La Herencia de los Santos en Luz 2/4
21 febrero, 2008La Herencia de los Santos en Luz 4/4
21 febrero, 2008Titulo: “La Herencia de los Santos en Luz” 3/4
Autor: Wim Malgo
Nº: PE1030
Nuestras vidas en algún momento se ven similares a la del Hijo pródigo! ¿Ha cuidado usted la herencia del Padre Celestial? O, simplemente le ha ignorado? Le invitamos a que preste mucha atención a la palabra de Dios.
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«La Herencia de los Santos en Luz» 3/4
Estimados amigos, primero hablaremos de los seis grados de apostasía.
Cuando abrimos Lucas 15:11-24 y leemos la parábola del hijo pródigo, (como lo hemos hecho en el programa pasado),vemos seis grados de apostasía en la vida del hijo menor, que posiblemente también existen en tu vida:
Veamos en primer lugar elPrimer grado de apostasía.
Leemos en Lucas 15:13a que el hijo menor se fue con su parte de la herencia: dice: «No muchos días después, habiendo juntado todo, el hijo menor se fue a una región lejana…»
Muy lejos de la presencia de su padre, esto significa en sentido espiritual: no tener más ninguna comunión con el Padre celestial, falta de oración.
Luego elSegundo grado de apostasía.
El versículo 13b sigue diciendo: «…y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.» Su hermano mayor dijo más tarde a su padre acerca de él: «…que ha consumido tus bienes con prostitutas…». Esta expresión es típica para describir la apostasía de un creyente, para la recaída en este mundo. Pablo expresa frente a Timoteo su profunda decepción con las palabras de 2 Timoteo 4:9-10a: «Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, habiendo amado el mundo presente, y se fue a Tesalónica.» Este fue el mismo Demas que todavía era un firme acompañante cuando Pablo escribió desde Roma una carta a los colosenses, dando en ella los saludos de Demas: «Os saludan Lucas, el médico amado, y Demas». Demas llegó a ser un apóstata – y comenzó a sufrir necesidad. Con esto llegamos al:
Tercer grado de apostasía
Leemos en Lucas 15:14: «Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.» Hoy en día hay muchos hijos e hijas de Dios que testifican creer en Aquel que dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. A pesar de esto mueren de hambre, sufren necesidad, porque se han alejado del Señor, hecho compromisos con el mundo y desperdiciado su herencia.
Cuarto grado de apostasía
Con el hijo pródigo, las cosas van de mal en peor. Leemos a continuación acerca de él, en Lucas 15:15a: «Entonces fue y se allegó a uno de los ciudadanos de aquella región…» De repente se dio cuenta cuán aislado estaba. De sus compañeros y amigos anteriores, que habían celebrado muchas fiestas con él (en tanto pudo pagar), ninguno se dejó ver más. Pero él en su aflicción fue a uno de ellos, pues la expresión «se allegó a uno de los ciudadanos de aquella región» indica que probablemente se trataba de uno de sus amigos anteriores. Este, sin embargo, no le ayudó como lo hubiera podido esperar de él. Aquí experimenta dolorosamente lo que ocurre a cada uno que confía en hombres en vez de confiar en Dios. Al respecto, leemos en Jeremías 17:5-6: «Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón. Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga; habitará en pedregales en el desierto, tierra salada, sin habitantes»
Quinto grado de apostasía
En vez de cuidar la herencia de su padre, el hijo apóstata llegó a cuidar cerdos en un país extranjero, pues leemos en Lucas 15:15b: «…el cual le envió a su campo para apacentar los cerdos.» ¿Perteneces a los apóstatas cuya casa, o sea, cuyo cuerpo, que en realidad es templo del Espíritu Santo, ha llegado a ser una pocilga, siendo que te has esquivado del Señor y confías en los hombres? ¿Haces mal uso de tu herencia?
Sexto grado de apostasía
En Lucas 15:16 leemos: «Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.» Ahora incluso había bajado hasta debajo del valor de los cerdos, a los cuales se les daba de comer las algarrobas. Completamente desilusionado y medio muerto de hambre, se dio cuenta de que así no podía continuar. De hecho, los cerdos lo pasaban mejor que él. Había bajado seis grados en la apostasía – seis es número de hombre.
Entonces querido amigo, ¿Qué opina usted que pasó entonces? ¿Se quitó la vida el hijo perdido, en su situación desesperada? No, sino que se dejó asir por la gracia restauradora de Dios, que un himno expresa con las palabras: ¡Milagro de la gracia de Jesús, más grande que toda mi culpa! El hijo andrajoso y medio muerto de hambre comenzó a dejar el camino de la apostasía y regresó a su padre por los siete grados de gracia. Los menciono sólo brevemente:
El primer grado de gracia
¡Muchas veces estoy consternado al ver cuán desprevenidos están muchos hijos e hijas de Dios en cuanto a su apostasía! Pero el hijo perdido, el hijo del padre, llegó al auto-conocimiento cuando estaba sentado entre los cerdos y sufría hambre. En Lucas 15:17 leemos: «Entonces volviendo en sí, dijo: '¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!'» Se acordó de que era hijo de Dios y vio a los jornaleros, es decir, a los hombres del mundo, que lo pasaban mejor que él. «Entonces volvió en sí», dejó de volverse contra los demás. Es notable: Cuanto más apóstata era, tanto más se volvía contra los demás. Todos eran culpables de su miserable situación – excepto él. Pero cuando comenzó a volver en sí, ya había dado el primer paso de la apostasía al avivamiento.
Segundo grado de gracia
El segundo escalón hacia arriba es la decisión de convertir su camino: «Me levantaré, iré a mi padre y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros'.» Del volver en sí nace la buena decisión.
Luego, elTercer grado de gracia
Muchos sí se proponen algo en su corazón, pero no lo ejecutan. Sin embargo, el hijo apóstata no solamente tomó la buena decisión, sino que también la ejecutó. En el versículo 20ª podemos leer: «Se levantó y fue a su padre.» Es un camino difícil, pero el que decide ir por él y lo ejecuta, llega al:
Cuarto grado de gracia
En el versículo 20b leemos las palabras conmovedoras: «Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.» ¡Así es nuestro Dios! El Padre celestial hoy está buscando con la vista a hijos e hijas apostatas, que han perdido su primer amor y en el transcurso del tiempo han separado su herencia, que recibieron de Jesucristo, de la Persona del Señor y se han ido lejos. El busca entre nosotros a los espiritualmente andrajososos y desnutridos.
Querido amigo, es muy conmovedor que el padre no esperó hasta que su hijo había llegado cerca de él, sino que corrió a su encuentro: «Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.»
Y así, querido amigo, el padre celestial te está buscando hoy a ti también. El realmente busca entre nosotros a los andrajososos y desnutridos espiritualmente, porque El está esperando que vuelvas a El con sus brazos extendidos. Que así sea, amén.