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Autor: Esteban Beitze

Al estudiar el contexto en el que se encontraba Elías vemos que toda luz había sido extinguida, toda voz de testimonio había sido acallada, y la muerte espiritual se extendía. Pero a través de esta historia también veremos una palabra de ánimo, un ejemplo a seguir. Dios sigue buscando personas fieles en medio de la oscuridad.


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PE2780- Estudio Bíblico
Elías: Contexto de la vida de Elías (1ª parte)



Contexto de la vida de Elías

¿Qué tal queridos hermanos? Vamos a empezar el estudio de un hombre extraordinario de la Biblia. Es el profeta Elías, un hombre sencillo que se caracterizó por ser usado por Dios en gran manera. Lo que me llama la atención es el contexto en el que Dios lo utilizó, un contexto nefasto y creo que, con muchos paralelos respecto a la actualidad nuestra, de hoy en día. Justamente esto nos debe animar a ver cómo Dios, en medio de situaciones muy adversas, utiliza a los suyos y nos quiere utilizar a nosotros.

Entonces, en primer lugar, vamos a observar un poquito el tiempo de Elías. ¿En qué momento apareció este profeta? Allí quisiera atacar tres cosas realmente tristes. Por un lado, había inestabilidad política. El momento en que apareció el profeta Elías fue uno de los más oscuros de Israel. Durante el reinado del hijo de Salomón se dividió Israel en reino del norte, Israel (las diez tribus) y reino del sur (Judá y Benjamín). Desde la partición del reino hasta este momento sólo habían pasado 58 años, durante los cuales reinaron nada menos que 7 reyes sobre las diez tribus. Lo trágico fue, que todos, sin excepción, fueron hombres malvados. Entonces tenemos una inestabilidad política, si tenemos en cuenta que eran reyes y los reyes generalmente reinaban hasta su muerte.

En segundo lugar, vemos idolatría desenfrenada. El primero de estos reyes fue Jeroboam que indujo al pueblo a la idolatría con dos becerros de oro que hizo levantar. Además, consagró sacerdotes como él quería y no de la tribu de Leví como Dios había establecido (1R.12:28-32).  Tenemos que enfatizar, que la apostasía comenzó con la corrupción del sacerdocio, al instalar en el servicio divino hombres que no fueron designados por Dios. Ahora, si vamos a libro de 1ª Reyes, donde encontramos el comienzo de la historia de nuestro personaje, en los capítulos 15 y 16 de 1ª Reyes encontramos una lista de reyes que reinaron sobre las 10 tribus descritos con tristes características. Por ejemplo, en 1ª Reyes 15:26 leemos que Nadab “hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. En el 15:34 leemos que Baasa “hizo lo malo…”. Ela era un borracho y pecador, lo encontramos en el capítulo 16, versículo 13, y fue asesinado por un siervo rebelde. Zimri era traicionero, asesino y sólo reinó 7 días y luego se suicidó “haciendo lo malo…” ante los ojos de Dios. Omri, un militar oportunista, hizo lo malo también y aún peor que los que reinaron antes de él (16:25,26).

Pero luego llegamos al rey que estaba reinando durante la historia del profeta Elías: el rey Acab. De él leemos en 1ª Reyes 16:30-33 “Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel”. O sea que que aumentó la maldad aún más. Este era el rey que reinaba cuando empezó el ministerio de Elías.

Acab se había casado con Jezabel una princesa de Sidón (extranjera, pagana). Esta unión trajo consigo como era de esperarse, las más terribles consecuencias. Toda adoración pura a Jehová desapareció por completo en breve espacio de tiempo y, en su lugar, apareció la más grosera y desenfrenada idolatría. Ahora, Los casamientos con princesas de otros países eran comunes, pero al entrar al palacio extranjero, rara vez se volvía escuchar algo de ellas. En cambio, Jezabel fue bien distinta. Ella era tenaz y orgullosa. No le importaba el medio con tal de obtener lo que deseaba. Llegó, incluso, a matar a un vecino bajo falsa acusación para obtener su huerta (1R.21). Lo más trágico fue que trajo y reintrodujo el culto a Baal, que había sido erradicado en el tiempo de David. Ella no se contentó con la coexistencia del culto a Jehová y el de Baal, sino que decidió acabar con la religión anterior e imponer la suya. Acab fue muy capaz en el liderazgo de su pueblo y especialmente en la construcción y en la arquitectura (1R.22:39; Am.3:15; 6;4), pero carecía de fuerza para oponer resistencia a la voluntad de su esposa (21:25). Ella persiguió a los profetas del Dios verdadero, y donde podía, los hacía matar (19:10). Consiguió que de los millares de Israel sólo quedaran 7000 que no había adorado a Baal (19:18). El pecado de Jeroboam era grave por haber levantado los becerros de oro. Pero ahora el pecado se acrecentaba, porque el verdadero Dios era sustituido completamente por Baal.

