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Martín Fahradjian nos cuenta acerca de la importancia de mantener una buena economía doméstica. Te invitamos a conocer más acerca de los consejos que nos trae para ser responsables y lograr máximo potencial con las herramientas que tenemos. ¡No te pierdas de conocer más de este tema en la primera parte de la entrevista!


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EA1026 – Entre Amigas –
Economía doméstica (1ª parte)



Entrevista a Martín Fahradjian

Victoria: Bienvenidas, amigas, a el tiempo de entrevista Entre Amigas. Hoy vamos a estar dialogando con Martín Fahradjian, él es comerciante, está casado y tiene tres hijos. También tiene otros estudios como técnico electrónico y está estudiando una tecnicatura de gerencia comercial. Hoy vamos a estar hablando de economía con Martín. Sabemos que él tiene participación también en otros programas y es por eso que lo convocamos aquí, a Entre Amigas. Vamos a hablar un poco acerca de su experiencia como comerciante y como padre de familia también. Así que, si te parece, Martín, la primera propuesta era hablar un poco de finanzas personales. Pero antes de eso queremos darte la bienvenida. ¿Cómo estás, Martín?

Martín: Muy buenas tardes o muy buenos días, no sé en qué horario nos estarán escuchando, pero es un gusto poder compartir este tiempo Entre Amigas, a pesar de ser hombre, y poder compartir algunos principios que está bueno tener en cuenta en estos momentos que estamos transitando tal vez difíciles en la economía, pero está bueno tener principios y reglas que nos ayuden a manejar mejor nuestros recursos.

Victoria: Muy bien. Justamente este primer programa que te convocamos, la idea era hablar un poquito de finanzas personales y familiares, ¿verdad?

Martín: Exacto. Nosotros trabajamos en lo que son las finanzas personales/familiares porque hay mucha gente que vive sola, hay muchas jefas de hogar, hay algunos jefes de hogar y hay familias conformadas por un papá, una mamá e hijos. Pero en todos los casos, ya sea que vivas solo, en un hogar monoparental, ya sea una familia con dos padres, en todos los casos se necesita el manejo de las finanzas. El manejo de las finanzas no es más que ser consciente de lo que uno recibe, saber también lo que uno tiene como compromiso de gasto, y poder equilibrar esas dos fuentes. Porque yo siempre digo que las finanzas personales y familiares, hasta las finanzas de un país se resumen en dos números y con matemática básica: ingresos menos egresos tiene que dar un número positivo. Entonces, siendo tan fácil, siendo una cuenta matemática de suma y resta, ¿por qué a veces a los seres humanos nos cuesta tanto poder manejar esos recursos? Eso es lo que trabajamos y tratamos de ayudar a la gente para que puedan tener el control sobre esos recursos, tener el control sobre lo que reciben, y, como siempre digo, no que el dinero te tenga a vos, sino que vos tengas el dinero. Que vos seas el que maneja esos recursos con sabiduría, con inteligencia, con pensamiento, con decisión. A veces el dinero como que nos encierra y los trastornos de dinero traen trastornos de todo tipo: de salud, familiares, vinculares, etc. Es muy importante el manejo de las finanzas personales y familiares.

Victoria: Es bueno tener papel y lápiz a veces para ordenarse un poco, ¿no?

Martín: Sí, ahora con toda la tecnología eso va cambiando, pero cunado recién nos casamos con mi esposa, a mí siempre me gustó este tema de las finanzas, aunque en este último tiempo lo empecé a estudiar más profundamente. Pero cuando recién me casé con mi esposa, me acuerdo de que yo tenía un papel en la billetera, entonces cuando gastaba algo anotaba ese gasto. Esto nos permitía a nosotros, como familia, poder entender por dónde se iba el dinero. Porque seguramente a las que están escuchando les ha pasado como a mí, que a veces ponemos $1000 en la billetera, salimos a la calle de mañana, y cuando llegamos a la casa de noche tenemos a penas $50 y no sabemos a dónde se nos fueron esos $950. Empezamos a hacer memoria, empezamos a pensar, y a veces se nos escapan gastos. Por eso una buena costumbre es tener papel y lápiz, anotar siempre lo que gastamos, y de esa manera uno por lo menos empieza a tener control. No es solo anotar lo que uno gasta, sino que siempre decimos que es mejor gastar lo que uno anota. ¿Cuál es la diferencia? Que cuando uno anota lo que gasta, tiene el dinero y va gastando de acuerdo con las cosas que surgen. Cuando uno gasta lo que anota, o sea, cuando uno presupuesta y de acuerdo con ese presupuesto gasta, uno tiene el control sobre el dinero.

