Jesús tiene la última palabra (17ª parte)

Jesús tiene la última palabra (16ª parte)
8 octubre, 2022
Jesús tiene la última palabra (18ª parte)
15 octubre, 2022
Jesús tiene la última palabra (16ª parte)
8 octubre, 2022
Jesús tiene la última palabra (18ª parte)
15 octubre, 2022

Autor: Ernesto Kraft

Jesús se identificó de tal manera como un hombre que decidió humillarse y asumir sobre Sí el pecado, aceptando la muerte más vergonzosa. Podemos tener certeza de que nunca experimentaremos algo por lo cual Él no haya pasado.


DESCARGARLO AQUÍ
PE2844- Estudio Bíblico
Jesús tiene la última palabra (17ª parte)



Amigos, continuamos con esta serie de estudios, titulada “Jesús tiene la última palabra”. Estamos analizando las últimas palabras de Jesús en la cruz y llegamos a la quinta frase: “Tengo sed”.

Jesús se identificó de tal manera como un hombre que decidió humillarse y asumir sobre Sí el pecado, aceptando la muerte más vergonzosa. Podemos tener certeza de que nunca experimentaremos algo por lo cual Él no haya pasado. Jesús tuvo sed para que nosotros recibiéramos vida en abundancia. Se volvió pobre, sufriendo sed para saciarnos, dándonos la posibilidad de una vida satisfecha, como lo leemos en Juan 4:14 y 10:10: …mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna;  y el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Hebreos 2:17-18 declara: Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”.

Jesús nos comprende mejor que nuestro cónyuge, que nuestros padres, amigos o hermanos. Jesús dio Su cuerpo, Su sangre y su vida en sacrificio por nosotros. Encontramos las palabras “para nosotros” 27 veces en el contexto con el sacrificio de Jesús. 2 Corintios 8:9 nos asegura: Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.

¿Será que Jesús era más pobre en el inicio de Su vida, cuando no tenía lugar para nacer? No, pues tenía una familia que lo cuidaba. ¿Será que era pobre cuando en el Getsemaní tuvo que enfrentar solo a los que lo arrestaban? No, pues leemos que un ángel llegó y lo fortaleció. El mayor estado de pobreza de Jesús fue en la cruz, durante las tres horas de tinieblas (desde la sexta hasta la novena hora). Estaba tan pobre que tuvo que pedir que le dieran agua. AQUEL QUE NOS DA EL AGUA DE LA VIDA TUVO QUE PEDIR AGUA.

Preguntémonos amigos ¿será que estamos viviendo la vida en abundancia? La siguiente ilustración describe que, a veces, nuestra vida podría ser mucho más abundante, pero no lo está siendo: Vi en la India un toro brahmán que comía basura de una cubeta, mientras que cerca de allí había un campo de grama verde y fresca. Muchos de nosotros nos alimentamos de la basura del pesimismo y del miedo, de lo que hay en la cubeta del mundo, en vez de pastar en los campos verdes de la gracia de Dios y de la comunión con Él. Deberíamos volvernos conscientes de esas fuentes de nutrición espiritual y tomar posesión de las mismas.

¿Quién no anda en la búsqueda de una vida llena de realizaciones? ¿Cuánto esfuerzo hace cada uno para saciar esta sed de poseer una vida que satisfaga su ansiedad? Desafortunadamente, constatamos que todos los deseos humanos no pueden ser realizados y que la sed por una vida verdaderamente llena todavía no está siendo saciada. Prueba de eso la encontramos en los artistas de cine, de la televisión, del teatro, etc., que después de una carrera resplandeciente, después de aparentemente haber alcanzado una vida llena de realizaciones, simplemente mueren como cualquier otro ser humano.

