Las cinco piedras de David (parte 5)
21 febrero, 2008Temor por Jerusalén (parte 1)
21 febrero, 2008 Titulo: Las cinco piedras de David
Autor: Norbert Lieth
Nº: PE409
Locutor: Gerardo Rodríguez
Es maravilloso ver las líneas proféticas que encontramos en la muy conocida historia de David y Goliat. Tal vez usted se pregunta:
¿Por qué tomó David cinco piedras del arroyo, cuando necesitaba sólo una, para matar a Goliat? Lo que ocurrió aquí es uno de los cuadros más hermosos del plan de salvación de la Biblia – como una parábola de lo que Dios hizo y está haciendo por medio de Jesús.
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Las cinco piedras de David (parte 6)
3. Solamente una piedra se necesitaba para matar a Goliat. David necesitaba de sus cinco piedras lisas escogidas solamente una, para matar al enemigo mortal de Israel.
Jesús escogió a personas de los cinco continentes para ponerlas en su saco pastoril. Pero solamente una piedra es necesaria y alcanza para hacer caer al anticristo y su reino. Por medio de una nación – Israel – y por medio de un hombre que proviene de Israel – el Mesías Jesucristo – caerá el imperio del anticristo. Porque Israel será, según Zacarías 12:13, piedra pesada para todas las naciones de la tierra, por la cual serán despedazadas. El Señor Jesucristo mismo es la piedra que – sin intervención de mano – vendrá del cielo a despedazar el reino mundial del anticristo completamente y erigirá su reino, o el del milenio, en esta tierra. Al respecto está escrito en Daniel 2:34-35: «Estabas mirando hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó… más la piedra que hirió la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.» El mismo, el Señor, es la piedra destructora de aniquilamiento para el anticristo y su reino mundial.
4. Además, en 1 Samuel 17:40, encontramos una muy hermosa parábola profética para el arrebatamiento. ¿Cómo inició David su carrera de victoria contra Goliat? Dice: «Y tomó su cayado en su mano.» Cuando el Señor tome el cayado, el cetro de justicia, en su mano, será el tiempo del arrebatamiento. Es aquel tiempo del comienzo de Su reinado. Estamos llegando hoy a la hora cuando el Señor comienza a tomar parte, oficialmente, en los hechos de este mundo. Por eso el cumplimiento masivo de los signos postreros ya anunciados en la Palabra: guerras, catástrofes, terremotos en diferentes partes, epidemias, hambres etc. El está por tomar el cayado en su mano. El comienzo de Su reino se acerca, y la iniciación de Su reino comienza con el arrebatamiento.
Pero la primera actitud de David estaba muy ligada con la segunda: «Y tomó su cayado en su mano y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en su saco pastoril.» Así será también con nuestro Señor Jesucristo: El tomará el cayado en su mano (comienzo de su reinado) y en el mismo momento sacará las piedras fuera del agua (arrebatamiento) y las pondrá en su saco pastoril. El sacará a su multitud redimida, la que viene de los cinco continentes, fuera del arroyo en el cual corrían ríos de agua viva, y la pondrá dentro de su saco pastoril (morada celestial). La utilidad del saco pastoril de David se describe de la siguiente manera: » …en el zurrón que traía…» Con esto David se enfrentó a Goliat en la lucha, y lo venció con una sola piedra. Jesucristo volverá del cielo con su grey como la piedra caída del cielo, y vencerá al goliat de los días postreros, al anticristo, también a los ejércitos de las naciones, en forma contundente.
5. Proféticamente ocurrirá lo que David le indicaba a Goliat con relación a los filisteos. Dice 1 Samuel 17:45-46: «Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los Ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quién tú has provocado. Jehová te entregará hoy a mi mano y yo te venceré y te cortaré la cabeza y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.» Esto pasará exactamente por profecía en Armagedón. Jesucristo aparecerá como Señor de los Ejércitos, vencerá por completo al anticristo y sus ejércitos, y dará de comer a las aves del cielo su carne. Lo que ocurrió aquella vez con Goliat y los ejércitos de los filisteos, es una ilustración muy viva de Apocalipsis 19:17-21: «Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carne de reyes y capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y de carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos por la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.»
