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26 noviembre, 2020Autor: Wilfried Plock
¿Quién es cristiano? Una pregunta compleja y esencial, pues una respuesta equivocada podría hacer que alguien viviera en vano, y le impediría tener comunión con Dios, salvación y vida eterna.
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PE2606 – Estudio Bíblico
Jesús es el camino (22ª parte)
Ser cristiano, ¿qué significa?
Amigo, comenzaré el programa haciéndole una pregunta esencial: ¿Quién es cristiano? Las respuestas a esta pregunta suelen ser un poco vagas. Si preguntáramos, ¿quién es médico? o ¿quién es mecánico?, entonces la respuesta no nos costaría tanto. Sin embargo, la pregunta “qué significa ser cristiano”, es bastante más difícil de responder. El problema en relación con esta pregunta, mi amigo, es que una falsa concepción de lo que es ser cristiano puede impedir que alguien consiga llegar a ser un verdadero cristiano y, a su vez, eso implicaría que viviera en vano, que perdiera la posibilidad de la vida eterna y de la eterna comunión con Dios. Quizá sería bueno entonces darle vuelta al asunto, y preguntar: ¿Qué es lo que no significa ser cristiano?
¿Se es cristiano por ir a la iglesia los domingos? No, simplemente ir a la iglesia no le hace a nadie ser cristiano. Sin embargo, todos los verdaderos cristianos de este mundo tienen deseo de ir a la iglesia. No porque eso les haga cristianos, sino porque en la iglesia pueden escuchar la Palabra de Dios, se encuentran con otros cristianos y pueden aportar sus talentos para ayudar a otros. Sin embargo, uno no es cristiano por ir alguna vez, o constantemente a la iglesia. ¿Se es cristiano por pertenecer a una iglesia o algún grupo cristiano? No, sin embargo, todos los verdaderos cristianos tarde o temprano se congregan por convicción en alguna iglesia. Aun así, quien se identifique como cristiano solamente por formar parte de una iglesia, está equivocado.
¿Se es cristiano cuando uno se esmera por ser servicial y correcto, realiza buenas obras, actúa de manera desinteresada, y trata siempre de no cometer errores y estar bien con todo el mundo? No, tampoco consiste en eso. Todos los cristianos verdaderos tienen deseo de tener la conciencia tranquila y vivir con todos en paz, en cuanto dependa de ellos. Un cristiano quiere tratar a todos con respeto y amor, sin importar la raza, la nacionalidad, la cultura, la religión o la visión que tengan del mundo. Pero no es su actitud lo que los hace cristianos, sino al contrario, por ser cristianos tienen este enfoque. Esa es la gran diferencia. Por supuesto que los cristianos se van a preocupar por ser piadosos, ayudar a los demás siempre que sea posible, pero ¿todos los que tengan estas virtudes son cristianos? No; yo he conocido personas que se destacan por estas virtudes y se declaran ateas. ¡No es tan fácil, amigo!
¿Se es cristiano cuando se vive según los principios de la Biblia? Es probable que esto se acerque a la verdad, sin embargo, hay un inconveniente en este punto y es que podemos tomarnos muy en serio los principios ético-morales de la Biblia, cumplir el mandamiento de la caridad, estar dispuestos a sacrificarnos e interceder por los pobres y vivir sin ser cristianos. Esto es preocupante. ¡Debemos entender que hacer no implica ser! Una vez, pude observar un mono adiestrado. Tenía pantalones, chaqueta, se ponía una gorra y se comía un plátano con tenedor y cuchillo. Su comportamiento era similar al de un humano, pero ¿era un hombre? Está claro que no. Nadie es cristiano porque viva siguiendo los principios de la Biblia o lleve un estilo de vida cristiano. Ser cristiano es más, es algo diferente.
