Tres consejos para esta Navidad
14 diciembre, 2020¿Cuáles son los puntos esenciales del Apocalipsis? (2ª parte)
14 diciembre, 2020Autor: Norbert Lieth
El libro de Apocalipsis, además de ser tener la particularidad de ser el último de la Biblia, contiene mensajes esenciales para la vida de la Iglesia y los creyentes, pero: ¿cómo comenzar a estudiarlo?, ¿Cuáles son los puntos esenciales? Este estudio intenta resaltar los temas que no se pueden perder y el objetivo del libro.
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PE2640 – Estudio Bíblico
¿Cuáles son los puntos esenciales del Apocalipsis? (1ª parte)
Sobre el último libro de la Biblia existen tantas opiniones diferentes como arena hay en el mar. No obstante, su primer capítulo deja en claro dónde se encuentra el verdadero punto esencial del Apocalipsis y lo que eso significa para nuestras vidas. Veámoslo con un relato que nos sirva de ejemplo: Es temporada de Navidad en la escuela. El maestro le pregunta a uno de los muchachos: “¿Qué sería lo que más te gustaría tener en Navidad?”. El muchacho piensa en una fotografía enmarcada de su padre. Él ya no está y el chico lo extraña. En voz baja contesta: “Quiero que mi padre se salga del marco y esté nuevamente con nosotros”. ¿Reconoce la figura amigo? Jesucristo se fue de entre nosotros y regresó al cielo. Podemos conocerlo por la imagen que nos ofrece la Biblia. Pero un día, Él se saldrá del marco del cielo y regresará a nosotros. Hasta entonces, lo extrañamos tal como aquel muchacho a su padre, pero el libro del Apocalipsis nos muestra cómo Jesús se saldrá del marco para entrar nuevamente en nuestro mundo.
Apocalipsis es un libro de esperanza. Esperanza significa “feliz expectativa”. Es seguro que el Señor volverá victorioso y es seguro que el reino de Dios será establecido. El último libro de la Biblia se trata del cumplimiento del reino mesiánico que es anunciado en el Antiguo Testamento, en los evangelios y en los primeros capítulos de Hechos de los Apóstoles. Leemos en Apocalipsis 11:15-17: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” y más adelante continúa: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado”. El capítulo 19 verso 6 dice: “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”. Nuestro Señor Jesucristo, tiene derecho al poder. El contenido del Apocalipsis deja claro cómo Dios continúa la serie de los profetas del Antiguo Testamento, sobre todo, apoyándose en el libro de Daniel, pero también en Ezequiel, Zacarías, Isaías y Moisés. El libro muestra los planes de Dios con Israel y con las naciones en el tiempo final. Es el libro de la restauración de Israel y de todas las cosas: el cumplimiento definitivo de las declaraciones de los profetas.
Apocalipsis 10:7 dice: “En los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”. Varios capítulos adelante en Apocalipsis capítulo 22 versos 6 y 7 continúa diciendo: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! ¡Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro!”. Es así como el Apocalipsis establece la relación con los profetas del Antiguo Testamento. De una manera impresionante, describe la fidelidad de Dios, quien cumple todas las promesas y llega a la meta del reino mesiánico con Israel.
En Isaías 45:17 vemos cómo el profeta enfatizaba en su tiempo: “Pero Israel será salvada por el Señor con salvación eterna; y nunca más volverá a ser avergonzada ni humillada”. Es casi imposible expresarlo más claramente. Esta afirmación, al igual que muchas otras similares, encuentra su cumplimiento definitivo en el tiempo del último libro de la Biblia. Apocalipsis 21:5 y 6 dice: “Y el que estaba sentado en el trono dijo: he aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin”.
Pedro, quien era figura del “apostolado de la circuncisión” es decir, de los judíos, confirmó esta verdad cuando llamó al pueblo de aquel tiempo al arrepentimiento como quedó reflejado en Hechos 3:19-21, él dijo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”. Los israelitas no se arrepintieron en los días de los apóstoles. Por lo tanto, su restauración recién ocurrirá cuando el tiempo del arrepentimiento haya llegado, y eso a su vez sucederá cuando comience el Apocalipsis.
Las visiones, imágenes, números, objetos y ángeles en Apocalipsis y hacen recordar el Antiguo Testamento y tienen un carácter claramente hebreo. Existen incontables paralelos con las afirmaciones proféticas del Antiguo Pacto. Los primeros versículos del Apocalipsis muestran de manera especial dónde está el punto clave del libro. En Apocalipsis 1:1 “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. La palabra utilizada en el texto griego para Apocalipsis significa “revelar”. También lo conocemos como el término apocalypse, lo que quiere decir “destapar”. “Apocalipsis” es la primera palabra en este libro. El futuro es revelado, ya que todo el Apocalipsis es profético, y nos muestra lo que Dios tiene planificado para los últimos días.
Leemos en Apocalipsis 1:3 que “palabras de esta profecía” son, como dice el capítulo y verso 1, el “apocalipsis de Jesucristo”. Dios le ha dado a Su Hijo glorificado la revelación sobre todos los últimos acontecimientos. Es Su apocalipsis. El Padre lo ha instituido como juez y rey. Según leemos en Juan 5:22, todo juicio le ha sido entregado a Dios el Hijo por Dios el Padre. El Apocalipsis y todos los acontecimientos descritos en el mismo le pertenecen a nadie más que a Jesucristo. El final está en Sus manos. De acuerdo con 1 Tesalonicenses desde el capítulo 4:13 al 5:9 leemos que la Iglesia es el cuerpo del Señor Jesucristo. Durante el Apocalipsis, será arrebatada al cielo, y desde el cielo, participará en los sucesos del Apocalipsis, Colosenses 3:4 dice: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”. Dios el Padre le ha dado al Hijo el Apocalipsis para mostrarlo “a sus siervos”. Eso significa que el Apocalipsis tiene el propósito de mostrar a los siervos de Dios que se encuentran en las iglesias, “las cosas que deben suceder pronto”. Dios desea que la Iglesia esté informada sobre los planes de Dios.
Pero también se trata de aquellos que en el tiempo del Apocalipsis vivan como siervos de Dios; para estos, será de suma importancia lo que está allí registrado. Apocalipsis 1:1 nos traslada a los libros del antiguo testamento por la manera en que fue formulado; por ejemplo, recordamos las palabras del profeta Amós, quien escribe en el capítulo 3 verso 7: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Justamente de eso se trata en el Apocalipsis. El libro muestra “las cosas que deben suceder pronto”. Eso significa, lo que debe suceder “rápidamente”. Se trata de sucesos que muy rápidamente en un lapso compacto, comenzarán y se desarrollarán con rapidez. Tal y como anunció Isaías 60:22 “¡Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto!”.