6. Así como David llegó a ser rey y gobernó a Israel después de la batalla ganada – así eregirá el Señor Jesucristo Su reino después de vencer al anticristo y sus ejércitos. De este modo se manifestará en verdad, lo que siempre fue verdad, y todo el mundo reconocerá, «que hay Dios en Israel» (1 Samuel 17:46b). A Israel le será contestada la gran pregunta, la que surgió aquella vez proféticamente cuando David se enfrentó con Goliat: «y cuando Saúl vió a David que salía a encontrarse con el filisteo, dijo a Abner, general del ejército: Abner ¿de quién es hijo ese joven? y Abner respondió: vive tú alma oh rey, que no lo sé, y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. Y cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó delante de Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano. Y le dijo Saúl: Muchacho ¿de quién eres hijo? y David respondió: «Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén!» (1 Samuel 17:58-58).
Israel reconocerá al hijo espiritual de Isaí, Jesucristo, del cual Isaías había profetizado: «Saldrá una vara del trono de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces, y reposará sobre él el espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa» (Isaías 11:1;2:10).
Entonces Israel reconocerá: El, el que estaba en nuestra casa hace dos mil años, el que nos sirvió y echó fuera demonios, El es, delante del cual estamos parados ahora, y que nos libró del último Goliat. La pregunta que todo lo decide, la que formuló Agur también, será contestada definitivamente: «¿Quién subió al cielo y descendió? ¿Quién encerró al viento en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿ ¿Cuál es su nombre y el nombre de su hijo, si sabes?» (Proverbios 30:4). Entonces se hará público que Jesucristo es el gran «Yo soy», el hijo del padre celestial.
Cuán cerca llegamos ya a este tiempo, lo demuestran las preguntas cada vez más fuertes e intensas en Israel: «¿Quién será el Mesías?» Realmente nos encontramos en aquellos días cuando el Señor comienza «a tomar el cayado en sus manos», para intervenir públicamente en los asuntos de este mundo. Por eso – yo repito – se cumplen en forma masiva los signos de los postreros días, los que fueron anunciados en la Palabra Profética de la Biblia, como guerras, catástrofes, terremotos, epidemias, hambres etc. Nos encontramos delante de los últimos acontecimientos antes de la venida del Señor Jesucristo. El arrebatamiento está «delante de la puerta».
A razón de esto quiero dirigir dos preguntas a cada amigo:
1. ¿Ya te encuentras en el saco pastoril de Jesús ?
¿No quieres que Jesucristo te saque del «arroyo» de este mundo y El haga con su mano traspasada que seas una piedra viva, la cual El ponga en su saco pastoril?
¡No hay nada mejor que pertenecer a El!
2. ¿Vives actualmente conforme al corazón de Dios y cumples con Su voluntad?
El testimonio de Dios acerca de David es el siguiente: «He hallado a David, hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quién hará todo lo que yo quiero» (Hechos 13:22). También hoy Dios está buscando a gente joven y también a ancianos, que sean gente «de corazón» los que se decidan en obediencia por Su voluntad. ¿Estás viviendo según tu propio corazón? ¿Estás siguiendo a tus propios pensamientos?
¿Estás viviendo según las costumbres de este mundo, según la carne? ¿Te encuentras en un estado de desobediencia frente a la Palabra de Dios? ¿O eres un hombre que postergó una y otra vez, hasta hoy, la decisión de servir totalmente al Señor? ¿Tienes que decir como el poeta: «Señor te quiero servir, pero solamente algunas horas; te quiero seguir, pero no siempre; quiero llevar mi cruz, pero que no sea pesada; yo quiero ofrendar, pero no quiero darme a mí mismo; yo quiero amar, pero no demasiado; yo quiero empezar, pero recién mañana?
¿Es posible que el Señor encuentre hoy en ti a alguien, quién se esfuerce por alcanzar el corazón de Dios? Si este es tú caso, dile a El ahora: «Hoy quiero comenzar a vivir totalmente según Tu corazón y a cumplir con Tu voluntad. Amén».