La primera carta a Timoteo (13ª parte)
5 septiembre, 2021La primera carta a Timoteo (15ª parte)
5 septiembre, 2021Autor: Norbert Lieth
Pablo contesta las falsas doctrinas con el argumento de que todas las cosas que prohíben, en la realidad, son motivo de adoración, loor, y gratitud al Señor por parte de un cristiano obediente a la Biblia. Lo que los hombres consideran “pecado,” de hecho, es santificado al Señor. ¿En qué posición en nuestra vida están la gratitud y la oración?
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PE2748- Estudio Bíblico
La primera carta a Timoteo (14ª parte)
Doctrina falsa y verdadera
Queridos hermanos, hoy hablaremos sobre la Doctrina falsa y verdadera con vistas al futuro. Comencemos leyendo el pasaje que se encuentra en 1 Timoteo 4:1-5 que dice: «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado”.
Observando mejor, se puede concluir que la expresión “en los últimos tiempos” no se refiere al final de los tiempos. Antes de eso, el Espíritu Santo anunció proféticamente que falsas doctrinas habrían de infiltrarse en el cristianismo en el correr de los años, y constituirían un peligro durante toda la Era de la Iglesia, la cual, a su vez, desembocaría en el fin de los tiempos. De hecho, fue lo que pasó luego de la partida del apóstol. Las enseñanzas espirituales originalmente dadas por el apóstol pronto fueron abandonadas, y en su lugar vinieron “enseñanzas adicionales”. Las cosas que muchas veces son interpretadas como genuinamente cristianas, como consagración sincera o consideradas como una búsqueda especial por la santidad, la Biblia lo denomina de “apostasía de la fe.”
No solamente la amistad del mundo o una vida en pecado grave es apostasía, sino cualquier desvío de la doctrina verdadera, por menor que sea. Entre otros, el celibato y la prohibición de comer carne en viernes tiene parte en eso. Todavía se le puede añadir la prohibición de comer carne de cerdo, la santificación del sábado, la conmemoración de festividades judías, que son costumbres extraídas de la Ley Judaica, además de la realización de ritos y posturas corporales. Por ejemplo, sabemos de algunos cristianos que, con vehemencia, observan el sábado, y afirman que les falta el sello del Espíritu Santo a aquellos que no lo hacen.
Otros usan mantos judaicos para la oración sobre sus hombros, y los kippas sobre sus cabezas, o todavía conmemoran la Fiesta de los Tabernáculos. No hay ningún problema en hacerlo particularmente. Incluso debemos admitir que judíos creyentes, residentes en Israel, necesitan atender algunas de estas costumbres que no son exigidas a los cristianos de las demás naciones. Sin embargo, quien considera esas costumbres como normativa, exigiendo que otros los pongan en práctica también, o que se imagina estar buscando la santificación a través de eso, y que así está más cerca de Dios, no se da cuenta que justamente lo contrario le puede estar pasando y esto lo vemos en cantidad de pasajes entre los que se encuentran Gálatas 4:9-10; Colosenses 2:4-8 y 2:20-23; al igual que Romanos 14:5.
La Palabra de Dios trata estos temas con mucha más seriedad que el cristianismo lo hace. Los cristianos ya se han acostumbrado y toleran esas doctrinas especiales o suplementarias. No son consideradas con la debida seriedad. En muchos lugares están a la par de aquellos que defienden tales doctrinas. Hay nombres afines, como “doctrina cristiana,” “doctrina de la iglesia,” “doctrina de los padres de la fe,” “visión de organizaciones por Israel,” etc. La Biblia, sin embargo, es mucho más radical con ese tema, pues lo considera como distorsiones de la verdadera doctrina. “El Espíritu dice claramente:” significa que se trata de una exhortación que, por su seriedad, no puede ser desconsiderada.
La Biblia llama esas actitudes de “apostasía de la fe” Son promovidas por “espíritus engañadores,” y son “enseñanzas de demonios.” La Biblia lo clasifica como “hipocresía,” y “mentiras” de personas “que tienen cauterizada la propia conciencia.” En otros pasajes, se habla de “vanidad,” “mente carnal,” “tradiciones de los hombres,” “apariencia de sabiduría,” “culto a uno mismo,” “satisfacción de la carne,” de acuerdo con “mandamientos de hombres.” Esas expresiones indican que no hay un mínimo de tolerancia, toda vez que la doctrina bíblica es afectada de alguna forma, y nos exhortan a mantenernos agarrados a las afirmaciones de la Biblia.
Los versos 4 y 5 de 1 Timoteo 4 dicen: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado”. Ese pasaje trae un cierto alivio en una época en que tantas cosas son cuestionadas: “…tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques” como diría Colosenses 2:21. El hombre tiene la tendencia de complicar aquello que Dios simplificó. De la misma manera, es común considerar a Dios como alguien que prohíbe severamente en vez de ver en Él el Señor que, en Su amor por nosotros, nos da por Su gracia todo lo que es bueno.
Pablo enfrenta las falsas doctrinas demoníacas con la Verdad bíblica, diciendo que todo lo que Dios creó es fundamentalmente bueno, y nada es depreciable. Así, Dios instituyó el matrimonio, y creó todos los alimentos para provecho de las personas. En Génesis 2:18 dice “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Y en Génesis 1:28 dice: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Aclarando también en Génesis 9:3 que: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo”.
Dios no le dio limitación alguna a Noe, esto fue mucho antes de la Alianza Mosaica, cuanto a los animales que no deberían de ser consumidos, pero, se deberían de resguardar de la sangre. Sin embargo, después de la Alianza Mosaica, que era solamente para Israel, leemos las palabras dirigidas a Pedro en Hechos 10:15: “Volvió la voz a él la segunda vez: lo que Dios limpió, no lo llames tú común”.
De un modo general, se puede resumir en palabras de 1 Corintios 8:8 así: “Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos”. En todo caso, los versículos 4-5 mencionan tres cosas que deberíamos considerar con prioridad máxima: gratitud, Palabra de Dios, y oración. Por la gratitud recibimos, con fe y confianza, todo aquello que Dios creó y, en Su providencia, nos puso a nuestra disposición. Obedeciendo a Su Palabra, conseguimos mantenernos libres de cualquier doctrina o tradición humana, y no nos volvemos esclavos de hombres. A través de la Palabra de Dios, y de la oración son santificados tanto el matrimonio, como los alimentos, esto es, son separados para Dios, y sin absolutamente nada en ellos que sea reprobable.
Pablo contesta las falsas doctrinas con el argumento de que todas las cosas que prohíben, en la realidad, son motivo de adoración, loor, y gratitud al Señor por parte de un cristiano obediente a la Biblia. Lo que los hombres consideran “pecado,” de hecho, es santificado al Señor. Vemos, así, que ¡para Dios todo es diferente! Lo que debería estar en primer lugar es la oración de gratitud, venida de lo profundo de nuestro corazón por todo lo que Dios nos da. Pero eso es lo que en verdad menos tiene lugar. ¿En qué posición en nuestra vida están la gratitud y la oración?