¿Cuál es la diferencia? (1ª parte)

Jabes, un hombre que oró (11ª parte)
13 abril, 2020
¿Cuál es la diferencia? (2ª parte)
29 abril, 2020
Jabes, un hombre que oró (11ª parte)
13 abril, 2020
¿Cuál es la diferencia? (2ª parte)
29 abril, 2020

Autor: William MacDonald

Un enfoque claro sobre algunas de las principales enseñanzas de la Biblia: ley y gracia, venidas de Cristo, Israel y la Iglesia, expiación, dos naturalezas, y más.


DESCARGARLO AQUÍ
PE2416 – Estudio Bíblico
¿Cuál es la diferencia? I (1ª parte)



¿Cómo están, amigos? En este programa quisiera enfocarme en hablarles a ustedes sobre “las edades”. “¿Edades? ¿Qué es eso?” quizá se esté preguntando usted. Bien, amigo, Dios ha dividido toda la historia humana en edades; estas edades pueden ser largas o cortas, pero lo que las distingue no es su duración, sino la forma en la que Dios trata con la humanidad. Mientras que Dios mismo nunca cambia, Sus métodos sí cambian. Él obra en formas distintas según de qué edad se trate. Decimos en algunas ocasiones que Dios administra Sus asuntos con el hombre durante una era particular como una “dispensación”. Técnicamente, una dispensación no significa una edad, sino una administración, una mayordomía, un orden, o una economía. Pero nos resulta difícil pensar acerca de una dispensación sin pensar acerca del tiempo. Por eso en este programa consideraremos que una dispensación es la forma en la que Dios trata con los hombres durante un período determinado de la historia. Los tratos “dispensacionales” de Dios se pueden comparar con la forma en la que se lleva una casa. Cuando solamente están el esposo y la esposa en la casa se sigue un cierto programa. Pero cuando hay varios hijos pequeños se introduce un sistema totalmente nuevo. Al ir madurando los niños los asuntos del hogar vuelven a manejarse de forma enteramente nueva. Vemos este mismo modelo en los tratos de Dios con la raza humana.

Por ejemplo, en Génesis 4:15 leemos que cuando Caín mató a su hermano Abel, Dios le puso una marca, a fin de que cualquiera que le hallara no lo matara. Y, a pesar de ello, después del Diluvio, en Génesis 9:6 leemos que Dios instituyó la pena capital, decretando que “el que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada”. ¿Por qué esta diferencia? Debido a que hubo un cambio de dispensación. Otro ejemplo se halla en el Salmo 137:8, 9, en el que el escritor demanda un severo juicio sobre Babilonia: “Hija de Babilonia la desolada, Bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña”. Y a pesar de ello, el Señor enseñó más tarde a los Suyos en Mateo 5:44: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.

Más allá de estos ejemplos, no todos los cristianos concuerdan con el número de dispensaciones o con los nombres que se les debería aplicar. De hecho, no todos los cristianos aceptan las dispensaciones. Pero podemos demostrar la existencia de ellas de la siguiente manera. Primeramente, hay por lo menos dos dispensaciones, la ley y la gracia: “Pues la ley por medio de Moisés, fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”, señala Juan 1:17. El hecho de que nuestras Biblias estén divididas entre Antiguo Testamento y Nuevo Testamento indica que tuvo lugar un cambio de administración. Se da más prueba de ello en el hecho de que no se requiere que los creyentes de esta edad ofrezcan sacrificios animales; esto indica también que Dios ha introducido un nuevo orden. Pero si aceptamos que existen dos dispensaciones, quedamos obligados a creer que existen tres, debido a que la Dispensación de la Ley no fue introducida hasta Éxodo 19, miles de años después de la Creación. Por lo tanto, debe haber existido por lo menos otra dispensación antes de la ley. Con esto llegamos entonces a tres dispensaciones. Luego, amigo, deberíamos coincidir en que existe una cuarta dispensación, debido a que las Escrituras en Hechos 6:5 hablan del “siglo venidero”. Naturalmente, éste será el tiempo cuando el Señor Jesucristo volverá a reinar sobre la tierra, que se conoce también como el Milenio. El apóstol Pablo distingue también entre la presente edad y una edad que está por venir. Él habla, primero, de una dispensación que le fue confiada a él en relación con la verdad del evangelio y de la iglesia. Esta es la edad presente. Pero Pablo señaló también una futura edad cuando se refiere en Efesios 1:10 a “la dispensación del cumplimiento de los tiempos”. Está patente en la descripción que hace de ella que no ha llegado todavía. Así que sabemos que no estamos viviendo en la edad final de la historia del mundo.