En este punto usted se debe estar preguntando, “entonces ¿en qué consiste ser cristiano?”. ¿Tener un rostro resplandeciente? ¿Llevar ropa conservadora? ¿Abstenerse del alcohol, el tabaco o las drogas? ¿Comprometerse con la desigualdad social y cuidar del medio ambiente? ¿O hace falta saberse más de veinte versículos de la Biblia de memoria?
Todo lo anterior está muy bien pero no es la clave. Sin dar más vueltas le diré, amigo, que ser cristiano es una relación personal con Jesús, una vida en común con Cristo. Juan, el testigo ocular de la vida de Jesús, escribe en su primera carta a los cristianos de entonces, capítulo 5 verso 1: “Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al Padre, ama también a sus hijos”. Así como hay un nacimiento terrenal, al llegar a este mundo, así debe haber también un nacimiento espiritual, para entrar en el mundo de Dios. Un cristiano es un creyente, alguien que deposita toda su confianza en Dios. Creer significa confiar. Cuando no hay fe, no podemos ser cristianos de verdad, aunque ostentemos ciertas cualidades de “cristianos”. Sin embargo, solo por la fe podemos tener una relación personal con Dios. Ahora: un cristiano cree, pero cree en Jesucristo. La fe como tal no le hace cristiano. Hay personas que creen y no son cristianas porque su fe no está puesta en Jesucristo. Como dice la Biblia: “Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios”.
Un cristiano cree que Jesucristo es el Mesías, el Ungido, es decir, el Salvador de los seres humanos enviado por Dios. Se trata de tener fe en Jesús como el Hijo de Dios, Dios hecho hombre. Consiste en tener fe en Jesús, el crucificado. Un cristiano no solo cree que la crucifixión es un hecho histórico, sino que cree que el Señor Jesús murió también personalmente por él en la cruz. Esto es muy importante. Asimismo, un cristiano cree en Jesús resucitado. Sabe que Jesús murió, pero que también resucitó y que vive hoy. Él puede entrar en nuestras vidas a través de su Espíritu y cambiarlas. No tenemos que tratar con un muerto, sino con un Cristo vivo. El cristianismo no consiste en venerar a los muertos. Consiste en confiar en un Señor que ha resucitado y que su maravillosa vida fluye en mí. No se trata de tener fe en una enseñanza o en un dogma, sino tener fe en una persona: Jesucristo.
En 1 Juan 5:12, el apóstol continúa su carta escribiendo: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”. La vida es la evidencia de que uno ha nacido, y el estilo de vida de un cristiano es la evidencia de un renacimiento; allí permitió Dios que pasara algo nuevo. La vida anterior, donde Cristo no era el centro, se ha acabado. Algo nuevo ha surgido. Déjeme preguntarle, amigo: ¿cree usted en Jesús? ¿Confía en Él? ¿Lo ama en respuesta a Su gran amor en la cruz? ¿Tiene usted una relación con Él? Solo se es cristiano a través de Cristo: ni por la iglesia, ni por una ceremonia, ni por el bautismo, ni por ser íntegro moralmente, ni por un compromiso social político, etc. ¡Solo se es cristiano a través de Cristo! Otra vez le pregunto: ¿Cree usted en Jesucristo? No tiene la obligación de hacerlo; Dios nunca le obligará. Él llama, atrae. Él sufre, sí, cuando usted –Su creación amada– no vive en una relación con Él. Sin embargo, no le obliga. Lo único que debe saber, es que usted es completamente responsable de sus decisiones, y un día tendrá que dar cuenta delante de Dios por la decisión que tomó con respecto a Jesús.
Amigo: quien tiene a Cristo en su corazón puede y debe llevar la vida de un cristiano. En ese orden todo tiene sentido; no al revés. ¿Qué hay de usted? ¿Aún vive lejos de Dios? ¿No quiere cambiar esto? ¿No quiere dejar su falsa concepción de ser cristiano y, totalmente consciente, unirse a Cristo? Él es la vida y Él puede regalarle una vida abundante en verdad.