Dios nos guía por caminos que no esperamos – Parte 1
3 agosto, 2020Logos Hope
4 agosto, 2020Seguimos hablando con Elizabeth Eisses acerca de su experiencia al mudarse a Suiza y casarse allí. Hoy nos cuenta cómo las cosas que parecían ser adversidades se transformaron en bendiciones, y nos enseña a siempre confiar en el plan de Dios, pues Él sabe qué es lo mejor. Te invitamos a escuchar su testimonio y sus consejos para aprender a vivir una vida en dependencia de Dios y de su voluntad.
DESCARGARLO AQUI:
EA0882 – Entre Amigas –
Dios nos guía por caminos que no esperamos – Parte 2
Entrevista a Elizabeth Eisses
Victoria: Es un gusto volver a compartir con ustedes este espacio de la entrevista. Hoy nos sigue acompañando Elizabeth Eisses, quien nos estuvo contando acerca de cómo era su vida hace algunos añitos atrás y de cómo se fueron sucediendo los hechos de manera que de pasar a ser una pre estudiante de fisioterapia a estar casada en Europa. Muchas gracias por seguir con nosotras, Elizabeth.
Elizabeth: Muchas gracias a ustedes.
Victoria: Bueno, nos habíamos quedado en la parte en la que habías conocido a Pascal porque justo estabas en Uruguay cuando él vino, se ennoviaron, tuvieron una relación a distancia y llegó el momento de la decisión de casarse.
Elizabeth: Sí, exactamente. Fue en diciembre del 2016 que decidí irme para allá, pero había un tema, que eran mis estudios. Yo hice 4 años, terminé la carrera y lo único que me quedaba era hacer la tesis. Como yo no quería que nadie dependiera de mis tiempos, porque sabía que me quería ir a Suiza, decidí escribir la tesis sola. Así que empecé a escribirla, mandé esa primera parte que contenía la metodología, el título, todas aquellas cosas que ellos quieren saber para aprobarla y que la siguiera escribiendo, o que la rechazan. La mandé, pasaron unos meses, nadie respondió, llamé por teléfono, no me dijeron nada, fui a hablar personalmente y me dijeron que ya me iban a responder, y así se fueron dando las cosas hasta que pasó un año y nadie respondía, me fui enterando de otros compañeros que estaban en la misma situación, y me enteré de que incluso había trabajos del 2007 que todavía estaban sin corregir.
Victoria: Claro, un proceso super lento.
Elizabeth: Claro, así que me di cuenta de que en realidad podía ser que tuviera que esperar años si quería siquiera empezar la tesis. Entonces bueno, ese fue un momento complicado para mí. Pasó un año en el que yo estaba esperando a que se diera eso porque era lo que me faltaba para poder irme. Y bueno, fue difícil porque yo oraba para que la corrigieran y la pudiera terminar e irme, lo que para mí era lo más lógico, lo que “debía suceder”. Sin embargo la respuesta a mi oración no era esa. Después de un año, al darme cuenta de que las cosas no avanzaban, decidí irme, así como estaba. Sin tesis, sin título. Me fui en diciembre, pasé las fiestas allá, después mi familia que vive acá en Uruguay vino y estuvimos viajando con ellos, y en febrero de 2017 me instalé definitivamente en Suiza, en un apartamento que alquilamos. Ahí fue cuando empezó la aventura, por así decirlo. En julio de 2017 teníamos planeado casarnos, así que ahí estaba con todos los preparativos del casamiento. Los casamientos en Suiza son muy diferentes a como son acá, entonces era todo nuevo. También hablábamos de eso contigo, que las cosas allá son tan diferentes, y antes de irme, si bien sabía que me iba a enfrentar a algo diferente, no que todo fuera a ser tan distinto.
Victoria: Claro, no a ese nivel. Quizás uno piensa en el idioma, o cómo desenvolverte, pero es mucho más profundo que eso.
