Llamado a la oración (20ª parte)
23 diciembre, 2020La estrella
26 diciembre, 2020Autor: Esteban Beitze
Esteban Beitze nos cuenta sobre la noticia más importante de todas: una noticia tranquilizante, gozosa, incluyente, de salvación, que requiere una decisión, una noticia transformadora.
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PX01_2020-2021 – Estudio Bíblico
La noticia más importante
La noticia más importante (Lc.2:8-20)
Vivimos en la era de la información. A muchos de nosotros nos interesa estar informados. Pero tenemos que reconocer que estas noticias generalmente no son las noticias más agradables. Son noticias de desastres, accidentes, escándalos, etc. Pero hubo una vez una noticia que tuvo un impacto mucho más grande. Fue una noticia que revolucionó la sociedad, cambió costumbres, influenció las leyes de muchos países, afectó la cultura y el arte y hasta cambió la forma de contabilizar el tiempo. Pero sobre todo, fue una noticia que cambió la vida de millones de personas para bien y lo sigue haciendo aún hasta hoy. Aunque sucedió hace 2000 años, sigue siendo tan actual como entonces.
Ponemos atención a tantas noticias trágicas o de chimento, pero ¿pondremos atención en una noticia buena de verdad? ¿Quieres escuchar una noticia que puede cambiar para siempre tu vida? ¿La quieres saber? La leemos en Lucas 2:8-20: “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas (o sea noticias) de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!«
1. Una noticia presentada en forma llamativa. En los noticieros generalmente utilizan personas de buena apariencia y con voz de locutores. Pero ¡qué habrá sido, recibir una noticia de la boca de ángeles!
2. Una noticia buena. A diferencia de la mayoría de los titulares y noticias de último momento, que generalmente destacan cosas negativas, ésta iba a ser una extremadamente buena. Se la conoce como “Evangelio” porque significa “buenas nuevas”, “buenas noticias”.
3. Una noticia tranquilizante. Lo primero que dijo el ángel fue: “No temáis”. Vivimos en un mundo intranquilo, agresivo y peligroso. Pero el anuncio de la venida de Jesús incluía el hecho que él quitaría el temor del corazón de los suyos. Luego los ángeles exclamaron con júbilo: “en la tierra paz”. Es que sólo Jesús puede traer paz al corazón humano. Sólo con Él en el corazón se puede estar en paz en medio de las tormentas de la vida. Jesús mismo dijo más tarde: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn.14:27). ¿Ya tienes esta paz?
4. Una noticia gozosa. “Porque he aquí os doy nuevas de gran gozo”. Jesucristo llena la vida de gozo.
5. Una noticia incluyente. Esta noticia estaba destinada “para todo el pueblo”. No hay excepción o acepción de personas. No importa si se es pobre o rico, hombre o mujer, persona mayor o niño. No interesa el color de piel o la raza. Todos son amados por Dios, y a todos está destinada la extraordinaria noticia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn.3:16). Muchos asocian Navidad con regalos. Bueno, acá tenemos el regalo más grande, importante y sublime – la salvación por medio de Jesucristo.
6. Una noticia de salvación. En el versículo 11 se anuncia esta preciosa verdad: “os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”. A este anuncio lo podemos llamar el “Evangelio”, las buenas nuevas, en miniatura. Estas buenas noticias las vemos ya sólo fijándonos en los nombres que se le dan al niño nacido en Belén.
– “Salvador”: Esta era su función. Para esto vino al mundo. Vino para entregar su vida en rescate por muchos y convertirse en el Salvador del mundo. Pero ¿salvar de qué? El hombre había sido creado por Dios para tener comunión con Él. Pero lamentablemente decidió desobedecerle por lo que el pecado entró a la humanidad. Esto es muy serio porque nos separa definitivamente de Dios. La Palabra de Dios dice en Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Esto significa la absoluta imposibilidad de agradar a Dios por nuestros propios méritos y condenados a una eterna perdición. Pero, a pesar de que nosotros no queríamos saber nada de Dios, Él vino a nuestro encuentro; Él nos amaba tanto que nos quería salvar. Por esto envió a Jesús, Su hijo amado. En esto se demuestra la “buena voluntad para con los hombres” la cual exaltan los ángeles a continuación. Es la buena voluntad de Dios que quiso salvarnos, y no, como muchas veces se dice, que el hombre de buena voluntad sea salvo. Es que la Biblia indica que aún todas nuestras buenas intenciones, están marcadas por el pecado. La Biblia presenta nuestra realidad como: “…nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Is.64:6).
– El famoso nombre “Jesús”, el que recibe de sus padres, justamente significa “Dios es salvación” y el evangelista Mateo añade: “porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt.1:21). Te pregunto: ¿Ya lo hizo en tu vida?
– “Cristo” es el otro título con el cual se presenta; lo cual significa el “Ungido del Señor”. Él es el Mesías tan esperado por Israel; es el Ungido de Dios. Toda la prefiguración y anticipación profética del Antiguo Testamento halló su cumplimiento en Él.
– “el Señor” es el siguiente nombre con que se lo describe. Él quiere ser nuestro Señor. Recién cuando esto suceda habrá bendición en abundancia. Recién allí se concreta el plan de Dios con nuestra vida y como tal, algo perfecto y para la gloria de Dios. Mientras nosotros manejamos nuestra vida a nuestro antojo o de acuerdo con nuestra sabiduría, nos equivocamos una y otra vez. La frustración, el desengaño, el enojo, la acusación de otros y otras tristes reacciones siguen como consecuencia. ¡Cuántas decisiones mal tomadas ya lamentamos! Pero cuando ponemos nuestra vida en la mano del “Señor” Jesús, habrá alguien quien nos guíe a buen puerto. Junto a Él hay seguridad. Esto Jesús lo dijo más tarde: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan.10:27,28).
– “la consolación de Israel” termina la descripción de este Ser que acababa de nacer. El Señor Jesucristo, no sólo vino a este mundo para convertirse en nuestro Salvador. Al hacerse hombre entiende absolutamente nuestras necesidades, defectos y dolores. Dice el escritor de la carta a los Hebreos: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15,16).
7. Una noticia que requiere una decisión. Ahora bien, muchas noticias requieren una reacción. En el nacimiento de Jesús también hubo dos tipos de reacciones. En el versículo 15 leemos: “Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado”. Los pastores creyeron y fueron a conocer al Salvador. Pero sabemos también, que los religiosos y autoridades de la época, aunque podían decir con exactitud dónde iba a nacer el Mesías, no lo fueron a buscar. Hoy en día sigue siendo la misma realidad. Las advertencias del Señor nos tienen que llevar a una decisión: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan.3:36).
9. Una noticia apremiante. De los pastores leemos: “Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre”. Frente al ofrecimiento de la salvación en Jesucristo, la Biblia también nos urge a tomar una decisión: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:15).
10. Una noticia transformadora. Ya vimos que esta noticia era para quitar el temor, traer consuelo, paz y salvación al ser humano. Pero ya en nuestra historia podemos observar el efecto del encuentro con Cristo. “Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”. Es que cuando conocemos personalmente a Cristo, el corazón desborda de gozo y alabanza a Dios por Su persona y obra. Dios te pregunta hoy: ¿qué harás con esta noticia? ¿Qué harás con Jesús? ¿Qué significa para ti? ¿No quieres conocerlo personalmente y tener la vida eterna? ¡Acéptalo hoy!