Elías: Un instrumento en las manos de Dios (12ª parte)
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22 febrero, 2022Autor: Esteban Beitze
Si estás observando el síntoma de sequía en tu vida, sequía en lo espiritual, sequía en diferentes áreas, ponte a analizar cuál sería el problema. Cuando las prioridades están distorsionadas, cuando Dios ya no ocupa el primer lugar en la vida, cuando buscas excusas respecto a lo que estás haciendo mal, entonces tendríamos que replantearnos algunas cosas en nuestra vida.
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PE2792- Estudio Bíblico
Elías: Fidelidad sorprendente (13ª parte)
Fidelidad sorprendente
¿Qué tal queridos hermanos? Seguimos adelante con nuestro estudio acerca de la vida de Elías. Ahora vamos a empezar una historia que tiene que ver con el llamado a la consagración a Dios de parte de Elías al pueblo de Israel. Cuando Elías se encontró con Acab para organizar ese momento en el que podría enfrentar a todo el pueblo de Israel, dice en 1ª Reyes 18:17-21: “Y cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales. Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel. Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”.
Vamos a hacer un pequeño diagnóstico. Creo que la mayoría de nosotros alguna vez estuvimos enfermos. En muchos de estos casos vamos a un médico el cual al observar los síntomas puede imaginarse de qué enfermedad se podría tratar. Para asegurarse de que su diagnóstico es el correcto quizás pida un análisis de sangre, un electrocardiograma, una ecografía o cualquier otro estudio más específico dependiendo de lo que pudiera pensar que es. En base a los resultados de este análisis, luego se prescribe el tratamiento y el remedio adecuado para restaurar la salud.
De la misma forma, podemos hacer un diagnóstico del pueblo de Israel y su gobierno en el tiempo de Elías. Justamente es esto lo que hace Dios por medio del profeta para llevar el pueblo al tratamiento adecuado y a su restauración. Y por medio de esta historia, Dios lo quiere hacer también en tu vida, querido oyente.
Entonces vamos a observar algunos síntomas realmente preocupantes. Al observar los síntomas, o sea, las manifestaciones externas de este entonces, en seguida encontramos una serie de evidencias que nos señalan una situación realmente preocupante.
- En primer lugar, observamos la sequía. Ya habían pasado tres años y medio de sequía. Dado que el rey y el pueblo de Israel habían dejado a Dios, Él les había mandado una sequía para llevarlos al arrepentimiento. Esto significaba que no se podía plantar absolutamente nada, no había cosecha, las reservas de grano estarían consumidas hace mucho, y sólo los más ricos podrían conseguir comida importada de otras naciones. El hambre se había apoderado del pueblo. ¡El sufrimiento debería ser atroz!
Entonces, meditando en esto es que pensaba: Cuando algo malo está pasando, generalmente tiene algún origen que habría que investigar. Si tu vida anda a los tumbos, si no encuentras el rumbo, si te sientes vacío, si todas las cosas que emprendes no resultan, si no encuentras la paz y el gozo, si tu vida es infructífera, si aún los momentos de alegría luego te dejan una tristeza mayor, es probable que tengas que replantearte algunas cosas en tu vida.
- Observamos también prioridades distorsionadas, otro síntoma no menor en esta historia. Hoy en día, si vamos a lo físico, hay muchos que descuidan su salud física por descuidar cosas básicas como una dieta equilibrada, ejercicio, evitar el sedentarismo, chequeos médicos, etc. Para ellos existen otras prioridades. En nuestra historia, a pesar de que toda la población estaba afectada por el hambre, encontramos al rey Acab buscando pasto para sus animales en lugar de buscar el bien del pueblo: Lo observamos en 1ª Reyes 18:5 y 6: “Dijo, pues, Acab a Abdías: Ve por el país a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos, a ver si acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. Y dividieron entre sí el país para recorrerlo; Acab fue por un camino, y Abdías fue separadamente por otro”. ¿Qué observamos en esto?
Evidentemente los animales eran más importantes para este rey que la gente. Hoy en día se sigue viendo esto. Los movimientos ecológicos hacen grandes campañas a favor del cuidado de especies de animales en riesgo, que sin lugar a duda es necesario, ¿pero alguna vez los vieron manifestarse en contra del aborto, por ejemplo?
Quizás en tu vida, no sea el tema de la ecología, sino que estás enfocado a vivir la vida para disfrutarla por el disfrute en sí, quieres ganar mucho dinero, piensas que, teniendo el novio o la novia de tus sueños, serías feliz, u otras cosas más. Si fuera así, entonces probablemente estés corriendo tras las prioridades equivocadas.
- En nuestra historia vemos otra evidencia externa, otro síntoma preocupante, y es el excusarse o acusar a otros del mal. Hace un tiempo leía acerca de grandes juicios de personas con cáncer de pulmón contra las tabacaleras. Supuestamente ellas tenían la culpa de que estas personas ahora estaban enfermas. Quizás haya algo de culpabilidad en publicidad engañosa, pero el que empezó a fumar sabía que esto dañaba la salud.
Hace un tiempo leía acerca de grandes juicios de personas con cáncer de pulmón contra las tabacaleras. Supuestamente las tabacaleras tenían la culpa de que estas personas ahora estaban enfermas. Quizás haya algo de culpabilidad en publicidad engañosa, pero el que empezó a fumar sabía que esto dañaba la salud. Ahora, leemos del momento cuando Elías se enfrentó a Acab en el versículo 17 y 18: “Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre…”. O sea, vemos que el profeta es acusado por el rey de la calamidad que había en el pueblo. Claro, Elías había sido el que había avisado que Dios mandaría la sequía sobre la Tierra, pero por culpa de la idolatría que había en Israel, y sobre todo enfatizada por Jezabel.
Algo característico de la mayoría que está haciendo algo mal es culpar a otros de las tristes consecuencias de su actuar. Esto se puedo observar en todas las áreas de la sociedad, desde el gobierno hasta el individuo. Los psicólogos generalmente excusan al delincuente por sus hechos porque tuvo una infancia complicada. Dicen: “Eres un producto de la sociedad que te hizo violento, abusador o depresivo”. Desde que éramos niños, se pudo observar esta actitud. Siempre que jugando a la pelota rompíamos una ventana, era el otro el que lo había hecho. ¡Cómo nos cuesta reconocer nuestra responsabilidad en lo que está mal en nuestras vidas! ¿No será que estamos cosechando lo que sembramos?
Entonces, la pregunta con la cual quisiera cerrar es ¿a quién o a qué estás echando la culpa de tus fracasos? Si estás observando el síntoma de sequía en tu vida, sequía en lo espiritual, sequía en diferentes áreas, ponte a analizar cuál sería el problema. Cuando las prioridades están distorsionadas, cuando Dios ya no ocupa el primer lugar en la vida, habría que rever esta actitud. O cuando buscas al culpable, cuando buscas excusas respecto a lo que te está sucediendo o lo que estás haciendo mal, entonces tendríamos que replantearnos algunas cosas en nuestra vida. Al observar síntomas externos, ¿cómo está tu vida frente a Dios? ¿Cómo está la mía? Sería un tema para analizar frente al Señor, abriendo la Palabra, pidiéndole al Señor que nos ilumine y nos muestre lo que hay que corregir. Que Dios te bendiga.