, ¿cómo trabajan ustedes con eso? Porque de alguna manera se da un mensaje, por lo menos a largo plazo, de que abortar está bien, de que está avalado. Entonces, ¿cómo lo trabajan a eso?

Guillermina: Nosotros en primer lugar, de cara a las iglesias locales, tenemos que informar. Hay mucha confusión en saber lo que la ley permite, y en saber lo que la ley no permite, y, además de eso, hay mucha confusión en lo que tiene que ver con los principios que llevaron a eso. Hay cristianos que no entienden claramente, y están confundidos, y dicen: bueno, pero si ella no lo puede tener, o si fue resultado de una violación, o de incesto, o de abuso, entonces está bien. Y nosotros una y otra vez volvemos a lo que son los principios de vida. Nosotros como seres humanos fuimos creados a imagen de Dios. Ningún otro ser de la creación de Dios lleva la imagen de Él en sí, y como nosotros somos a imagen de Dios, reflejamos a Dios en nuestro intelecto. Así como Dios tiene una capacidad de razonar, nosotros también la tenemos, gracias a que nos la dio para que podamos conocerlo. Ningún otro animal, nada de la creación puede conocerlo de igual manera. Tenemos emociones al igual que Dios, podemos amar, podemos odiar, así nos hizo para que podamos relacionarnos con Él, y nos dio una voluntad, así como Él elige amarnos, Dios quiere que elijamos amarlo. Esas confusiones, son las que nosotros queremos atacar más que todo. Porque si en la iglesia hay confusión, ¿cómo no esperamos que en la sociedad haya confusión? La sociedad piensa que un niño, antes de las 12 semanas, si la madre lo considera un problema, es un problema. La sociedad no le da valor como ser humano, cuando antes estaba avalado en la constitución que todo ser humano tenía derecho a su vida. Entonces, hay mucha falta de información de lo que realmente la ley hizo. La ley, al establecerse, violó pactos internacionales que regían en Uruguay. Por eso nuestra tarea principal es informativa. Nosotros decimos que la guerra para prevenir el aborto, porque es una lucha, es una guerra de ideas, es una guerra semántica. Hoy nosotros hablamos del “proceso de interrupción voluntaria del embarazo”, pero ese concepto, esa forma de hablar, esa sintaxis usada es errónea en el sentido de que toma solo una parte de la realidad. Sí, es real, la mujer está un proceso de embarazo, pero al mismo tiempo hay otro ser implicado. Hablamos de los derechos de ella, pero violamos y tiramos por tierra los derechos de otro ser humano que está en gestación y que tiene el mismo derecho a vivir que ella.

El primer ataque hacia lo que es la legalización ahora, es informar en cuanto a la realidad. Informar en lo que fue el proceso también, sobre cómo el gobierno, la única opción que ha ofrecido es que tú puedas terminar con un embarazo, cuando las leyes de adopción no han mejorado, cuando no hay leyes de apoyo a la maternidad concretas. Son asociaciones civiles las que ayudan, pero el gobierno no tiene un programa de ayuda en la maternidad. Y yo no se cómo es la realidad de los países en los cuales están nuestros oyentes, pero el país de Uruguay tiene una población avejentada con serios problemas a todo tipo de nivel. Entonces no hay mucha lógica en una medida que se tomó a raíz que en el 2003 fue el año donde hubo más muertes registradas por aborto clandestino que fueron 9. Y entendamos esto, y que la audiencia entienda esto: Una muerte por aborto ya es un desastre, no debería haber ni una sola muerte. Pero nosotros entendemos que la forma de prevenir las muertes por aborto clandestino es lograr que esa mujer entienda que el aborto no es la solución. Que crea otro tipo de problemas, y suelen ser más graves. Porque siempre está la opción de vida de darlo a una familia que lo pueda criar.

Explicando todos estos conceptos, nosotros tratamos de llegar a donde se nos permita llegar. Hemos intentado llegar a escuelas, a los programas de educación y hemos sido rechazados. Entonces, por un lado, tenemos un gobierno que no entiende lo que son los problemas de la permisividad sexual: hacé todo lo que tú quieras, total, si tu consecuencia es un embarazo, tú no pagás. Ese es básicamente el mensaje que el gobierno está dando. Estas “soluciones” dicen bueno, si hay algún problema tu no vas a pagar. Y eso es terrible. Entonces, nosotros enfrentamos esto con información real. Siempre decimos que la mujer que no cree en Dios, que no es creyente y que va a tomar una decisión, el primer derecho que debe tener es el derecho a tener la información verdadera, y a poder estudiar todo el abanico, ver todo el panorama de lo que le va a pasar. No es una decisión que tomás hoy y no tiene consecuencias de aquí a 5 años, a 10 años, en todo aspecto de la vida. Es necesario brindar información real, información guiada a lo que es verdad, no guiada a que la solución sea el aborto, sino que guiada a la vida.

Victoria: Muy bien, Guillermina Espinel, directora del Centro de Vida Abundante. Gracias por estar con nosotras, nos vamos a reencontrar en una próxima entrevista porque queda mucho más para hablar. Muchas gracias.

Guillermina: Bueno, muchas gracias a ti.

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