Elizabeth: Sí, tal cual. El idioma, ya que lo mencionás, fue bastante difícil. Gracias a Dios yo tenía una noción del alemán porque mi madre es de Suiza. Nunca hablé alemán o suizo con ella pero entendía un poco de lo que la gente hablaba y eso fue muy bueno. Aún así me costaba mucho. Intentaba hablar, tiraba algunas palabras o frases pero era difícil, sobre todo cuando estás en un grupo con gente en el que quizás todos se conocen, todos hablan a una velocidad que no es a la que estás acostumbrado, y puede ser que te sientas bastante fuera de lugar, como que no pertenecés. Pero bueno, a través de ese año todo eso se fue mejorando, Dios realmente estuvo en cada detalle y me enseñó muchas cosas. Yo creo que crecí mucho a través de toda esta experiencia porque yo de verdad siento que no soy la misma que era hace un año.
Victoria: Me gustaría que nos cuentes un poco acerca de todo el proceso de lo que fue la boda, y qué es lo que terminó pasando con el tema de tu carrera, que nos dejaste en suspenso.
Elizabeth: Bueno, ahí conocí a la familia de Pascal también porque no los conocía muy bien, los había visto algunas veces pero aparte de eso habíamos tenido tanto trato, ellos también fueron conociendo mi situación y todo lo que había pasado con los estudios y eso, y decidimos ir un día a la escuela de fisioterapia. Fuimos, presentamos mi caso, y la verdad es que la respuesta fue muy negativa. Me dijeron que no podían aceptar nada de lo que había hecho hasta el momento, que tenía que empezar de nuevo, y para mí eso fue super difícil. Fui con la mamá de Pascal y me puse a llorar, realmente estaba mal porque había estado más de cuatro años trabajando y estudiando para conseguir el título y de repente me decían que todo eso no había valido la pena. Entonces volvimos a la casa y le contamos al papá de Pascal lo que había pasado también. Él trabajó muchos años en la educación allá en suiza y tiene mucha experiencia con eso, entonces hay temas de la interna, por así decirlo, que él conoce bien. Así que él decidió llamar una vez más y ver qué podía hacer. Él llamó y habló con la directora de la carrera de fisioterapia, y yo hasta el día de hoy no sé qué fue lo que le dijo. Pero al otro día me dijo que había hablado con la directora, que podía empezar y que me iban a aceptar todo lo que había hecho, pero que tenía que ir a tener una charla con ellos y arreglar todo.
Victoria: El “pero” me imagino que ya no lo escuchaste, ¿no? Me imagino que tendrías una euforia muy grande por la noticia.
Elizabeth: Sí, fue increíble. Entonces fui a tener una charla con ellos, me explicaron como era el sistema, me reconocieron todo lo que había hecho en Uruguay y lo único que me quedaba por hacer era escribir la tesis. Así que en este momento estoy también trabajando en la tesis, estoy ya casi terminando. Fue tremendo, me dejaron entrar a la escuela de fisioterapia, conocí a mucha gente nueva, hice muchos contactos, también compañeros de clase se acercaron a mí por distintas razones, la verdad es que fue muy lindo.
Victoria: Si, y también nos contaste que todo esto fue en febrero, ¿no? Y tu boda estaba programada para julio.
Elizabeth: Sí, en febrero me instalé y recién en mayo fuimos a hablar de ese tema. En setiembre empecé las clases porque antes hice otras clases que no precisaba pero que me venían muy bien, y hice también algunas prácticas. Así que en setiembre recién empecé las clases.
Victoria: Pero qué bueno poder estar tranquila en el sentido de que ya estaba resuelto cómo iba a seguir todo este tema.
Elizabeth: Sí, tal cual. Y sobre todo, como te decía en el programa anterior, teniendo en cuenta que cuando estaba en Uruguay, cuando todo el tema de la tesis no avanzaba, no salía, yo sentía que Dios no se estaba moviendo, que no me estaba respondiendo la oración. Y ahora, mirando desde donde estoy hacia atrás y viendo como todo se dio, me doy cuenta de que la mano de Dios estuvo en todo el proceso. Ahora dentro de poco me voy a recibir teniendo un título suizo, que es mucho más valioso para ellos que uno uruguayo. Además de que reconocer un título no es nada fácil, tenés que pagar alrededor de US$ 15.000 solo para que lo traduzcan del español al alemán, y seguís sin saber si te lo van a reconocer, porque eso es solo la traducción. O sea que mirando atrás veo que realmente tenía que ser, tenía que pasar de esa forma porque era lo mejor. Eso es muy lindo. Se me viene a la mente el versículo de Isaías que dice que Dios tiene pensamientos y caminos que son mucho más altos que los nuestros. Nosotros a veces pensamos que algo es lo mejor para nosotros pero Dios dice que no, porque tiene algo que es mucho mejor.
