El Plan de Cristo para la Iglesia – I (3ª parte)

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Autor: William MacDonald

La asamblea en el Nuevo Testamento, un tema que está muy en el corazón de Dios y ciertamente es de suma importancia para el Señor Jesucristo. Veremos como la Iglesia se distingue, en las Escrituras, de la nación de Israel. Uno es el pueblo terrenal de Dios, el otro el pueblo celestial.


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PE2296 – Estudio Bíblico
El Plan de Cristo para la Iglesia – I (3ª parte)



Amigos y hermanos, ¡qué gusto estar nuevamente junto a ustedes! Estábamos viendo que: Existe un sólo cuerpo. Esto es interesante. En cuanto a Dios se refiere, existe sólo una Iglesia, la Iglesia universal. Está compuesta por todos los verdaderos creyentes en el Señor Jesucristo.

MacDonald sigue diciendo que: Esta verdad de sólo un cuerpo, es algo que debemos hacer saber. Y lo hacemos. Creemos que existe sólo una Iglesia verdadera. Y es por eso que no nos gustan los nombres denominacionales, dice. No nos gustan los nombres que nos separan de los otros creyentes en el Señor Jesucristo. Creemos que es bueno testificar sobre la unidad del cuerpo de Cristo.

Algunas veces, dice el autor de este mensaje, cuando la gente trata de arrinconarme preguntándome a qué denominación pertenezco, pregunto: “Bueno, ¿a qué denominación pertenecía Pablo? Eso suele detener a la gente de preguntar esas cosas.

Al leer el Nuevo Testamento, podemos ver que Pablo no pertenecía a ninguna denominación. Existe una única Iglesia, y esa es la Iglesia compuesta por todos los creyentes verdaderos, todos los creyentes nacidos de nuevo en el Señor Jesucristo, y queremos dar testimonio de ese hecho.

Sin denominaciones. Sin una central denominacional. ¿Dónde se encuentran las centrales denominacionales en el Nuevo Testamento? No aparecen en absoluto. Por ejemplo, cuando llega un gobierno opresivo, y una de las cosas que quiere hacer es cerrar las iglesias, todo lo que debe hacer es tomar posesión de la central denominacional. ¿No es cierto? Si logra controlar la central denominacional, controlará todas las iglesias de dicha denominación. Así ha sido en el correr de la historia. Fue la historia bajo el gobierno de Hitler, del comunismo, etc. Sin embargo, probablemente, la iglesia más saludable del mundo hoy en día esté en China. A lo largo de China, existen pequeños “grupos hogareños”. Pequeñas asambleas que se reúnen en los hogares. Se reúnen con sigilo. Se reúnen en forma “subterránea”. Se reúnen en secreto. El gobierno nunca logra desarraigarlas. Puede que capturen a una o dos, pero aún quedan miles más reuniéndose en la misma forma en China. Estas reuniones revelan la sabiduría de Dios al no tener centrales denominacionales.

Además, esto no sólo evita el control gubernamental, también evita que se esparza el error. Y todo esto nos lleva nuevamente a nuestra propia asamblea. La mayoría de las denominaciones prominentes tienen su propio seminario. Y esos seminarios son los que proveen “ministros” para sus iglesias. Todo lo que las fuerzas del liberalismo, modernismo, y apostasía deben hacer, es tomar el control de esos seminarios. Algunas veces lleva años poder infiltrar a profesores modernistas en estos seminarios. Y sucede como con el comunismo, es una lucha permanente, pero muy pronto se apoderan de la denominación. Por eso, vemos la sabiduría de Dios al no permitir que esto suceda, al hacer que las iglesias sean independientes y no estén bajo un gobierno.

Hablemos ahora de la iglesia local.

Es así que existe la Iglesia universal, pero también existe la iglesia local. La iglesia local debería ser una representación de la Iglesia universal. No debería hacer o decir nada que niegue la verdad de la Iglesia universal. Puede que alguien me diga: “Usted dice que las definiciones son importantes. ¿Cuál es la definición de la iglesia local? ¿Y qué es la reunión de la iglesia local?” Francamente, el Nuevo Testamento no emplea muchas palabras para definir a la iglesia local.

Sin embargo, existen dos pasajes de la Escritura, los cuales, si se los une, nos dan una buena definición de la misma.

