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Titulo: “El Mesías, esperanza para el futuro” (parte 18).

Autor: Hal Lindsey
Nº: PE898

Un principio que es absolutamente necesario entender para interpretar las profecías, es la llamada «La ley del doble cumplimiento».

Esto abarca dos o más eventos que fueron profetizados, y que están ampliamente separados en cuanto a su tiempo de cumplimiento, pero están puestos juntos dentro del radio de una sola profecía. De esta manera el primer cumplimiento “parcial”, llega a ser una garantía mayor de un segundo cumplimiento más completo.


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«El Mesías, esperanza para el futuro» (parte 18).

TRASTORNO DE LA NATURALEZA.

Para comenzar, estimado amigo, quiero leer 3 profecías y sus cumplimientos.

Primero en Joel 2:30-31: 

«Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol seconvertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.«

MATEO 27:45,50,51 relata los acontecimientos por muchos muy conocidos: 

«Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Más Jesús,habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgóen dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron.«

En segundo lugar leemos en Números 9:12: 

«No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él, conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.«

Y en JUAN 19:32,33,36

«Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que habíasido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraronlas piernas. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.«

Y la tercera profecía la encontramos en ZACARIAS 12:10

«Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y deoración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito,afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.«

Y en Juan 19:34 y 37 leemos: 

«Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Ytambién otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.«

Estimado amigo, muchas profecías del Antiguo Testamento hablan de trastornos específicos de la naturaleza y de señales astrológicas aterradoras que precederían los días de la llegada del Mesías. Ninguna de estas profecías sería cumplida en su plenitud hasta la verdadera llegada del Mesías, con poder y gloria, para establecer el reino de Dios y juzgar a sus enemigos.

Un principio que es absolutamente necesario de entender para interpretar profecías, es la ley llamada «La ley del doble cumplimiento». En pocas palabras, esto abarca dos o más eventos que fueron profetizados y que están ampliamente separados en cuanto a su tiempo de cumplimiento, pero están puestos juntos dentro del radio de una sola profecía. De esta manera el primer cumplimiento«parcial«, llega a ser una garantía mayor de un segundo cumplimiento más completo.

Este principio es ilustrado en el caso de la profecía de Joel 2:28-32. Algunas de las catástrofes naturales profetizadas ocurrieron durante los eventos críticos de las últimas horas de Jesús en la tierra.

En su sermón del día de Pentecostés, Pedro citó la profecía de Joel sobre los desórdenes de la naturaleza que se llevarían a cabo durante la venida del Mesías y señaló que el hecho de que el sol se oscureciera cuando Jesús fue crucificado era un cumplimiento parcial de la misma (Hechos 2:14-39). En referencia a este cataclismo de la naturaleza antedicho, que anuncia la aparición del Mesías, Mateo escribe: «Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron» (Mateo 27:50,51).

Por más asombrosos que esos acontecimientos hayan sido, el mayor cumplimiento de este pasaje, como lo indica el contexto, será durante la venida del Mesías para establecer el tan postergado reino de Dios.

Ni un Hueso Roto

Esta profecía – Números 9:12; Juan 19:32,33,36 – está basada en el hecho de que el cordero expiatorio de la Pascua era un«tipo» del Mesías que se daba a sí mismo como sacrificio, lo que haría que Dios «pasara por alto» al hombre en su juicio. Así como Dios salvó a cada familia que tomó la sangre del cordero, en su última noche en Egipto, y la puso en el dintel de la puerta para que Dios, con el ángel de la muerte, pasara por alto aquella casa, así dice Dios que salvará de su severo juicio a aquellos que, simbólicamente, apliquen a sus corazones la sangre de su verdadero y definitivo cordero de pascua, el Mesías Jesús.

Jesús fue llamado «El Cordero de Dios» y fue en este rol de sustituto, como cordero expiatorio, que vino a este mundo. Sin embargo, como Dios había dado algunas instrucciones específicas acerca de cómo debía ser este cordero de pascua y lo que le sucedería, si Jesús iba a cumplir con la semejanza de este símbolo, le debían suceder a él las mismas cosas. Debía ser«sin««defecto«, lo cual es sin pecado (Exodo 12:5). Debía ser«comido«. Es así como Jesús explicó en Juan 6:47-58 el hecho de creer en él. El lo comparó a«comer su carne y beber su sangre«. En otras palabras, debían introducirlo en ellos y hacerlo parte de su mismo ser. El también tendría que ser«sacrificado en el preciso día de la Pascua» y es bien conocido que Jesús fue muerto ese día.

Otro aspecto importante acerca del predicho cordero pascual era que«no se quebraríahueso suyo» (Exodo 12:46). Después de que Jesús ya había muerto, los líderes religiosos, no conscientes de su muerte, pidieron a Pilato que quebrara sus piernas y la de los otros dos criminales, de manera que se pudiera acelerar su muerte y así pudieran ser quitados de la cruz antes del sábado, día especial que seguía a la Pascua.

Así que Pilato envió soldados para que quebraran las piernas de los tres hombres. Los soldados quebraron las piernas de los dos criminales, pero cuando llegaron a Jesús y le encontraron muerto, no le quebraron sus piernas, y al desobedecer esta orden específica, cumplieron de manera involuntaria la profecía de que «ninguno de los huesos del cordero pascual sería quebrado» (ver Juan 19:31-33).

Imagínese si puede a los dos soldados romanos parados delante de Jesús, en cierta manera asombrados de que él ya estuviera muerto. No hay necesidad de quebrar sus piernas ahora. Sólo por antojo uno de ellos decide insertar su larga lanza en el costado de Jesús y, con certeza mortal, le traspasa el corazón. El hecho de que brotó agua y sangre, mostrando así que el claro suero ya había comenzado a separarse de las células de la sangre, confirmó que estaba muerto (Juan 19:34).

Tan sólo un capricho por parte de un soldado, pero eso cumplió una profecía hecha, de manera inequívoca, por el profeta Zacarías cinco siglos antes: «Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, «aquien traspasaron«, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zacarías 12:10).

En todo el capítulo doce de Zacarías, él predice un tiempo en el cual el remanente de Israel estará en un peligro desesperante y, entonces, el Mesías regresará a la tierra para salvarlos de una certera destrucción en manos de las naciones guerreras del mundo que se amontonarían alrededor de Israel. Es en ese momento que el remanente creyente de Israel ve que aquel que los liberará es la misma persona a la que traspasaron 2000 años atrás, y así el cumplimiento final de esta profecía se llevará a cabo.

Hay tres puntos básicos que descifran la profecía de Zacarías en el capítulo doce.«Primero«, el Dios de Israel sería en algún momento de la historia traspasado, gracias a la provocación de Israel.«Segundo«, el hecho de ser traspasado, lo cual se atribuye claramente a «la casa de David y los habitantes de Jerusalén», tenía que haber sucedido«antes» de que el Mesías viniese en poder y gloria para rescatar y establecer al Israel creyente en su reino, porque luego de eso él reinará por siempre y no habrá posibilidad de que le traspasen. Esto nos lleva a concluir que el Mesías rey debe haber estado en la tierra en algún momento, ejerciendo otro rol, durante el cual sufrió y fue traspasado.

«Tercero«, la respuesta de los judíos al ver que su rey Mesías no es otro que el rechazado Jesús de Nazaret, esto provocará una tristeza y un arrepentimiento incontrolables. El profeta Juan dijo que cuando Jesús retorne a la tierra «todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él» (Apocalipsis 1:7).

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