Ahora, ¿Cómo era esto del culto a Baal? Baal significa “señor”. Fue un nombre común para el dios de la fertilidad de Canaán. La gente del campo lo veía como el dios que proveía crecimiento del grano, de las frutas y del ganado. Incluso hubo muchas ciudades que se consagraron a Baal, lo que luego se reflejaba en su nombre. A la imagen se la reverenciaba y besaba (1R.19:18). El culto era llevado a cabo con saltos y danzas llevadas hasta el éxtasis, con alaridos ensordecedores, durante el cual inclusive se infringían heridas (1R.18:26-29). Se llegaba inclusive a sacrificios humanos. Padres ofrecían a sus propios hijos en sacrificio a esta deidad (Jer.19:5).

Pero no solo vemos la inestabilidad política y la idolatría desenfrenada, sino que a eso se le añadió la inmoralidad desvergonzada. Junto a Baal se adoraba también a Asera. Era una diosa cananea y la principal diosa de los fenicios (lugar de nacimiento de Jezabel). Se presume que era un palo o poste sagrado que se levantaba cerca de los altares de Baal. Los cananeos creían que Asera gobernaba el mar y era la diosa de la fertilidad y, con eso, de la sensualidad. Era considerada la madre de todos los dioses, incluyendo a Baal. Aparentemente, la mitología en Canaán colocó a Asera como consorte de Baal. En Israel se han encontrado muchas estatuillas de mujeres desnudas que son consideradas representaciones de Asera.

Era un culto dónde se permitía todo. Como era la diosa de la fertilidad y sensualidad, en todos lados estaba relacionada con la prostitución sagrada. Aparte de las mujeres consagradas a este “servicio”, muchas otras mujeres se entregaban a la prostitución en los templos. Inclusive se practicaba la prostitución masculina en estos lugares. En otras palabras, estos cultos estaban marcados por la inmoralidad y el desenfreno total. Se podía hacer lo que se quería con quien fuera.

Evidentemente esto era una abominación para Dios. Dios había advertido seriamente a Su pueblo acerca de la adoración de estos dioses. Tenían que derribar sus altares y quemar las estatuas de Asera, como se indica varias veces en la ley (Ex.34:13; Dt.7:5; 16:21,22). O sea que Dios aborrecía esto profundamente.

Ahora, este era el contexto del pueblo de Dios, esto era lo que ellos estaban viviendo. Una inmoralidad desvergonzada, una idolatría desenfrenada, y a esto se le sumaba la inestabilidad política. Es innegable entonces, que el tiempo de Acab fue uno de los más tristes en cuanto al alejamiento de Dios se refería. Prácticamente todo el pueblo se fue tras otros dioses, dejando al Dios verdadero. Es triste contemplar las terribles condiciones prevalecientes. Toda luz había sido extinguida, toda voz de testimonio había sido acallada. La muerte espiritual se extendía por doquier, y parecía que Satanás hubiera obtenido realmente el dominio de la situación. ¿No vemos paralelo a la actualidad nuestra en todo esto? Yo creo que sí. Y a veces nos hace desanimar, nos hace ver todo de una forma tan triste, oscura, y nos preguntamos ¿cómo va a seguir esto? ¿Habrá alguna solución? ¿Habrá alguna intervención especial de Dios? Lo veremos en esta historia, y a través de esta historia también veremos una palabra de ánimo, un ejemplo a seguir. Dios sigue buscando personas fieles en medio de la oscuridad. La pregunta es ¿nos podrá utilizar a nosotros en esta tarea? Ojalá que así sea, para que podamos ser luminares en una época tan marcada por la oscuridad. Que Dios nos use en ello para su gloria. Amén.

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