¿Existe algo así como la Verdad? – Parte 2
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5 agosto, 2020Andrés Prins, quien trabaja con PM Internacional, nos cuenta sobre su servicio entre los musulmanes en Marruecos. Aprendemos sobre la cultura musulmana, sus creencias y convicciones. También conocemos la importancia del diálogo para entender por qué creen lo que creen, así como su visión de quién es Cristo y en qué consiste el cristianismo. No te pierdas de esta primera parte de la entrevista.
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EA0906 – Entre Amigas –
El perfil que no nos llega de los pueblos musulmanes
Entrevista a Andrés Prins
Victoria: Queridas amigas, es un gusto estar con ustedes. Hemos llegado nuevamente al momento de la entrevista. Hoy nos acompaña Andrés Prins, quien está sirviendo a Jesús entre los musulmanes. Quizás cuando pensamos en los pueblos musulmanes tenemos una idea de lo que los medios nos pueden postrar, pero Andrés, que trabaja con PM Internacional, una organización que se dedica a las misiones y al trabajo transcultural, nos va a contar también la parte linda, la parte humana, que muchas veces no nos llega. Muchas gracias, Andrés, por estar con nosotros.
Andrés: Es un placer estar aquí, Victoria.
Victoria: Quisiera preguntarle, ¿cómo fue que nació ese deseo o ese llamado por los pueblos musulmanes?
Andrés: Bueno, yo empecé a experimentar personalmente a Jesús en mi vida a los 8 años, cuando le pedí que entrara a mi vida como mi salvador. Luego, en la adolescencia, empecé a entender que aparte de darme vida eterna Dios quería estar involucrado en mi vida en esta Tierra, y por eso le pedí que fuera mi Señor, que dirigiera mi vida. Allí, a los 20 años más o menos, me empezó a inquietar la información que nos llegaba aquí a Uruguay sobre pueblos que casi no han tenido oportunidad de conocer a este maravilloso salvador, en particular a los pueblos musulmanes. A los 22 años, en 1980, el Señor me convenció de que quería que yo lo sirviera en aquellos pueblos, y habiendo hecho estudios bíblicos me capacité en lo que hoy es mi profesión, que es la enseñanza de inglés y español. Tuve el privilegio de estar dos años becado en Egipto haciendo esa especialización, y luego con mi esposa paraguaya, que es profesora de arte, fuimos a servir 24 años en Marruecos como profesores y como embajadores de Cristo allí. Allí respondíamos las preguntas de la gente, veíamos cómo el Señor tocaba las vidas de ellos y llevaba a algunos de ellos a conocerlo como Señor y Salvador. Los musulmanes tienen un alto respeto por Jesús, es un profeta muy querido para ellos por su compasión para con la gente, por la paz que él transmitía, pero al igual que el resto del mundo, no lo reconocen como Señor y Salvador. No es muy diferente a lo que el uruguayo promedio, humanista, secularista piensa: Que Jesús es un gran personaje de la historia pero que no es el que merece gobernar su vida ni el único que puede solucionar sus problemas con Dios.
Victoria: Hablando de la manera en la que ustedes están sirviendo y en la que han servido en estos pueblos, qué importante que es el área de la educación, por un lado para poder ingresar al país, y por el otro también para poder dejar un mensaje, además del mensaje del evangelio, poder enriquecer a la sociedad y aportar a ella como cualquier otro integrante. ¿no?
Andrés: Sí, los que seguimos a Jesús como Señor estamos convencidos de que debemos comunicar su naturaleza, su carácter de generosamente bendecir a todos sin importar si le están abrazando como Señor de sus vidas o no. Y es un servicio que le debemos y un privilegio que tenemos de comunicar bendición. Desde Abraham en adelante Dios está diciendo a sus siervos que quiere que sean de bendición para todos, que no se dediquen a maldecir como lo hacen otros, sino que solo bendigan, incluso a sus perseguidores. Pedro en su primera epístola nos llama a dedicarnos a bendecir a otros. Creo que es un gran privilegio. Nosotros con lo que teníamos quisimos ayudar al pueblo marroquí, y a la vez ayudar en lo que tanta falta hace en nuestro mundo, que es que haya mayor comprensión, entendimiento, bases para la paz, para la amistad, incluso entre personas de convicciones diferentes. En nuestra experiencia esto ha sido muy posible, y aportando a estas necesidades y a estas formas de bendecir a las personas se abren infinitas oportunidades de dar testimonio claro y cariñoso de quién es este sorprendente tesoro, que es nuestro Señor Jesucristo. Creo que los cristianos tenemos que cuidarnos de caer en la creencia de que nuestra fe es lógica y que podemos confrontarnos con antagonismo con otras religiones. No es así, la fe de Jesucristo es una sorpresa total, que incluso los apóstoles lo tildaron de locura para la mucha gente que no ha sido tocada por el Espíritu de Jesús ni ha comprendido este testimonio que tenemos en las Escrituras bíblicas, las cuales los apóstoles estuvieron dispuestos a compartir y defender, incluso a precio de sangre. Debemos tener paciencia con las personas a las cuales les cuesta creer, porque creo que nos cuesta a todos entender que el Dios infinito se pueda hacer humano, que nos pueda amar a tal grado que vino a sufrir con nosotros. Son maravillas que no han entrado en la imaginación de ningún filósofo, de ningún sabio, pero que Dios las ha hecho, y que tenemos el privilegio de compartirlas con nuestros amigos musulmanes y de otras tendencias en este mundo.
