El Señor es mi Pastor (1 de 3)
20 agosto, 2009El Señor es mi pastor (3 de 3)
20 agosto, 2009Título: El Señor es mi pastor (2 de 3)
Autor: Marcel Malgo
NºPE1399
Muchos cristianos y no cristianos conocen el Salmo 23. Algunos lo saben de memoria. Pero ¿realmente descubrieron las numerosas preciosidades espirituales que contiene? Durante algunos programas, Marcel Malgo nos ayudará a descubrir los tesoros escondidos en este Salmo
DESCARGARLO PARA TENER O COMPARTIR CON OTROS:pe1399.mp3
Queridos amigos, en el marco del Salmo 23, y analizando la afirmación: «El Señor es mi Pastor», cerca del final del programa pasado, decíamos que hoy en día se predica mucho acerca del amor y de la misericordia de Dios, y de Su disposición a perdonar, y se hace esto con toda razón. Pero, que sin embargo ésta es sólo una cara del Evangelio. Pues la Escritura no solamente dice en 1 Jn. 4:16:«Dios es amor», sino que en el Sal. 105:7 dice también:«El es Jehová nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios».
Por lo tanto, para concluir dije que si perteneces al rebaño de Cristo, si has sido comprado por el alto precio de la sangre de Jesús y has llegado a ser Su propiedad, tenía que hacerte una pregunta sumamente seria. Y es la siguiente: ¿Es Él, el buen Pastor, también el Señor de tu vida? ¿Es Él el Señor de tu familia, el Señor de tu matrimonio, el Señor de tu tiempo, el Señor de tu trabajo, el Señor de tu dinero, el Señor de tu auto, el Señor de tu cuerpo y el Señor en todas tus decisiones? ¿Sí? Entonces Jesucristo, el buen Pastor, en quien«habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad»(como lo afirma Col. 2:9), también es tu Señor. Y entonces puedes decir confiadamente, como David:«El Señor es mi Pastor.»
Continuamos hoy, entonces, con la segunda afirmación del Salmo 23:
«… nada me faltará».
Con estas palabras termina el primer versículo del Salmo. Quizás la pregunta obligada que nos hacemos es: ¿A quién no le faltará nada? Y ésta es la respuesta: Al cristiano renacido, para el cual el buen Pastor es al mismo tiempo también su Señor. Y con relación a esto es muy revelador también lo que dice el Salmo 34:9 y 10:«Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.»
Por eso: ¡ponte bajo el cuidado de tu buen Pastor, y sé sumiso a tu Señor! De esta manera se cumplirá lo que dice en Filipenses 4:19:«Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.»
Y vamos a analizar ahora la próxima afirmación, que es: «Confortará mi alma».
Leemos en los vers. 2 y 3 del Salmo 23:«En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.»Todo esto es expresión de equilibrio interno, calma del alma y de un corazón que se ha aquietado delante del Señor. Por todas partes en la actualidad aumenta el estrés, la debilidad y la inquietud, lo que también invade el campo cristiano. Sin embargo, nuestra gran ventaja, como hijos de Dios, es que podemos pedir a Jesucristo en oración que nos dé Su calma y Su paz. Pues hoy, más que nunca, necesitamos lo que nos describen los versículos 2 y 3: los pastos delicados, las aguas de reposo y la confortación de nuestras almas.
El buen Pastor no quiere atormentar a los suyos, sino que quiere darles una y otra vez el reposo que necesitan. Lo vemos, por ejemplo, en Marcos, capítulo 6. En el versículo 7, leemos como los doce discípulos son enviados para hacer grandes cosas en el nombre de Cristo:«Llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.»Los doce obedecieron y cumplieron esta importante misión. Leemos en los vers. 12 y 13:«Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban». Luego regresaron a Jesús para contarle con alegría todo lo que había pasado. Así lo narra el vers. 30:«Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado». ¿Se alegró el Señor por eso? ¿Los alentó enseguida a seguir adelante? No. Solamente les dijo lo que llemos en el vers. 31:«Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco». El propio Señor Jesús llevó a Sus discípulos a«lugares de delicados pastos»y«a aguas de reposo», para confortar sus almas. Los tomó de la mano y los guió a un lugar tranquilo que Él conocía. Así, pues, fueron juntamente con Jesús,«solos en una barca a un lugar desierto»(como relata el vers. 32).
¿No fue un buen trabajo el que hicieron los discípulos para Jesús? Sí, por supuesto, ya que Él mismo los había enviado. Pero ¿por qué no reaccionó Él a lo que ellos Le contaron? ¿Por qué, en lugar de eso, los llevó a un lugar de reposo? Porque el Señor sabía exactamente que Sus discípulos estaban exhaustos. Y Él también sabe cuando nosotros estamos estresados y cansados, cuando la lucha de fe casi nos aplasta. Y ¿qué hace entonces? Trata de llevarnos a pastos delicados y aguas refrescantes. Ésta siempre fue la intención del Señor también para Israel, por eso le dijo a Su pueblo lo que encontramos en Isaías 30:15:«En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis».
¡En la actualidad, hay más hijos de Dios estresados y agotados que nunca antes! El así llamado «síndrome del burnout» es más común entre los cristianos de lo que pensamos. Muchos hermanos en la fe están postrados, tristes, y hasta depresivos. En esta situación algunos, incluso, buscan ayuda en el alcohol y en las tabletas, para encontrar un poco de sosiego. Es evidente que éste es un bumerang peligrosísimo. En lugar de esto, podrían refugiarse a cada momento en los brazos de Jesús, su buen Pastor. Pues nuestro Señor tiene solamente un deseo para Sus hijos estresados, como lo tenía en aquel entonces para los discípulos exhaustos: llevarlos al descanso, antes que se derrumben bajo la carga del trabajo y los problemas de la vida. Él siempre actuará de la manera que encontramos descrita en Isaías 42:3:«No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.»Pero hay muchos que no quieren dejarse ayudar por Él, o simplemente han perdido de vista al buen Pastor.
«Pero sólo una cosa es necesaria…»
Muchos cristianos se cansan trabajando según sus propios planes, sin preguntar por la voluntad del Señor. También el pueblo de Israel pensaba poder hacer las cosas sin el Señor. Pero Dios justamente quería llevar a Su pueblo, cansado de sus propias luchas, a delicados pastos y aguas refrescantes. Y volvemos a citar Isaías 30:15:«En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.»Sin embargo, el pueblo fue reacio, como leemos en el vers. 16:«Y no quisisteis, sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos…».
¡Debemos tener el deseo y la disposición de decir sí, cuando el buen Pastor nos quiere llevar al reposo!
Cuando el Señor Jesús estaba con las hermanas Marta y María en Betania, Marta trabajaba mucho para atender dignamente al Señor. María, sin embargo, se sentó a los pies del huésped y Lo escuchó. Viendo esto, Marta se enojó y pidió al Señor que le dijera a María que le ayudara (como podemos leer en Lucas 10:40). Pero, en los vers. 41 y 42, vemos que el Señor Jesús le respondió:«Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada».
Quiera Dios, querido hermano, querida hermana, que tú también puedas escoger «la buena parte, la cual no te será quitada». Te invito a no perder el próximo programa, pues este salmo todavía tiene mucho que decirnos. Y juntos, queremos seguir meditando en la Palabra de Dios.