Busque su felicidad y la vida abundante donde usted la puede encontrar. En Jesús, tenemos felicidad y realización completa. ¡Sacie su sed con aquello que Jesús ofrece! Aprendamos una lección más de Jesús. Él dijo: tengo sed”. Jesús fue verdadero hasta en las pequeñas cosas… no fingió ser el héroe. Aparentamos ser fuertes, en vez de admitir que somos débiles y que necesitamos de Jesús. Decimos que está todo bien y que todo se resolverá, pero en la verdad estamos derrotados, abatidos y sin expectativa. Ante los demás parecemos héroes, pero en nuestro corazón sentimos una angustia sin fin. Sea quien usted es realmente.

La sinceridad vale para Dios. La transparencia es lo que Dios bendice. Admitir que estamos en el final, y que ya no podemos luchar solos puede ser muy humillante para nosotros, pero leemos en Proverbios 2:7: «´Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente”.

La sexta frase que pronunció Jesús en la cruz y ha sido gran motivo de estudio es:Consumado es”. No hay mayor mensaje que este: “Consumado es”. Está consumado para usted y para mí. Jesús hizo más en la cruz que toda la humanidad en la historia. Resolvió el pasado y el presente, y conquistó un futuro maravilloso para nosotros. Venció al enemigo, al pecado y a la muerte.

Leemos sobre esa victoria en Colosenses 2:13-15: Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.

¡Podemos celebrar, pues vencemos! “¡Está consumado!” – ¡Qué mensaje tan maravilloso! Cuando la selección de fútbol conquista la Copa del Mundo, usted oye los gritos:“¡Vencimos! ¡Vencimos! ¡Somos campeones!” Pero las personas que transmiten este mensaje no hicieron nada para eso, ¡ni siquiera tocaron la pelota! Sin embargo, la victoria que los atletas conquistaron es la victoria de las personas que se identifican con ese equipo. Nosotros los cristianos podemos alegrarnos de la misma manera: “¡Vencemos! ¡Somos vencedores porque nuestro Señor alcanzó la mayor victoria de toda la historia de la humanidad! ¡Esa victoria quedará para la historia por toda la eternidad!”.

“¡Está consumado!” Usted puede estar cierto de que el enemigo, el pecado y la muerte fueron derrotados. Pero en nuestro diario vivir sufrimos diversos ataques del enemigo y nuestros sentimientos nos llevan a creer que no todo está bien así. ¿Somos victoriosos? Pensamos “no está bien así…”  Sería bueno y maravilloso ser así de victoriosos, pero la realidad es otra. Nos esforzamos y hacemos todo para mejorar nuestra situación, pero sin resultados. “Está consumado” requiere confianza total en esta verdad. Dios no quiere nuestro esfuerzo, sino nuestra fe. La pura fe en la obra que Jesús realizó nos va ayudar, y no nuestro esfuerzo. Mire a Jesús y la obra que Él realizó. Es suficiente para experimentar victoria delante del enemigo, de los pecados y de cualquier situación. Dios dice: “Hice todo a través de Jesús, mira a Él”.

¿Qué pasó con el pueblo de Israel? Pecaron y fueron afligidos por las mordeduras de las serpientes. Leemos en Números 21:7-9: Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo a Moisés: hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía”.

¿El esfuerzo de quitar las serpientes para que ya no atacaran habría dado resultado? No, sino que únicamente mirar era suficiente para vencer. ¡La pura fe en la obra que Jesús realizó agrada a Dios! En ese contexto, me gustaría mencionar un problema que presentan muchos cristianos que no tienen la certeza de la salvación, cristianos que dudan si son salvos o no.

Esa obra de Dios a mi favor, por medio de la cruz de Cristo, es un hecho que no se altera en función de las condiciones de adentro de mi corazón. Mi seguridad eterna no está firmada sobre una base inestable, como las emociones, sino sobre una base sólida, un acto que Dios practicó en la historia y que jamás podrá ser cambiado. Es de ahí, y solamente de ahí, que viene nuestra certeza de salvación eterna.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo