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Autor: Esteban Beitze

Aunque hayas pasado las peores injusticias, aunque hayas tenido terribles pérdidas, aunque todos te desprecien, ten en cuenta que existe alguien que ama, que quiere y puede sanar tus heridas No importa cuán joven eres o cuán triste sea lo que hayas vivido. Dios es especialista en usar vasos rotos o lo que no es tenido en cuenta por los demás. ¡Dios te quiere usar también a ti! Deja que trabaje en tu vida y verás los milagros de Dios.


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PE2947 – Estudio Bíblico
El llamado de Eliseo (44ª parte)



Estamos analizando la historia del general sirio Naamán. La historia se desarrolla en 2ª Reyes 5. En ella encontramos 5 personajes contradictorios. Allí vimos que, basándose en las palabras de la sierva de su señora, el general va a Israel a buscar la sanidad de su lepra. Dice a partir del versículo 9: “Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová”.

Naamán primero no quiso cumplir con la orden del profeta. Esperaba otra acción. Casi se vuelve a su tierra sin la bendición de la sanidad presa de su orgullo y preconceptos. Pero luego de la intervención sabio de sus hombres, les hace caso a las palabras de Eliseo. Después de cumplir con la orden del profeta lavándose 7 veces en el Jordán y ser sanado, Naamán cree en el Dios verdadero y se da cuenta que necesita tener comunión permanente con Él. Quiere tener un lugar de adoración y hasta se lleva tierra de Israel para hacerlo. Antes no quería saber nada del agua del Jordán, ahora se lleva hasta la tierra.

Jesús utiliza el ejemplo de este hombre (Lc.4:27) para señalar que el evangelio, la buenas nuevas de salvación, estarían disponibles para todos, tanto judíos como aquellos que no lo fueran. Sólo habría que creer en Él y recibirlo como Salvador.

Por eso te pregunto: ¿Ya lo has hecho? Jesucristo dijo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. ¿No estás harto de todo lo que el diablo te quitó y destruyó? ¿No ves que te quiere llevar a la muerte, la condenación eterna en el infierno? ¿No estás harto de seguir corriendo, buscando, escondiendo tu verdadero estado o con actitud soberbia rechazas el sencillo ofrecimiento de Cristo? ¡Recibe a Cristo, acepta Su salvación! Has como un leproso que vino a Jesús pidiendo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció” (Mt.8:2,3).

Te encuentras frente a una sencilla decisión, pero que cambiará tu vida.

UNA JOVEN ESCLAVA, PERO CON HONRADEZ

Era una jovencita quizás adolescente, que había sido arrancada de su familia, de su pueblo, de su idioma, de su religión y puesta a trabajar para extraños. No conocemos en detalle su historia, pero quizás hasta le mataron a los padres cuando la secuestraron. No sabemos tampoco que humillaciones y dolores tuvo que pasar entre los rudos soldados hasta que terminara en el mercado de esclavos o el general sirio la reclamara para sí. Pero a pesar de todo lo que tuvo que soportar y lo que estaba viviendo, observamos una joven confiaba en Dios. A pesar de estar separada de su familia y pueblo, a pesar de todo lo que tuvo que soportar, encontró en Dios el consuelo, el ánimo, y hasta un cambio de corazón. En lugar de alegrarse con la enfermedad de aquél que la había esclavizado, lo procura ayudar. Le cuenta a la esposa del Dios de Israel y de Su profeta. Ella demostró tal confianza en Dios, que transmitió esta fe también a su ama y luego a su esposo. Ella dio testimonio en el lugar menos propicio para ello.

Se destacó por su fe, compasión y testimonio. Según las palabras de Jesús (Lc.4:27), ninguno de los muchos leprosos que había en Israel en este tiempo fue sanado, sino sólo este extranjero. Esta chica nunca había escuchado de que Eliseo pudiera sanar un leproso, pero ella confiaba en el Dios de Eliseo que sí era todopoderoso. Su testimonio es tan impactante que convence a su ama, luego a su amo e incluso al rey de Siria. Por su testimonio este general es sanado y salvado. ¿No será que Dios permitió que pasaran tristes cosas en su vida, para que ella luego fuera el canal de salvación para este hombre y quién sabe para cuántos más?

A veces me pregunto, cómo personas que pasaron por terribles pruebas, pérdidas, injusticias, abusos o violaciones pueden volver a ser felices y aún ser de bendición para otros. ¿De dónde sacan la fuerza, el valor y el ánimo? ¿Cómo pueden perdonar lo malo que le hicieron? ¿cómo pueden ser felices en el lugar que no satisface?

Conocí a un muchacho que fue violado por una patota. Fue terrible, pero hoy está casado y sirve al Señor siendo de bendición para muchos. ¿Cómo se logra esto?

A mi mejor amigo se le murió su hijo de 3 meses. Estaba completamente sano y de repente estaba muerto en la cuna. Él pudo decir: “El Señor dio, el Señor quitó; el nombre del Señor sea alabado”. Hoy es líder en una rama de una obra misionera, pastor de iglesia y Dios lo está usando de bendición para muchos. ¿Cómo se llega a esto?

Un muchacho que tuvo un padre borracho y golpeador, le pudo perdonar y con ello, éste se convirtió a Cristo. Este muchacho lidera un trabajo entre jóvenes universitarios.

Quizás eres una de las personas que han pasado o están pasando por circunstancias similares a las que contamos o vivió esta joven israelita. Podemos aprender de estos ejemplos:

¿Qué los hizo diferentes? ¿Qué los hizo convertirse en bendición, amar a sus enemigos y perdonar a los que les infringieron dolor? ¿Cómo se logra ser de bendición a pesar de haber pasado por grandes injusticias? ¿Cómo se puede estar gozoso aún en medio de grandes pruebas y pérdidas? Esto sólo se logra al estar bien cerca del Señor, el tener profunda comunión con Él. Ahí actúa el “Dios de toda consolación” (2Co.1:3). Allí el Dios de amor, derrama su amor en nosotros, de manera que podamos amar incluso a nuestros enemigos. Cuando meditamos en lo que sufrió Cristo en la cruz, y en lugar de insultar, amenazar o pedir el juicio de Dios, pide: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc.23:34), entonces también aprenderemos a perdonar a los que nos han hecho daño. Pero lo mejor de todo ello es que, en medio de situaciones difíciles, podremos dar un precioso testimonio del poder de Dios para cambiar, sanar y restaurar vidas. Aunque hayas pasado las peores injusticias y vejámenes, aunque hayas tenido terribles pérdidas, aunque todos te desprecien, ten en cuenta que existe alguien que ama, que quiere y puede sanar tus heridas y te quiere usar de bendición para muchos. ¡Aún esta situación tan difícil, Dios la puede cambiar en una tremenda bendición! ¡Quién sabe para qué te colocó Dios en este lugar!

Pablo dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2Co.1:3,4). ¡Ven con tu dolor, necesidad o pérdida al Señor! ¡Haz como Ana, una mujer atribulada, con un problema físico, objeto de burla, desprecio y ataques injustos, que derramó su corazón y puso su carga en la presencia de Dios! La consecuencia fue que salió consolada de allí, y Dios intervino en forma milagrosa. Luego pudo ser de bendición para su familia y todo el pueblo. ¡Así también Dios te quiere levantar y usar! No importa cuán joven eres o lo que ya hayas vivido de triste. Dios es especialista en usar vasos rotos o lo que no es tenido en cuenta por los demás. ¡Dios te quiere usar también a ti! Deja que trabaje en tu vida y verás los milagros de Dios. Dios te bendiga.

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