Victoria: Claro. Hay que hacer una planificación previa de acuerdo con el ingreso de cada uno, sea jornal, sea mensual, se un dinero que tiene ahorrado. ¿Qué recomendás? ¿Qué es lo ideal? ¿Sentarse y comenzar a evaluar los gastos fijos, los gastos que pueden surgir eventualmente, etcétera? ¿Cómo debería ser esa planificación?

Martín: Exactamente eso que estás diciendo. Hay personas que trabajan por la cuenta, por ejemplo, carpinteros, herreros, plomeros, sanitarios, que no tienen un salario fijo mensual. O personas que tengan un emprendimiento personal o lo que sea, y no tienen un ingreso fijo. En esos casos lo mejor es ir anotando lo que ingresa cada día, pero a lo largo de tiempo, cuando uno lleva esa conducta de forma consecuente, va teniendo un promedio de ingreso. Y si hay meses muy dispares, lo que siempre es bueno es intentar guardar en los meses buenos para poder cubrir aquellos meses malos. Entonces la idea es poder equilibrar los ingresos. Si es un salario fijo es más fácil definir la parte de ingresos. Después, la parte de egresos, sin dudas que debemos tener esa categorización de la que hablabas. Hay costos que son fijos: la luz, el agua, el teléfono, el gas, alguna cuestión del colegio de los niños, hay cosas que son fijas y no podemos obviar. Entonces, a esos ingresos que tenemos que restar eso de lo cual no podemos zafar, y ver cuánto nos queda. Después de que vemos cuánto nos queda para el día a día, la comida, los gastos cotidianos, una herramienta que es fácil de usar y que nos ayuda mucho es dividir ese saldo en cuatro semanas. Entonces al principio de la semana sabemos que tenemos una cantidad determinada de dinero, ese lunes arrancamos con esa cantidad de dinero, y podemos, de ahí en más, sumar otras herramientas que nos ayudan. Por ejemplo, algo que hacemos en casa y que nos ayuda mucho es que el domingo de noche planificamos las 14 comidas de la semana que llega. De lunes a domingo tenemos dos comidas por día, y en base a esas comidas que planificamos vemos lo que tenemos en casa, para poder planificar esas comidas, y el lunes cuando hacemos las compras, compramos en base a lo que nos falta. No saben la cantidad de dinero que se ahorra con esa técnica.

Victoria: Porque a veces hay mucha comida que se desperdicia también.

Martín: Exactamente. Entonces van quedando en la heladera restos y llega un momento en el que se desaprovechan, se ponen en mal estado y se terminan tirando. Y a veces nosotros en casa, cuando quedan restitos de varias comidas decimos que tenemos una “cena buffet”, entonces ponemos en la mesa todo lo que ha sobrado y cada uno se sirve lo que más le gusta y come. Esa técnica de saber con cuánto disponemos, dividirlo entre cuatro, y planificar las comidas, ahorra muchísimo dinero. Como decíamos, aprovechamos todo lo que tenemos en casa y no desperdiciamos absolutamente nada. El rubro comida, como es algo que obviamente no podemos obviar, más cuando hay chicos que tienen diferentes horarios, esa práctica es muy buena.

Por eso, a esas jefas de hogar a quienes yo admiro mucho, les quiero transmitir estas herramientas que van a hacer que esos recursos que ellas tienen se luzcan aún más. Y de esta manera, practicando estas herramientas sencillas y básicas, puedan ver que todos sus esfuerzos se vean reflejados en el transcurso de la vida. Entonces dijimos: entender bien lo que recibimos, separar los gastos fijos, y lo que sobra de eso dividirlo en 4 para que cada semana podamos tener el mismo monto para cubrir aquellas cosas cotidianas.

Victoria: Martín, me acuerdo de que cuando conseguí mi primer trabajo y empezaba de a poco a entender cómo manejar las finanzas personales, a mí me asustaba mucho tener una tarjeta de crédito.  Yo no quería tener una tarjeta de crédito porque tenía miedo de endeudarme. Y después me pasó que elegí usar una tarjeta de crédito para ciertos gastos y me di cuenta de que va mucho en el comportamiento de cada uno, que es una herramienta tan válida como otras, solo que quizás un poquito más peligrosa. ¿Recomendás tener una tarjeta de crédito?  

