El Sumo Sacerdote Jesús 1/4
21 febrero, 2008El Sumo Sacerdote Jesús 3/4
21 febrero, 2008Titulo: “El Sumo Sacerdote Jesús” 2/4
Autor: WimMalgo
Nº: PE1075
¿Por qué no le da el trono de su corazón al gran Sumo Sacerdote Jesús? Tendrá la paz y la justicia en su corazón si así usted lo desea. -Escuche este programa y entenderá la importancia de tomar al Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec.
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«El Sumo Sacerdote Jesús» 2/4
Querido amigo recuerda que el programa pasado escuchamos sólo un punto acerca de los hechos de Jesucristo como Sumo Sacerdote, hoy tocaremos 2.
En segundo lugar tenemos a Jesucristo, el Sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
Dice la Palabra «…donde entró Jesús por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec» (He. 6:20). Ya se hicieron muchas especulaciones sobre la misteriosa persona de Melquisedec, pero la Biblia no nos informa de dónde vino y adónde fue. Sin embargo, conocemos la clara meta de su venida: «…se asemeja al Hijo de Dios, en que permanece sacerdote para siempre» (He. 7:3b). Melquisedec apareció a Abraham para representar a Jesús como el gran Sumo Sacerdote. Ya tan sólo por este hecho, es de infinito valor meditar acerca de la persona de Melquisedec, pues en él llegamos a conocer a Jesús y Su actuar.
Vemos que El es el que bendice.
«Porque este Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham que volvía de derrotar a los reyes, y le bendijo». Ciertamente conoces la historia en Génesis 14. Abraham volvió de la batalla contra Quedorlaomer y los reyes que estaban con él. Entonces Melquisedec vino a su encuentro, este sacerdote del Dios Altísimo, le dio pan y vino y lo bendijo. Así lo hace Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, de una manera perfecta. Viene al encuentro de Su hijo cansado de la lucha y lo fortalece con lo que El mismo es: con el pan (que es Su cuerpo quebrantado) y el vino (que es Su sangre derramada), y bendice al que se basa firmemente en Su victoria, como Abraham lo hizo. ¡Cuán importante es que tú Lo consideres como el Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec! El te bendecirá.
Querido amigo, su sacerdocio es real
De Melquisedec se dice: «En primer lugar, su nombre significa «rey de justicia», y también era rey de Salem, que significa «rey de paz» (He. 7:2). El que Le da el trono de su corazón a este Sumo Sacerdote, tiene la justicia y la paz reinando en su corazón. Es justo por Su sangre y tiene paz con Dios por la sangre en Su cruz; pues Jesucristo, el Rey de justicia, es sacerdote y sacrificio al mismo tiempo. Cuando veo a Melquisedec acercándose a Abraham con pan y vino en sus manos, entonces veo en la persona de Melquisedec la Persona de Jesucristo, y en el pan y el vino en sus manos, veo la obra de salvación del Sumo Sacerdote Jesús.
También estimado amigo, Es sin padre, sin madre, sin genealogía
Se dice de Melquisedec que es: «sin padre ni madre ni genealogía, no tiene principio de días ni fin de vida; y en esto se asemeja al Hijo de Dios, en que permanece sacerdote para siempre» (He. 7:3). Exactamente como la persona de Melquisedec no podía ni puede ser escudriñada, la eterna gloria del Señor Jesús es inagotable e insondable. Lo que Jesús es en Su Ser, traspasa de lejos nuestro entendimiento. No es como Lo has experimentado, como Lo conoces, sino que Jesucristo, el Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, es infinitamente más glorioso, más grande y más maravilloso de lo que puedas imaginarte. ¡Pero – y esto es lo indecible que nos espera en el futuro – cuando estemos en la gloria, Lo veremos tal como El es!
Estimado amigo,El trae gracia.
De Hebreos 7:11-14 desprendemos que Jesucristo no trae la ley, sino la gracia: «Ahora bien, si fuera posible lograr la perfección por medio del sacerdocio levítico (porque bajo éste el pueblo ha recibido la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque de haber cambio de sacerdocio, es necesario que también se haga cambio de ley…Porque es evidente que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, sobre la cual Moisés no dijo nada en cuanto al sacerdocio.» Esto quiere decir: Jesús, aunque es Sacerdote, no nació de la tribu de Leví, sino de la tribu de Judá, y como Sumo Sacerdote es mucho más que Aarón y superior a Melquisedec. No nos trae la ley, el «harás esto», sino que nos trae la gracia.
Ahora vemos un punto más: El tercero, Jesucristo, el Sumo Sacerdote que sufre.
«Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por lo que padeció» (He. 5:8). Son palabras grandiosas. El es el Sumo Sacerdote que sufre, instituido por Dios, pues Hebreos 5:5 dice expresamente: «Así también Cristo no se glorificó a sí mismo para ser hecho sumo sacerdote, sino que le glorificó el que le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.» Esto Le dio la fuerza para perseverar hasta el fin. Fue instituido por Dios como el Sumo Sacerdote que sufre, por eso nunca Se despojó del sufrimiento, sino que aprendió la obediencia por lo que sufría. Muchos hijos de Dios creen que es la mayor expresión de la fe si se pueden quitar rápidamente los sufrimientos por la fe.
Pero ¿cómo pasó con nuestro Sumo Sacerdote, quien es al mismo tiempo el autor y consumador de la fe, cuando sufrió? ¿No sabes, querido hijo de Dios, que cada sufrimiento y cada aflicción serán transformados en gloria indescriptible? A continuación, querido amigo, escucha el testimonio de Wim Malgo acerca de su novena hija: » Cuando tuvimos a nuestra novena hijita Cristina, mi esposa y yo éramos infinitamente felices. Pero de repente la salud de la niña decayó rápidamente. Ya no podía alimentarse y estaba muy débil. Yo pronto iba a salir otra vez para una gira de conferencias. Entonces oré juntamente con mi esposa con fervor y fe, y he aquí, el Señor intervino enseguida. Los poderes de enfermedad se apartaron de la niña y ella comenzó a engordar. Sin embargo, después de algunos días vino una recaída, los mismos sufrimientos volvieron.
Entonces me dije: «Yo creía, ¿no debería entonces estar terminada la cosa?» A esto, leí en mi Biblia: «Hermanos míos, tenedlo por sumo gozo cuando os encontréis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que seáis completos y cabales, no quedando atrás en nada» (Stg. 1:2-4). Entonces lo comprendí de una manera muy nueva: Mi fe sí, obra milagros en el sufrimiento, pero muchas veces los sufrimientos no se quitan enseguida; pues solamente en el mismo sufrimiento, mi fe puede producir paciencia, y esto muestra mi perfección en Jesucristo. Esto es mucho más que el alejamiento del sufrimiento por un milagro.»
Ahora bien estimado amigo, nuestro Sumo Sacerdote triunfó en la fe, perfeccionando el sufrimiento. ¿Cómo, pues, se mostró Su sufrimiento? Hebreos 5:7 dice las maravillosas palabras: «…habiendo ofrecido…lágrimas.» El lloró por causa tuya y por causa mía, pero El no se libró de los sufrimientos. Hijo de Dios que sufres, mira al Sumo Sacerdote en Su sufrimiento, pues si padecemos con El, también seremos glorificados con El (Ro. 8:17).
¡Qué bueno es saber todas estas cosas!. Que teniendo a Jesucristo como nuestro Señor y salvador, que sufrió por nosotros, somos librados de la condenación eterna!
¿Realmente crees esto? ¿Quieres tener al gran Sumo Sacerdote Jesús en tu vida?
Deseo de todo corazón que así sea.