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El Dr. Jorge Patpatian nos enseña acerca de la influencia que tienen las emociones sobre nuestra salud física. No te pierdas de conocer los 3 consejos fundamentales que nos permitirán cuidar nuestra salud, nuestras relaciones y nuestra alegría.


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EA1103 – Entre Amigas –
Nostalgia y Salud



Entrevista a Jorge Patpatian

Victoria: Es un placer, estimadas oyentes de Entre Amigas, encontrarnos nuevamente en un programa. Hoy vamos a hablar de un concepto complicado, un concepto que genera una mezcla de tristeza, placer y afecto. Vamos a hablar de la nostalgia. En Uruguay la nostalgia tiene una forma de celebración muy particular: La noche de la nostalgia. Es un día en el que se organizan cientos de fiestas en todo Uruguay recordando la música de los años 60, 70, 80 y 90. Se trata del día donde sale la mayor cantidad de personas en el año. Esta fiesta surge en 1978 cuando Pablo Lecueder, propietario de Radio Mundo, organizó una fiesta con viejos éxitos de la música, que era la temática de su programa radial, “Old Hits”. De esta forma, el 24 de agosto fue oficializado como la Noche de la nostalgia por el poder legislativo uruguayo. Incluso el ministerio de turismo incluyó en los eventos de carácter turístico a la noche de la nostalgia, promocionando la misma en el exterior a través de embajadas, consulados y oficinas comerciales.

Con el Dr. Jorge Patpatian vamos a hablar sobre esta fecha, sobre el sentimiento de nostalgia, y cómo las emociones afectan a nuestra salud. Jorge, Bienvenido. ¿Qué nos podés decir sobre esta fecha?

Jorge: El día de la nostalgia es un recuerdo, una rememoración de aquellas experiencias que nosotros tuvimos en la vida. A propósito de esto, yo quiero compartir con los oyentes una experiencia humana que frecuentemente afecta nuestra salud, ya sea nuestra salud emocional, nuestra salud física, nuestra salud espiritual, que tiene que ver con aquellos recuerdos, con aquellas memorias que nos marcan en la vida. Cada uno de nosotros evidentemente tiene situaciones que son placenteras en la vida, que las recuerda con mucho afecto y con mucho cariño. Sin embargo, existen otras experiencias en la vida que nos han marcado. Así como el cemento, cuando se pisa, queda la marca, en muchas situaciones tenemos que reconocer que la vida nos ha deparado experiencias negativas. Estas experiencias pasadas frecuentemente nos esclavizan, en el sentido de que toda mi energía mental está dirigida hacia ese pensamiento pasado. ¿Cuál es ese pensamiento pasado? Cada uno tiene sus experiencias. Sentimientos negativos, resentimientos, enojos, situaciones económicas desfavorables, una separación, un divorcio, una situación con uno de los hijos, con uno de los padres, el abandono de los padres, una situación de abuso sexual, sea lo que sea y tengamos las experiencias que tengamos, evidentemente que nosotros en la vida podemos ser esclavos del pasado.

Hoy cada uno de nosotros tiene dos opciones: o somos esclavos del pasado, o somos artífices del futuro. Lamentablemente, cuando somos esclavos del pasado estas experiencias nos trancan, nos dominan, quitan nuestra energía y, como médico te puedo decir, que lamentablemente desembocan en enfermedades físicas, emocionales, psicosomáticas que nosotros debemos atender. Yo me acuerdo de una paciente en una oportunidad que me dijo: “mire, doctor, yo en el último año aumenté más de 15kg”, y ella lo explicaba diciendo que se había echado en abandono a partir de algo que había sucedido. Y podemos asemejar esta experiencia con muchos de nosotros, que, si miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que por las situaciones vividas nuestra vida se deteriora, nuestro cuerpo enferma, nuestra mente se paraliza, perdemos las ganas de vivir, perdemos las esperanzas de poder llevar adelante, y todo esto evidentemente afecta la salud de las personas. Las situaciones de duelo, por ejemplo. “En esta fecha…”, “En este lugar…”, “Hace 33 años…”, “No me tendría que haber pasado…”.

Entonces, ¿cuáles son las consecuencias de todo esto? Evidentemente que el cuerpo es una caja de resonancia en el cual llega un momento en la vida de una persona en la que sus defensas disminuyen, su resistencia decae, y aparecen ciertos trastornos secundarios a todas las emociones negativas que nosotros a lo largo de la vida tenemos. El cuerpo lo manifiesta a través de dolores, a través de molestias, a través de enfermedades alérgicas, crisis asmáticas, por ejemplo, repercusiones en la piel, cefaleas, lumbalgias, dolores en la columna. No es que todas la enfermedades de la columna son producidas por ciertos pensamientos o ciertas situaciones que nos pueden llevar a dolernos parte de la columna vertebral, no digo eso. Pero sí le digo que frecuentemente uno busca exámenes complementarios, ecografías, tomografías, resonancia magnética y no encuentra una explicación biológica que pueda afectar o que pueda realmente justificar ese síntoma que estoy teniendo. Entonces yo, como médico, tengo que pensar si no hay otra cosa que a la paciente o al paciente le está afectando en su vida, y que, como resultado, me pone una manifestación física de esa naturaleza.

Enfermedades cardiovasculares también. Muchas personas con hipertensión arterial, con infartos de miocardio. Por supuesto que todo esto viene de factores de riesgo cardiovasculares, la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, el sobre peso, el estrés, todo eso afecta. Pero también es cierto que todas estas emociones negativas me producen actitudes negativas, conductas negativas y resultados negativos que, a punto de partida de una emoción desfavorable, me lleva a tener enfermedades físicas de muy diversas clases. Ahora, resumiendo, ¿cuáles pueden ser algunos sentimientos de los cuales nos tenemos que cuidar? Hay algunas situaciones que, tarde o temprano, si uno abraza este tipo de sentimientos y de emociones, nos pueden enfermar. Por ejemplo, el resentimiento, la falta de perdón, la amargura, la ansiedad, el enojo. Estas situaciones mantenidas en el cuerpo, si nosotros no las analizamos, no las descubrimos y tampoco las tratamos, pueden llegar a desembocar situaciones muy estresantes en una enfermedad. Por eso, después de una presión de estos tipos, viene la depresión.

Después de situaciones amargas que no podemos solucionar, entonces allí vienen enfermedades físicas, psicosomáticas, emocionales, psicológicas, psiquiátricas y hasta tumorales. Porque muchas de las infecciones y tumores que nosotros, los seres humanos tenemos, vienen como conosecuencia de una disminución del sistema inmunitario, sistema inmunitario que puede estar decaído por muy diversas razones pero que puede estar decaído también porque hay una enfermedad de base emocional, una situación estresante donde el cuerpo baja la resistencia y allí pueden aparecer ciertas afecciones que, lamentablemente, muchos pacientes pueden sufrir. Por eso es importante salir de esto. Una molestia, un dolor, una lumbalgia, una cefalea intensa, tu le sacás los estudios, no le encontrás nada, esa persona no tiene una base biológica, no tiene una convulsión, una epilepsia, un tumor cerebral, un problema oftalmológico que le esté ocasionando la cefalea, está sufriendo de cefalea. Y si una persona sufre de cefalea, va a tener una disminución de la eficacia laboral, una disminución de la calidad de vida va a tener una situación en la que la persona no va a rendir en su vida, porque está sufriendo.

Ahora, uno dice ¿por qué? ¿Qué relación tiene la cefalea con alguna esclavitud en mi pasado? Bueno, así como cuando tenemos una olla de presión y estamos cocinando un alimento dentro de la olla, la presión aumenta y llega un momento en el que necesita una válvula de escape donde el líquido va fluyendo porque de otra manera ocurriría un accidente dentro de ese instrumento de cocina, así es el cuerpo también, si no tiene una válvula de escape. Porque la cefalea se constituye también, en la persona, en última instancia, una válvula de escape para esa esclavitud del pasado que lamentablemente tiene. Entonces aquí lo que tenemos que hacer es tratar de liberarnos de estas situaciones. Primero, diagnosticar. Yo pregunto, en esta hora, si alguien tiene alguna hierba mala en el jardín de su vida. con esto quiero dar a entender de que hay hierbas malas que van creciendo en nuestra vida, en nuestro jardín, en la parte más interna, profunda de nuestro ser, que puede ser negativo para nuestra vida. entonces tengo que cuidar y tengo que velar por aquellos pensamientos que me dominan, que me controlan, y yo me tengo que preguntar cómo me siento en mi vida. En primer lugar, cómo me siento conmigo mismo. ¿Estoy satisfecho con la vida? ¿Estoy satisfecho conmigo mismo? ¿Puedo aceptarme a pesar de lo que soy? ¿Puedo ser una persona que, a pesar de las dificultades que tuvo en su vida, puede realmente tener un concepto adecuado de sí misma? Eso es lo primero que tenemos que trabajar, en una autoestima adecuada, en una autovaloración adecuada.

En segundo lugar, creo que es importante preguntarse “¿Cómo me siento con los demás? ¿Hay alguien que siento que no lo puedo soportar, que no lo puedo perdonar? ¿Siento que alguien me hizo daño y yo todavía tengo esa herida abierta que trato de taparla, que trato de ponerle una venda, trato de que no salga sangre, pero que no se arregló la situación? ¿Hay algo que tengo contra otra persona? Bueno, cuando alguien tiene algo contra otra persona, evidentemente que tarde o temprano va a sufrir. Y va a sufrir para sí mismo, y va a sufrir con respecto a la relación que tenga con las demás personas. Por eso un gesto terapéutico en la vida es perdonar. Porque si querés ser feliz un instante, vengate. Si querés ser feliz toda la vida, perdoná. Y muchos de nuestros problemas y esclavitudes del pasado con emociones negativas que tenemos y que generan enfermedad son producto de la falta de perdón y de la falta de amor que muchas veces tenemos con otras personas.

Claro, nosotros tratamos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos, y nosotros mismos nos tratamos como nos han tratado a nosotros. Es una cadena esto. Yo no puedo tratar bien y amar a una persona si yo no me amo a mí mismo. Yo me tengo que amar a mí mismo como persona. Por eso el primer gesto que tenemos que tener en la vida es aceptarnos como somos, y, en segundo lugar, aceptar al otro como es, con sus debilidades, con sus problemas, con sus dificultades, con los daños que me hizo. Yo, dentro de las posibilidades que tengo, puedo vengarme de esa persona, no hablarle más, enojarme, ponerme nervioso, que me suba la presión cada vez que pienso en ella, que me venga taquicardia, que me venga una hiperglicemia, y esto lo digo porque realmente ocurre. Hay personas que cuando piensan en alguien ya están mal, entonces, frente a eso, el gesto terapéutico que tenemos los seres humanos es el perdón. No quiero vengarme, no quiero que esa persona sea para mí un impedimento para que yo pueda seguir disfrutando de la vida.

En tercer lugar, el último punto que creo que es importante, es mirar el futuro con esperanza. El desarrollo de la fe, la espiritualidad y la esperanza de la persona, evidentemente que calma muchas corrientes tormentosas, intempestivas que pueden ocurrir en mi vida. Y yo sé que la fe, la espiritualidad, la esperanza puede ayudarnos a nosotros a vivir una vida más y una vida mejor. Con Dios todo se puede, porque para Dios no hay nada imposible. Y aquellos que tenemos fe estamos convencidos de que una vida espiritual, una vida de fe, una vida de esperanza me puede hacer ver la vida de una manera diferente. No es que los problemas no pasaron, porque los problemas me han pasado, pero yo puedo mirarlos con un color diferente. Ya no lo miro de color negro, ya no lo miro de color gris. Lo miro de un color verde, esperanza, donde la vida en el futuro puede ser mejor que hoy.  Y eso depende de mí, porque en última instancia los seres humanos, o somos esclavos del pasado, o somos artífices del futuro.

Victoria: Te agradecemos, Dr. Jorge Patpatian por compartir sus conocimientos respecto a las emociones y cómo estas afectan nuestra salud. Gracias por acompañarnos, queridas amigas. Las esperamos la semana que viene con un nuevo programa de Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

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