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Autor: William MacDonald

Los Hechos de los Apóstoles y las epístolas nos ayudan a conocer mejor la vida de los primeros cristianos y la doctrina fundamental de la fe. Vemos paralelamente al relato histórico el movimiento y la relación entre quienes nacían de nuevo en los primeros años de la Iglesia.


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PE2529- Estudio Bíblico
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Hechos y las Epístolas

EN EL PROGRAMA DE HOY ANALIZAREMOS EL LIBRO DE LOS HECHOS. El erudito de la Biblia J. B. Phillips denominó a este libro La Joven Iglesia en Acción. Es un buen título. Este libro también ha sido llamado, Los Hechos del Espíritu Santo. Este también lo describe bien. La narración cubre un período de 34 años—desde la ascensión de Cristo hasta el primer encarcelamiento de Pablo, en el 63 d.C. Pedro ocupa el rol principal en los capítulos del 1 al 12. Luego de eso, Pablo toma el papel central. El texto no ofrece una historia completa, sino más bien eventos aislados elegidos por el Espíritu Santo para marcar el desarrollo espiritual de la Iglesia Primitiva.

Los hechos describen el cumplimiento histórico del mandato de Cristo de que el evangelio debía ser predicado primero al judío, y después al gentil. Las audiencias en los primeros capítulos están constituidas por judíos, pero como la mayoría de los del antiguo pueblo de Dios rechazó el mensaje consistentemente, el evangelio se extendió a los gentiles. En el capítulo 28 verso 28, se registra otro quiebre con Israel. A menudo, este libro es llamado transicional, ya que abarca la transición entre el tiempo de la ley y el tiempo de la iglesia, del judaísmo al cristianismo.

Hablemos de LOS HECHOS Y LA SALVACIÓN HOY EN DÍA. El orden que se aplica en la actualidad se encuentra en el capítulo 10. Una vez que Israel se hizo a un lado, el evangelio se expande principalmente entre los gentiles. El orden es Primero fe, luego recepción del Espíritu Santo, y posteriormente el bautismo en agua. ¿Qué pasa con los judíos que creen hoy? El orden es el mismo. Israel como nación fue apartada temporalmente, y ahora “no existe diferencia” Según leemos en Romanos 3:22b.

Una de las lecciones claves en el Libro de los Hechos es la soberanía del Espíritu Santo. Él actúa como Él quiere, y el hombre no puede limitarlo. Es infinitamente variado en los métodos que usa, y es un error intentar limitarlo a estructuras fijas. Los símbolos del Espíritu, viento, aliento, agua, fuego o nube, son fluidos e impredecibles. Así también es el propio Espíritu Santo en el Libro de Hechos.

HABIENDO DICHO ESTO COMENZAREMOS CON LAS EPÍSTOLAS BÍBLICAS. Una de las grandes claves en el estudio de las epístolas es distinguir entre lo que tiene que ver con la posición del creyente y su práctica. Al menos tres de las epístolas, Romanos, Efesios y Colosenses, están estructuradas de esta manera. Los primeros capítulos se refieren a la posición, los últimos a la práctica. Una frase que describe nuestra posición es “en Cristo” y a veces la frase “en el Señor” describe nuestro estado.

Es preciso distinguir entre lo que es fundamental y lo que no es esencial. En Romanos 14:5, Pablo dice, “Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa”, queriendo decir que era un tema de decisión personal. Aquí hay espacio para una diferencia de opinión. Pero el apóstol no se está refiriendo a los fundamentos de la fe. Está hablando de temas de indiferencia moral, esto es, temas de no mucha importancia. Donde sea que la Biblia se exprese en forma de mandamiento, no hay espacio para la opinión individual. Pero en lo que no es esencial, se permite esta diferencia.

Escribiendo a los Corintios, Pablo dice, “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”. ¿Quiere decir, entonces, que él estaba dispuesto a sacrificar principios bíblicos para poder salvar a los perdidos? ¡Claro que no! Significa que estaba dispuesto a hacer cualquier concesión que no viole la Palabra de Dios.