El doctor Scofield, editor de la Biblia Anotada de Scofield, señala siete dispensaciones:

  • 1. Inocencia. Desde la creación de Adán hasta su caída.
  • 2. La Conciencia o Responsabilidad Moral. Desde la caída hasta el final del Diluvio.
  • 3. Gobierno Humano. Desde el final del Diluvio hasta la llamada de Abraham.
  • 4. Promesa. Desde la llamada de Abraham hasta la promulgación de la Ley.
  • 5. La Ley. Desde la promulgación de la Ley hasta el día de Pentecostés.
  • 6. La Iglesia. Desde el día de Pentecostés hasta el Arrebatamiento.
  • 7. El reino milenario de Cristo.

En su diagrama titulado “El curso del tiempo desde la eternidad hasta la eternidad”, Booth también ve siete dispensaciones de la historia humana tipificadas en los siete días de Génesis:

  • Primer día: El hombre probado a la luz de la creación.
  • Segundo día: Gobierno (desde el Diluvio hasta la división de las naciones).
  • Tercer día: Israel (desde Abraham hasta el final de los Evangelios).
  • Cuarto día: La Gracia.
  • Quinto día: La Tribulación.
  • Sexto día: El Milenio.
  • Séptimo día: La Eternidad.

Mientras que no es importante concordar en los detalles precisos, es de gran importancia el observar que existen diferentes dispensaciones. La distinción entre la ley y la gracia es especialmente importante, por ejemplo. De otra manera tomaremos porciones de las Escrituras que se refieren a otras edades y nos las aplicaremos a nosotros mismos. Si bien todas las Escrituras son útiles, no todas se escribieron de forma directa para nosotros. Los pasajes que tratan de otras edades tienen aplicaciones para nosotros, pero la interpretación primaria de éstos es para la edad en que fueron escritos. Por ejemplo: en Deuteronomio 28:1-6, Dios prometió al pueblo de Israel que si ellos le obedecían, Él los haría prósperos materialmente. El énfasis se situaba sobre las bendiciones materiales en lugares terrenales. Pero esto ya no es cierto en nuestra era presente; Dios NO nos promete que Él premiará nuestra obediencia con prosperidad financiera. En lugar de ello, como señala Efesios 1:3, las bendiciones de esta dispensación son bendiciones espirituales en lugares celestiales.

Por otro lado, amigo, me gustaría dejar en claro que mientras que existen diferencias entre las varias edades, hay una cosa que jamás varía, y ésta es el evangelio. La salvación siempre ha sido, es en la actualidad, y siempre será, por la fe en el Señor. Y la base de la salvación para cada edad es la obra acabada de Cristo en la Cruz del Calvario. Las personas del Antiguo Testamento se salvaban al creer las revelaciones que Dios les daba. Por ejemplo, Abraham se salvó al creer a Dios cuando Él dijo que la simiente del patriarca sería tan numerosa como las estrellas. Abraham no sabía mucho, si es que sabía algo, de lo que tendría lugar en el Calvario siglos más tarde. Pero Dios sabía. Y cuando Abraham creyó al Señor, Él puso a la cuenta de Abraham todo el valor de la futura obra de Cristo en el Calvario. Hoy en día usted y yo, amigo, podemos ser salvos en base a la obra que Cristo cumplió hace más de 1900 años. Pero en ambos casos la salvación es por la fe en el Señor. Debemos guardarnos en contra de cualquier idea de que las personas durante la dispensación de la Ley eran salvadas por guardar la ley o ni tan siquiera por sus ofrendas de sacrificios de animales. La ley tan solo puede condenar; no puede salvar. Y la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede sacar ni un solo pecado. ¡No! ¡Como indica Romanos 5:1, la manera en que Dios salva es por la fe, y por la fe sola!

Llegando al cierre del programa de hoy, amigo, quisiera terminar aclarando un detalle: es importante darse cuenta de que las edades no se cierran con una precisión rígida. Hay a menudo un solapamiento o período de transición. Vemos esto en el libro de los Hechos, por ejemplo. Fue necesario un cierto período de tiempo para que la iglesia se despojara de algunos de los atavíos de la dispensación anterior. Es posible también que exista un período de tiempo entre el Arrebatamiento y la Tribulación durante el que se manifieste el Hombre de Pecado y se erija el Templo en Jerusalén.

Mirando al futuro, amigo: ¿usted está preparado para esto? ¿Ya ha puesto su fe en Jesucristo? ¿Tiene esta esperanza de que llegado el momento gozará de las “bendiciones en los lugares celestiales”? Deseo de corazón que pueda ser así.


Si desea puede adquirir el libro que está basada esta serie de programas.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo