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Título:»La obra del Espíritu Santo en los postreros tiempos»

Autor: Wim MalgoPE1248

¿Por qué es necesario, especialmente en estos «postreros días» antes de que regrese el Señor Jesús, que seamos llenos del Espíritu de Dios? En el siguiente aporte encontrará una respuesta concluyente a esta pregunta.


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Hola Amigo, comencemos leyendo en el segundo capítulo de los Hechos de los Apóstoles:«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. … Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto»

Cuando Pedro vio delante suyo a la gente que estaba haciendo preguntas, y en parte burlándose, gente que no sabía qué hacer con este acontecimiento de Pentecostés, con estos hombres y estas mujeres llenos del Espíritu Santo, él:«… poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños». De modo que Pentecostés era el cumplimiento de la profecía, como también el cumplimiento de la fiesta judía de Pentecostés.

En Hechos 2, tenemos el cumplimiento desde el punto de vista de la historia de la salvación: 50 días después de la gavilla de los primeros frutos, es decir después de la resurrección del Señor Jesús – pues Él es la primicia de entre los muertos – fue derramado el Espíritu Santo.

Ahora bien veamos, la hora del nacimiento de la iglesia de Jesús y los «postreros días».

El Espíritu Santo comenzó Su obra en un tiempo terrible, espantoso: Unas siete semanas y media antes, el Mesías había sido rechazado y crucificado. Toda esa mentira de que Él no habría resucitado, estaba rondando. Las sombras del juicio ya comenzaban a cernirse sobre Jerusalén. Y entonces, repentinamente, fue derramado el Espíritu Santo, y en forma triple: 

·«…y de repente vino …», como lo había dicho el Señor a través del profeta Isaías:«Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto»(Is. 60:22).

· Se podía escuchar, porque dice: «…un estruendo como de un viento recio que soplaba…»

· Y también podía ser visto, ya que«… se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego…»

¡La obra del Espíritu Santo había comenzado – la hora del nacimiento de la iglesia de Jesús había llegado!

Pero ahora, esos «postreros días» pronto se acabarán. Si ahora hablamos de «La Obra del Espíritu Santo en los postreros tiempos», nos referimos a la última fase de los tiempos finales. Por esta razón es tan necesario para nosotros, los creyentes que sabemos de la pronta y repentina venida de nuestro Señor para el arrebatamiento, que también vivamos en esta «conciencia de los tiempos finales». Y como la obra del Espíritu Santo en la tierra llega a su fin, también el enemigo tiene una muy fuerte «conciencia de los tiempos finales».

Muchas veces los hijos de Dios se ven enfrentados a la pregunta: ¿Por qué están aumentando tanto los problemas?

Estimado amigo, por todas partes se escucha del aumento de dificultades en la vida privada y en el trabajo de los hijos de Dios. Enfermedades misteriosas atacan también a los creyentes. Dentro de la iglesia de Jesús muchas veces reinan fuertes disensiones. Pero las causas del aumento de las dificultades son claramente reconocibles«. Entonces, ¿qué es lo que sucede? La «atmósfera» celestial se acerca a la tierra: Jesús regresa pronto. Es como si los poderes de las tinieblas «debajo de los cielos», a causa de eso, estuvieran a los empujones. Y esas «olas» de furiosa resistencia de los poderes de las tinieblas que se encuentran acorralados, se hacen sentir física y emocionalmente para los nacidos de nuevo, y cuánto más aún para la gente del mundo que, de todos modos, son manipulados por el infierno, y cuyo gusto, oído y sentimientos por esta razón se ven sujetos a una perversión diabólica.

En lo que respecta al cristianismo, sin embargo, vivimos, justamente con respecto a eso, en un período terrible. Ya David Ben Gurión dijo en su tiempo: «El cristianismo se encuentra en bancarrota.»

Ahora bien, ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en estos tiempos finales?

El Espíritu de Dios hace retroceder el espíritu anticristiano que trata de avanzar hasta dentro de nuestros corazones. Ya que Satanás en un amplio frente trata de llegar al todo, del mismo modo también lo hace el Espíritu Santo. Mientras ahora el espíritu de las profundidades trata de unir lo santo y lo profano, el Espíritu Santo en estos tiempos postreros separa lo puro de lo impuro. Así lo leemos en la última página de la Biblia:«El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra». Quien entristece y amarga al Espíritu Santo, se abre y se hace susceptible a espíritus mentirosos. Con respecto a eso, el Señor Jesús dice en Su mensaje profético:«Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán».

Los falsos cristos tratan de introducirse en medio nuestro mediante un despliegue de poder e iluminación engañosa». Por eso: ¡Tenga cuidado, y manténgase bajo el poder purificador y protector de la sangre de Jesús!

Hoy en día vivimos, por así decirlo, en los dolores de parto del Anticristo. Eso también lo vemos, por ejemplo, en que en todas las áreas aparece cada vez más el número de su nombre – el 666.

Pero mientras el espíritu de mentira trata de engañar y atrapar a muchos, el Espíritu Santo nos lleva a toda la verdad.

El Señor Jesús habla de eso cuando dice:«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber». Es el Espíritu Santo quien nos santifica y nos prepara para el encuentro con nuestro Señor.

El ser humano recién se convierte en un hijo de Dios cuando llega a ser un miembro del cuerpo de Jesucristo, o sea de Su iglesia, y eso sucede a través del bautismo del Espíritu Santo. Ésa es la experiencia del nuevo nacimiento. Muchas veces se confunde el bautismo en el Espíritu con la llenura del Espíritu, y se enseña de esa manera. ¡Pero lo que Dios ha unido – nuevo nacimiento y bautismo en el Espíritu Santo –, el ser humano no lo debe separar! El que ha recibido el bautismo del Espíritu Santo, sin embargo, continuamente debe ser llenado más profundamente con el Espíritu de Dios.

Estimado oyente, para ir finalizando quisiera decir que quien dice ser cristiano, pero no tiene el Espíritu de Dios, avergüenza al Señor y deshonra el nombre de los cristianos. ¿Por qué será que tantas personas – a pesar de Pentecostés – no tienen el Espíritu de Dios? Porque se dan cuenta de que si aceptan a Jesús en su vida y creen en Su nombre, no sólo recibirán el Espíritu de Dios, sino que también deberán llevar una vida diferente. Sienten que entonces deberían renunciar al mundo, hacer éste o aquel sacrificio, separarse de sus compañeros y compañeras mundanas, y confesar sus pecados y apartarse de ellos. Por eso ellos, en realidad, no quieren llegar a ser creyentes.

Querido amigo, el espíritu anticristiano en el corazón de tal persona, le murmura cosas negativas; escuche bien esto: el Espíritu Santo, sin embargo, está presente y espera que se le permita entrar. Deje entrar al Espíritu Santo dentro suyo y vera que su vida se tornará en cambio.

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