Filipenses 1:1: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo…”

Aquí tenemos la composición de una iglesia local: santos, obispos, diáconos – nada más. Santos significa aquéllos que fueron apartados del mundo para Dios, a través del nuevo nacimiento. Obispos, aquí es lo mismo que ancianos. Es sinónimo de sobreveedores, lo mismo que presbíteros. Todos estos términos se refieren a la misma persona, la del anciano. Esto difiere del concepto actual en el mundo. Un obispo, en la mayoría de los círculos eclesiásticos de hoy en día, es un hombre que preside varias parroquias. No sólo una iglesia, por ejemplo, sino varias congregaciones. Ése nunca fue su significado en el Nuevo Testamento. Un obispo es un anciano, y siempre hay pluralidad de ancianos en una iglesia local. La palabra “diáconos” significa siervos, siervos de la iglesia. Ésta es la composición de una iglesia local en el Nuevo Testamento: santos, ancianos y diáconos.

Y Hechos 2:42 nos habla de la actividad de una iglesia local:
”Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

La doctrina de los apóstoles es sinónimo de las enseñanzas de los apóstoles, las cuales se encuentran en la Palabra de Dios hoy en día. La comunión significa el reunirnos como creyentes y disfrutar la compañía de nuestros hermanos, con quienes tenemos cosas en común. El partimiento del pan, por supuesto, se refiere a la reunión de recordación, la Cena del Señor. Y, finalmente, tenemos las oraciones.

Ahora, coloquemos ese versículo junto al de Filipenses 1:1 y veremos que una iglesia local es una asamblea compuesta por santos, ancianos, y diáconos, los cuales se reúnen para aprender la doctrina de los apóstoles, para tener comunión, para partir el pan, y para orar. Parece muy sencillo. Ésa es una definición de lo que es una asamblea. Otra persona ha definido la asamblea de la siguiente manera: “Una asamblea es un grupo de personas que no son nadie, que se reúnen para exaltar a Alguien”. Y alguien más ha dicho que una asamblea neotestamentaria es la comunión de pecadores perdonados.

No se debe pensar en una asamblea en términos de un centro de entretenimiento. No se diseñó para entretener al pueblo de Dios. Ésa es más bien la actividad del mundo, tratar de entretener a la gente mientras va rumbo al infierno. Medite en lo que Leighton Ford dijo: “Jesús no procura que su iglesia provea un entretenimiento mayor y mejor, para una audiencia más grande. Su visión es la de una iglesia que refleje Su luz y vida, en un mundo oscuro que agoniza. Así que es mejor que tomemos la visión de Jesús seriamente, de lo contrario no sólo estaremos entreteniéndonos a nosotros mismos hasta morir, entretendremos a la gente en su camino al infierno”. La iglesia no debe ser un centro de entretenimiento.

La Iglesia no debe ser dirigida por principios empresariales. Se ha hablado muchísimo en los últimos años acerca de aplicar principios de marketing a la Iglesia, y muchas de las estrategias del mundo han sido transferidas a ella. Esto lleva al error en cuanto a la intención de Dios para la Iglesia. Ella es una reunión espiritual de personas, y debe conducirse sobre bases espirituales.

Nuevamente, recordemos que la iglesia local debería ser una muestra en miniatura de la Iglesia universal. La gente debería poder mirar a la asamblea local y decir: “Así también es la Iglesia universal”. No debería decir o hacer nada que negara la verdad de la Iglesia universal.

En el Nuevo Testamento, toda iglesia es autónoma. Eso significa que se auto-gobierna. Es independiente de cualquier otra iglesia. Ahora, esto es muy importante. No sólo es autónoma en cuanto a su auto-gobierno; también se auto-sustenta, y se auto-propaga. Es muy importante enfatizar esto. Cada iglesia local se auto-gobierna, auto-sustenta y auto-propaga. En Apocalipsis capítulo uno, se puede ver al Señor Jesús en pie en medio de siete iglesias. Y no hay nada entre Él y las siete iglesias. No existe un cuerpo intermediario en absoluto. Son responsables directamente ante Él. Y a esto nos referimos cuando hablamos de la iglesia autóctona.

Quizás alguien diga: “No podía faltar, el que MacDonald use palabras raras”. No debemos temer al uso de la palabra “autóctona”. La misma significa “nativa”. Por ejemplo, si le digo: “Las orquídeas no son autóctonas del Círculo Polar”, eso significa que no crecen naturalmente en el Círculo Polar. Ver una allí sería una sorpresa. No es de esperar verla en dicho paisaje. Debería estar en un invernadero.

Bueno, éste es el plan de Dios para la Iglesia. Cada iglesia debería ser individual, debería tener sus propios ancianos, y debería encargarse de su propia propagación y evangelismo, así como lo hizo la iglesia en Tesalónica. Cada una debería ser auto-financiada y dar cuenta directamente al Señor Jesucristo mismo.

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