Victoria: Andrés, quisiera que profundizara un poco más en esto que usted señala de dialogar y de debatir, pero en el buen sentido del debate, de poder intercambiar ideas.
Andrés: Sí, yo como profesor de lenguas, el término debate no me gusta tanto porque viene del francés, que significa “de partir”, de ver quién le pega más fuerte al otro, quién puede dar el golpe más certero. En los debates que yo he presenciado la gente no se escucha tanto, el diálogo es más una conversación que busca entender al otro y buscar también que el otro lo entienda a uno. En ese ambiente creo que nos podemos reflejar mejor, especialmente cuando hay grandes barreras de desconocimiento a franquear, como suele ser el caso de quienes venimos de tradición cristiana y quienes vienen de tradición musulmana. Creo que el debate puede darse mejor entre personas que comparten una misma cultura, un mismo trasfondo y que entienden bien lo que quiere decir el otro. Pero muchas veces tenemos que llegar a entender quién es el otro primero.
Victoria: Escuchar para entender y no escuchar para responder.
Andrés: Exacto. Una anécdota simpática de eso es la de la primera vez que visité Marruecos. Me puse a jugar al fútbol con unos muchachos y después ellos me empezaron a preguntar cuál era mi religión. Yo me hice un poquito el tonto y les dije: “¿Qué quieren decir con religión?” Y ellos me empezaron a preguntar si era budista, hindú, todo eso era fácil hasta que me preguntaron si era cristiano. Ahí les pregunté: “¿Qué quieren decir con cristiano?” Y me dijeron: “bueno, esos que andan con las velitas por los templos, dejándoselas a las estatuas”. Así que les dije: “no, la verdad es que no soy muy cristiano, pero he encontrado en el mesías Jesús la persona que cambió mi vida y yo quiero seguirle y ser como él”. “Ah, eso está bueno”, dijeron estos dos muchachos musulmanes. Entonces poder llegar a entender qué es lo que el otro entiende, qué es lo que ha experimentado, por qué cree lo que cree, eso es importante. Por ejemplo en cosas básicas, como la trinidad, el musulmán cree que nosotros estamos abogando que hay tres dioses, y algunos sospechan por lo que hay en el Corán que estamos hablando de dios padre, dios madre y dios hijo. O que Jesús no murió en la cruz, que es la misma convicción que tenían al principio los discípulos de Jesús y todos los judíos en la época de Cristo, que el mesías no iba a morir, que iba a vivir y reinar para siempre. Entonces el diálogo nos ayuda a eso, a que lleguen a entender todo lo que nosotros hemos experimentado, todo lo que hemos entendido por medio de las Santas Escrituras y los testimonios de los apóstoles además de por nuestra propia experiencia personal con este Cristo Señor y Salvador. Ese es el propósito del diálogo.
Victoria: Y a través de dialogar también se puede llegar a entender cuál es la opinión o el concepto que ellos mismos tienen de las acciones violentan que se ven a través del islam y que se muestran para el resto del mundo, ¿no es así?
Andrés: Sí, la inmensa mayoría de los musulmanes con los que yo he interactuado rechazan y reniegan esas expresiones tan violentas como algo que no representa para nada sus convicciones religiosas. Algunos sí gustan señalar que muchas de esas acciones terroristas tienen un trasfondo en muchas de las injusticias que los musulmanes han recibido de parte de algunos países del occidente y de otra gente que ellos consideran cristianos. Parte del problema para mí es la facilidad con la que esos grupos islamistas radicales y violentos usan texto coránico y ejemplos de la vida del profeta Mahoma para justificar lo que hacen. Pero eso mismo es parte de lo que está empujando a muchos musulmanes, especialmente a la juventud, a ya sea rechazar la religión en su totalidad, o a buscar a Cristo, a quien ven como un profeta de la paz y de la compasión, que si bien Mahoma también ha tenido expresiones de paz y de compasión, quien estudia bien su biografía puede ver elementos muy diferentes a esos también mezclados con su legado.
Victoria: Para terminar esta primera parte de la entrevista me gustaría conocer alguna historia breve de una de estas personas que ha conocido a Cristo, así como nosotros lo hicimos en algún momento, pero en otro contexto muy diferente.
Andrés: Sí, hay muchos casos. Un caso que es un poco más sorprendente es el de unos amigos de Marruecos, de los cuales uno llegó a la convicción de que Jesús realmente era quien confiesan los apóstoles que fue, pero su esposa no quería saber nada. Ella vivía con mucho miedo. Tres años estuvo así hasta que ella empezó a experimentar, por las oraciones de otros hermanos, el cariño y especialmente la liberación de espíritus malignos que la estaban afligiendo a ella y a sus hijos desde hacía muchos años. La presencia de Dios, la intervención liberadora y sanadora fue algo que la tocó, la transformó totalmente. Conocemos también a muchos otros que a través de sueños, de visiones con el mesías, desencadenan un proceso de búsqueda y encuentran a este maravilloso Señor y salvador. Mismo dentro de las dificultades que muchas veces trae en esas sociedades el ser alguien que confiesa una cosa diferente al islam. Pero Jesús sigue siendo el gran tesoro por el cual con gozo se puede vender y perder todo lo demás para alcanzar a más personas.
Victoria: Bueno Andrés, nos encantaría seguir hablando pero tenemos el tiempo acotado. Muchas gracias por estar con nosotros y continuaremos con esta entrevista en el próximo programa. Amigas, ¡no se lo pierdan!