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La sorprendente ruina de Tiro
(3ª parte)

Autor: Dave Hunt

La importancia de los pasajes acerca de Tiro, se encuentra en su precisión con respecto a la profecía bíblica,
afirmando la confiabilidad de la Biblia como Palabra de Dios, y dándonos la seguridad de poder confiar en ella en todas las cosas, ya sea en cuanto:
– a los pueblos, cuyo destino se encuentra en manos de Dios,
– al futuro de Israel, que ha sido garantizado por Dios, y
– a la vida personal, la cual podemos confiar al Señor de la historia con fe.

 


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PE2034 – Estudio Bíblico
La sorprendente ruina de Tiro (3ª parte)



Amigos, habíamos quedado en el análisis de la segunda profecía, y nos queda por ver todavía que: Con respecto a Tiro, existe otra ironía del destino. En Joel 3:5 y 6, el Señor acusa a los de Tiro, diciendo entre otras cosas: «Porque habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos; y vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos, para alejarlos de su tierra.» Precisamente los griegos, a quienes los de Tiro habían vendido a los cautivos judíos, fueron los que más adelante causaron la ruina definitiva de Tiro. Entre las diferentes olas de conquistas, Tiro cada vez volvía a lograr cierto prestigio y éxito económico, lo que es mencionado en los versículos de Isaías 23:14 al 18, pero su éxito es descrito como “ganancias de ramera”.

3 profecía: Nabucodonosor termina por conquistar la ciudad de Tiro de tierra firme, como leemos en Ez. 26:7 y 8: «Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo. Matará a espada a tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará contra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti». En el año 586 a.C., Nabucodonosor había conquistado Jerusalén, para alegría de Tiro, pero un año después, en el 585 a.C., él se encaminó hacia Tiro, sitiando la ciudad durante 13 largos años y, finalmente, también la tierra firme cayó en sus manos. Él destruyó la ciudad, tal como Ezequiel, y antes de él Isaías, lo habían descrito.

Pero, en el intervalo, gran parte de los habitantes se pudo retirar a la isla rocosa, que se encontraba a 800 metros de la costa, en el Mediterráneo. Nabucodonosor no logró conquistar esa isla, de modo que se retiró. Lo interesante es que la profecía también menciona eso, en Ez. 29:18 al 20: «Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mí, dice Jehová el Señor.» Asimismo fue que sucedió, y está históricamente documentado: Después que los babilonios sitiaron durante trece años a Tiro, no pudiendo conquistar la Nueva Tiro, situada sobre la isla rocosa, continuaron camino a Egipto y lo conquistaron en el 568-567 a.C.

También sorprende la observación de Dios sobre Babilonia: “… porque trabajaron para mí.” Los acontecimientos político-mundiales no están a merced de la coincidencia, sino que se encuentran bajo el control y la guía de Dios. Aun cuando es Satanás quien dirige, en definitiva todo va en la dirección que Dios ha indicado.

4 profecía: Los griegos concluyen la obra en la roca Tiro. «Y robarán tus riquezas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas. Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras. Y te pondré como una peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el Señor» (en Ez. 26:12 al 14). Si bien la palabra “él” en los versículos 7 al 11 se refería siempre a Nabucodonosor, el “ellos” de los versículos siguientes se refiere a los griegos. Alrededor de 250 años antes de los hechos, Ezequiel hace referencia a que los griegos conquistarían la Isla de Tiro. Alejandro tuvo la osadía de echar al mar los escombros de Tiro de tierra firme que Nabucodonosor había dejado atrás, formando así un dique de unos 800 metros de largo y 60 metros de ancho hasta la Isla de Tiro. De este modo, la Nueva Tiro finalmente pudo ser tomada en el 332 a.C., después de siete meses de sitio. ¿Y qué fue lo que Ezequiel profetizó? ¡“… pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas.”! Como consecuencia, la Isla rocosa de Tiro verdaderamente se convirtió en aquello que Dios había profetizado sobre ella. Hasta el día de hoy la isla es una roca deshabitada, en la cual los pescadores extienden sus redes. Un antiguo centro económico se convirtió en una insignificante aldea de pescadores.

Las predicciones de Dios se cumplieron tan radicalmente, que es sumamente difícil para los arqueólogos establecer un exacto plan de ubicación de la Tiro Antigua, a causa de la falta de restos de la ciudad y del enarenado del antiguo puerto. Si bien la actual ciudad libanesa de Tiro se encuentra otra vez en esa región, la antigua ciudad de Tiro nunca más fue reedificada. Pero ahora, a causa de la arena que las olas, a través de los siglos, acercaron al dique construido por Alejandro, la isla está unida a tierra firme a través de una lengua de tierra, de modo que la isla prácticamente ha desaparecido.

En su libro “Sorprendentes afirmaciones de la Profecía Bíblica”, Mark Hitchcock hace la siguiente observación: “El matemático Peter Stoner dice que la probabilidad de que cada una de esas profecías sobre Tiro se cumpliera tal como fueron predichas – incluyendo todos los detalles contenidos en las mismas – se encontraría en uno a 400 millones. Eso es algo así como si uno arrojara una moneda al aire 27 veces, y al caer en tierra, la misma cayera las 27 veces con la misma cara hacia arriba.

Los acontecimientos relacionados con Tiro son un testimonio vivo de la infalible exactitud de la Palabra de Dios, y la destrucción de Tiro es una demostración del poder de Dios. También es una sobria exhortación, a todas las naciones y personas, de que el poder y el dinero separados de Dios no tienen permanencia, y que quien excluye a Dios se encuentra en camino directo a la ruina. Satanás trata de hacer que las personas se pierdan y que Dios aparezca como mentiroso, y les ofrece otras cosas como verdad alternativa. Lo hace, por ejemplo, a través de una ciencia que excluye a Dios y se establece tan solamente sobre la inteligencia y el razonamiento humanos.

Una persona especializada en acompañar a los que se enfrentan a la muerte, me contó de un ingeniero que se estaba muriendo y quien siempre había rechazado a Jesucristo. Poco antes de su muerte, repetía una y otra vez las palabras: “No tengo ningún mapa. No tengo ningún mapa.” Como ingeniero había viajado mucho y estaba acostumbrado a planificar sus viajes y trabajos con lujo de detalles, utilizando para ello los mapas. Ahora que se estaba acercando a la muerte, notó que había desaprovechado la oportunidad de preparar el mapa más importante de su vida: el mapa hacia el cielo. No obstante, momentos antes de su último suspiro pidió que se orara por él, lo que hizo, entonces, la persona que le acompañaba. Más no se sabe de él.

Una exhortación muy seria también, es que es muy peligroso renunciar a la amistad con Israel. Dios mismo es amigo de Israel, es más, vemos en Ex. 19:5 que Israel es Su propiedad. «No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre», dice en Proverbios 27:10. Ahitofel traicionó a David, Judas traicionó a Jesús, y países que en un tiempo fueron cristianos, en nuestros días están por traicionar a Israel.

Seguimos viendo en los acontecimientos relacionados con Tiro, que la arrogancia – juntamente con el esforzarse por las riquezas – es un peligro y siempre viene antes de la caída, como está escrito en Prov. 16:18: «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu».

Y finalmente, para nuestra propia vida tenemos el privilegio de obtener gran seguridad de la Palabra de Dios, aferrándonos llenos de confianza a la Palabra profética totalmente fidedigna, y pensando en la exhortación de Hebreos 10:35: «No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón».

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