Victoria: Elizabeth, me gustaría que nos contaras un poco de cómo fue el tema del casamiento, de las nuevas amistades, seguir integrándote a esta nueva vida, y si podés también dejarle un mensaje a nuestras amigas que nos están escuchando.
Elizabeth: Sí, fueron muchos cambios juntos. Mudarme a otro país, casarme, el idioma, las amigas, todo. Pero bueno, nos casamos, fue preciosa la fiesta, vino toda la familia de Uruguay y también familia de Holanda. Fue super lindo ver como gente que conocí en esos pocos meses que había estado en Suiza ayudaron muchísimo con la boda, hicieron muchas cosas, muchos detalles que ni me había imaginado, fue super especial ver como esas personas que conocía hace tan poco tiempo estaban dispuestos a hacer tanto. Vivir de a dos también fue un cambio y hubo que acostumbrarse, pero es lo mejor que hay. Es vivir con tu mejor amigo, es super lindo. También empezás una nueva familia, cada uno trae algo de lo que aprendió, de cómo lo criaron, y hay cosas que cambiamos, hay cosas que dejamos, hay cosas que mejoramos, pero es super especial poder decidir cómo querés formar tu familia, y obviamente nosotros buscamos que Jesús esté en el centro de nuestra relación.
Victoria: Y la importancia de que el Señor haya sido el que guio todo para que hoy puedas decir con seguridad que es lo mejor.
Elizabeth: Sí, tal cual.
Victoria: Bueno Elizabeth, quisiera que dejaras un mensaje para nuestras amigas. Como hablábamos en el programa anterior, muchas veces se nos presentan adversidades y no logramos ver lo que hay más allá. Es como si el mañana no existiera. Pero qué bueno lo que contabas de poner tu confianza en el Señor, aún cuando a veces no entendías lo que estaba pasando y te parecía que era completamente irracional.
Elizabeth: Sí, es eso. Quizás lo hago sonar muy sencillo, la verdad es que no es siempre sencillo, pero como decíamos, Dios es fiel, y es precioso después pararse, ver hacia atrás y ver que Dios realmente suplió todo, también las necesidades emocionales. Y Dios nos sorprende, yo nunca hubiera pensado que iba a ir a Europa.
Victoria: Eso lo habíamos comentado fuera de micrófono también.
Elizabeth: Sí, si alguien me preguntaba si me iba a ir a vivir a Suiza o a Holanda, que son los países donde nacieron mis padres, yo siempre decía: no, ni loca, yo amo a Uruguay, me voy a quedar acá. Pero bueno, en cuestión de dos años Dios cambió eso de una forma tan grande que ahora estoy viviendo en Suiza y me siento super cómoda. No porque sea Europa o lo que sea, sino porque estoy en el lugar en donde Dios quiere que yo esté. Y me parece que eso es lo más importante. Si estás en el lugar correcto, si estás en el lugar en donde Dios te quiere tener, ahí va a ser lo mejor, ahí vas a tener la bendición. Porque en otro lugar, sea donde sea, en definitiva no vas a ser feliz, porque no vas a estar haciendo lo que Dios quiere, no vas a estar cumpliendo el propósito que Dios tiene para tu vida. Eso es algo que se me hizo super claro en este tiempo.
Victoria: Bueno, Elizabeth, te agradecemos mucho por este tiempo, por estos dos programas que estuviste con nosotros. Gracias por compartir te experiencia y tal vez algunas cosas que eran un poquito íntimas, tuyas, pero que sin duda van a enriquecer muchísimo a quienes las escuchen. A ustedes, amigas, las invitamos a que sigan escuchando Entre Amigas y que no se pierdan el próximo programa. ¡Hasta la próxima!