Martín: Es exactamente lo que vos decís, Victoria. Es una herramienta, y como toda herramienta no es ni buena ni mala en sí misma, sino que depende mucho de quién la usa. Por ejemplo, el otro día vinieron unas personas a cortar un árbol en mi casa. Tenían una motosierra, tenían un arnés atado a una parte del árbol, y en pocos minutos tres personas cortaron el árbol y se fueron. Ahora, si yo agarro esa motosierra e intento hacer lo mismo, lo más probable es que me caiga, que me lastime, que no sepa ni cómo prenderla, que me corte, etc. Entonces, ¿podemos decir que la motosierra es mala? No, simplemente agarré una herramienta que no puedo manejar. ¿Cuál es la diferencia entre esa herramienta, la motosierra, con la tarjeta de crédito? Que la tarjeta de crédito, en tiempos pasados, era algo que les daban a personas específicas. Vos tenías demostrar solvencia económica para tener la tarjeta, debías tener dinero en el banco, tenías que dejar dinero a plazo fijo como garantía, entonces no era cualquier persona que tenía tarjeta, sino una persona que tenía cierta solvencia. Esa solvencia demostraba que la persona tenía buenos ingresos, que era prolijo en la administración, y que entonces podía tener una tarjeta. Hoy por hoy, las tarjetas de crédito se regalan por todos lados. Ahí es cuando cada uno debe evaluarse y pensar “¿yo puedo tener una tarjeta de crédito?”.

Conozco comerciantes que en otro momento han tenido chequeras y las devolvieron porque no las sabían manejar. No es que el cheque fuera malo, sino que ellos no lo podían manejar. Vos al principio tenías miedo de tener una tarjeta de crédito, lo que habla de una conciencia de que puede ser bueno o puede ser malo, hasta que llegó el momento en el que la tuviste. Ahora la usás para algunas cosas y te es útil.

Victoria: Claro.

Martín: Ahora le hablo directamente a las mujeres que nos están escuchando: Si vos, conscientemente, pensás que puede ayudarte la tarjeta para ordenar las finanzas o para darte algún beneficio de algún tipo, perfecto. Ahora si tenés una tarjeta y en lugar de ayudarte te perjudica y te endeuda más, la tenés que devolver hasta que aprendas, o devolverla para siempre. No está mal no tener tarjeta de crédito, tampoco. Es un instrumento más. Si lo podés tener, fantástico, si no, no pasa nada.

Ahora, las promociones que hoy tenemos de distintos bancos nos tientan. Pero ese 25% que te regala un comercio por tener la tarjeta, te lleva a gastar más, y en cosas innecesarias.

Victoria: Lo mismo con los préstamos.

Martín: Lo mismo con los préstamos, exactamente. Los préstamos son más complejos todavía.

Victoria: ¿Los recomendás? ¿O no?

Martín: Bueno, el tema es que la tarjeta de crédito es una herramienta, y el crédito es otra herramienta. Ahora, el crédito al consumo es algo que conceptualmente no está bueno. Si vos tenés que pedir dinero para poder comprarte algo que seguramente no sea tan imprescindible, y el pedir el crédito implica hipotecar tu futuro, porque si no tenés la plata ahora para comparte ese televisor, no sabés si en los próximos 12 meses vas a tener la plata para pagar eso, estás dando por sentado que vas a tener trabajo, que te va a ingresar la misma plata, y que te va a sobrar para pagar ese préstamo. Es muy arriesgado.

Es diferente cuando alguien tiene un crédito para un trabajo. Porque cuando vos pedís dinero para un trabajo invertís ese dinero, lo que te va a generar más, y la idea es que ese dinero pague el crédito y te quede algo para vos. Entonces el crédito es como la tarjeta de crédito. En sí mismo no es ni bueno ni malo. Son herramientas que te pueden servir en determinado momento y herramientas que en algunos casos no son convenientes.

Victoria: Claro. Martín, ya llegando al final, dijimos que es importante reordenarse, planificar, pensar en gastos fijos, en aquellas cosas que tenemos que pagar sí o sí, quizás pensar en ordenarse con respecto a deudas que puedan estar, y a partir de ahí comenzar a planificar, valorar en qué deberíamos gastar, cuáles son gastos realmente necesarios.

Martín: Totalmente. Si queremos resumir lo que estuvimos hablando es: entender claramente lo que ingresa, entender dónde se va nuestro dinero, entre los costos fijos y los variables, tratar de equilibrar esas cuentas, o sea, que esa cuenta de ingresos menos egresos dé un número positivo, y de esa manera, poder ahorrar. Cuando nosotros empezamos a ahorrar, aunque sean $200 por mes, el objetivo es ir ahorrando un poco más. ¿Cómo se ahorra un poco más? Cuidando los egresos o aumentando los ingresos. Pero ordenar nuestras finanzas personales es fundamental. Hoy hay aplicaciones que sirven para esto y que son gratuitas. Eso te va a ayudar mucho a ordenarte y es fundamental.

Victoria: Martín, te agradezco mucho por el tiempo que tuvimos de entrevista y te esperamos para el próximo programa en el que seguiremos hablando de la economía doméstica.

Martín: Muchas gracias por la invitación.

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