La primera carta a Timoteo (9ª parte)
5 septiembre, 2021La primera carta a Timoteo (11ª parte)
5 septiembre, 2021Autor: Norbert Lieth
En este programa escucharemos sobre los requisitos para servir en puestos de liderazgo en la iglesia, que el Apóstol Pablo señaló como guía a Timoteo.
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PE2744- Estudio Bíblico
La primera carta a Timoteo (10ª parte)
Liderazgo de la iglesia
Queridos oyentes, en el programa de hoy escucharemos sobre las recomendaciones de Pablo a Timoteo en cuanto al liderazgo de la Iglesia. Se mencionan Obispos y diáconos. Tomemos como ejemplo 1 Timoteo 3:1-7 que dice: «Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”.
“Palabra fiel» Otra versión dice: “Se dice, y es verdad” (NVI).Pablo usa esa expresión solamente en las cartas pastorales, donde la misma aparece cinco veces. La expresión es usada cada vez que el apóstol deseaba comunicar una doctrina con significado clave. Pablo pensaba ser necesario poner énfasis con especial autoridad. Así, colocaba un sello irrevocable. Tal vez eso pudiera ser comparado a las palabras de Jesús: “En verdad vos digo…” Es algo intachablemente verdadero que Dios se preocupa de una manera especial por Sus hijos, y, por eso, vale la pena mantener la esperanza constante en Él.
Es de extrema importancia que nuestra fe traiga frutos espirituales y que nos lleve al encuentro de todas las personas, sin excepción y sin establecer diferencias, para compartir el amor de Cristo. El servicio del liderazgo es algo necesario a la Iglesia y posee el sello divino, debiendo ser considerado con mucha seriedad y no debe ser tratado con negligencia. El término “obispo” tiene origen en el término griego episkopos, que quiere decir, supervisor, líder, dirigente. En el Nuevo Testamento, todavía son mencionados, por ejemplo, los términos “presbítero,” “pastor,” “guía” con el mismo significado. Los requisitos para ejercer el obispado están en 1 Timoteo 3:2-7.
Debe ser Irreprensible, es decir, que no tiene acusaciones en su contra.
Esposo de una sola mujer: debe vivir con su propia esposa, moralmente, en pensamiento, y en espíritu.
En ese pasaje, percibimos otros dos aspectos: Las funciones de obispo son atribuidas a los hombres, y, así no pueden ser ejercidas por mujeres, ya que debe ser “esposo de una sola mujer” y no “esposa de un solo hombre.” Es importante señalar que el obispado excluye el celibato.
Debe ser también Sobrio. Esa palabra aparece diez veces en el Nuevo Testamento, y describe la postura espiritual que un obispo debe tener. No debe ser fácilmente desviado del camino, y menos ser extremista, sino equilibrado, y espiritualmente firme al tratar los temas de la Biblia. Su postura interior debería ser moderada, y tener una visión amplia.
Dueño de sí mismo: Buscar equilibrio para reflexionar primero, sin presentar reacciones descontroladas.
Modesto: también puede ser comparado con “honorable,” “recatado,” “digno,” o “ordenado.” Indica pensamientos y actitudes disciplinadas y ordenadas.
Hospitalario: Esa palabra viene del griego antiguo, y significa “amor a los extraños.” Eso enseña que el obispo no puede ser enemigo de personas, ni que se queda aislado. Sino que debe ser abierto a nuevos contactos, dispuesto a involucrarse con personas a cualquier hora, no solo en la iglesia, sino ofreciendo su propia casa.
Apto para enseñar: Un obispo necesita representar la Verdad, y, por eso, debe saber presentarla.
Es interesante observar que, delante de tantos requisitos espirituales exigidos para un obispo es mencionado apenas un don espiritual: el de la enseñanza. Por eso, es aconsejable analizar algunos pasajes paralelos más en las Cartas Pastorales, a fin de verificar el peso atribuido por la Biblia a la enseñanza y lo que el Espíritu Santo nos demuestra.
¿Será que Pablo no exageró? ¿La enseñanza no debe abarcar toda la Biblia? Parece que Pablo da demasiado valor a su enseñanza. Su doctrina ocupa el mayor espacio del Nuevo Testamento. Recibió la mayoría de las revelaciones y misterios neo testamentarios. Su doctrina sirve de modelo mayormente para los gentiles, referente a la justificación, la santificación, la Ley, Israel, el Arrebatamiento, o la resurrección. La enseñanza de los demás escritores del Nuevo Testamento es comparada a la de Pablo. 2 Pedro 3:15-16 dice: “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”.
Por eso, se refiere a la doctrina de todo el Nuevo Testamento. Pablo hasta llega a mencionar “mi evangelio” al referirse a su enseñanza. Pablo clasifica su mensaje que transmitió en Tesalónica, juntamente con Silas, como la verdadera Palabra de Dios. Ahí el apóstol urge para que esa doctrina sea transmitida a la Iglesia. Eso representa un tremendo desafío para nosotros.
No dado al vino: Literalmente, no debe adquirir mala fama a causa de bebidas, no debe ser amigo del alcohol.
No violento: Esa es otra cualidad requerida para el presbiterio, no debe ser agresivo, no debe herir a otros. Necesita mantener el dominio propio, y no aceptar provocaciones que lo lleven a practicar actos violentos. Esa recomendación era muy importante en aquella época, principalmente porque muchos señores eran dueños de esclavos. El obispo no debería imitar la actitud del mundo, pues un cristiano no maltrata a su esclavo. Esta es una interesante recomendación también para los tiempos que corren.
No dado a la codicia: No debe engañar a otros como forma de enriquecerse ilícitamente. En el aspecto financiero también debe de permanecer en la verdad y a la luz. Un obispo no debe actuar impulsado por falsas motivaciones. No debe dar prioridad al enriquecimiento propio, o de su iglesia.
Amable: Es la calidad requerida del obispo, en contrapartida de la violencia. ¿Qué características se incluyen en ese concepto? Ser agradable, amigo, manso, atento, misericordioso y listo para perdonar.
Enemigo de contiendas: Una persona que busca iniciar una discusión negativa y sin fin en cualquier tema, defendiendo sus derechos de modo intransigente no sirve para ser obispo. No debe preocuparse con cualquier tema insignificante que aparezca, sino mantenerse moderado, y ceder siempre que fuera posible.
No avaro, o que “ama el dinero”: Anteriormente, hablamos sobre ganancias deshonestas. Aquí se trata más específicamente de avaricia. Debe interesarse menos por el dinero que por el bien estar espiritual de la iglesia. También en el aspecto financiero debe liderar la iglesia, siendo un buen ejemplo para la misma. No debe ser avaro, ni tener sus intereses alrededor de las finanzas.
El hecho que la Biblia se refiere dos veces al dinero demuestra el verdadero peligro que este representa 1 Timoteo 3:3 dice: “…no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro”. Hebreos 13:5 señala:“ Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” . 1 Timoteo 6:10 nos recuerda: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
Y por último 1 Pedro 5:2-4 nos exhorta: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.
En el próximo programa continuaremos viendo otras características que el liderazgo de la iglesia debe tener.