En otra ocasión escribiendo a Tito, él dice, “Todas las cosas son puras para los puros”. Quitado de su contexto hasta podría significar que la pornografía y la inmoralidad son cosas puras. Pero eso es algo falso. Sólo puede referirse a temas que no son pecaminosos ni impuros en sí mismos. Aunque el creyente no está bajo la ley, ¡las epístolas del Nuevo Testamento están llenas de mandamientos para obedecer! Sin embargo, no fueron dadas como leyes con penalidades incluidas, sino instrucciones para aquellos que han sido salvos por gracia.

Recuerde, que como se mencionó anteriormente, la obediencia es el órgano del conocimiento espiritual. No es posible enfatizar esto más de la cuenta. No es el coeficiente intelectual de una persona lo que realmente cuenta; ¡es su coeficiente de obediencia!

Cuando el Espíritu Santo usa diferentes palabras, generalmente también hay significados diferentes. Por ejemplo, todos los creyentes son pueblo de Dios e hijos de Dios, y estos términos no son sinónimos. El hecho de ser pueblo de Dios los ubica como miembros de la familia de Dios. Ser hijos quiere decir que son tratados como adultos con todos los privilegios y responsabilidades de hijos e hijas maduros.

El estudio de las epístolas es realzado cuando estudiamos también su trasfondo histórico en el Libro de los Hechos. Por ejemplo, al estudiar Gálatas 2:1-10, lea Hechos 15:1-29. 1 y 2 Timoteo también tienen material de trasfondo desde Hechos 16:1 en adelante.

EXISTE UN CAPITULO EN LA EPÍSTOLA DE ROMANOS QUE ES MÁS CRUCIAL DE LO QUE MUCHOS SE DAN CUENTA. NOS REFERIMOS A ROMANOS ONCE Y LE DEDICAREMOS UNA ATENCIÓN ESPECIAL. Una interpretación apropiada del mismo es esencial para entender el programa de Dios para el futuro, especialmente para el futuro de Israel. Hay puntos básicos que, si nos acompaña con su Biblia, nos dispondremos a estudiar en profundidad.

Romanos 11 1 y 2 leemos: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció”. En su mente, agregue la palabra “completamente” en los versos 1 y 2. El contexto lo demanda. Dios ha desechado a Su pueblo pero no completamente. El mismo Pablo es una excepción. Del mismo modo, en su mente, suplante la palabra “finalmente” en el verso 11. Pablo no niega que Israel ha caído, en el versículo 12 dice que así es. Pero no es definitivo. Ellos serán restaurados.

Al ver los versículos 13 al 24 recuerde que en los versos 13-24 el apóstol Pablo está hablando a los gentiles y no a la iglesia de Dios. Si usted lee este pasaje como si fuera para la iglesia, entonces esta podría ser eliminada, según el verso 22. Pero esto es imposible; los miembros de la iglesia están sellados para el día de la redención tal y cómo leemos en Efesios 4:30.

Recuerde que el buen olivo bien cultivado al que se hace mención en los versículos 17 al 24 representa el linaje privilegiado de siglos anteriores, y no la nación de Israel.¡Esto es muy importante! Las ramas naturales son Israel, las ramas silvestres son los gentiles. Israel era el pueblo escogido de Dios, las ramas originales del olivo. Pero la nación ha sido apartada temporalmente, y ahora los gentiles están en el lugar de privilegio. El propósito de Dios es tomar a los gentiles como pueblo para Su nombre.

La plenitud de los gentiles que se menciona en el verso 25 se relaciona al tiempo en que la novia gentil de Cristo sea raptada y Dios reanude Sus relaciones diplomáticas con Israel como nación. No confunda esto con “los tiempos de los gentiles” de Lucas 21:24. Ese es el período durante el cual Israel es dominado por naciones gentiles, incluyendo la actualidad. Finaliza en la Segunda Venida de Cristo.

El versículo 26 de éste capítulo 11 describe que “…luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad”. En su mente, agregue la palabra “creyente” en el versículo 26. Todo el Israel creyente será salvo. Sabemos de otras porciones de las Escrituras que la parte incrédula de la nación será destruida cuando Cristo venga a reinar.


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