Nro. 286
20 febrero, 2008Nro. 288
20 febrero, 2008Título: Preguntas y Respuestas
Autor: Jorge Bermudez
Contestamos a la Luz de la Biblia:
¿Los adventistas son salvos?
¿Existen personas que no pueden creer? Acerca de Jacob y Esaú, por ejemplo, está escrito en Romanos 9:13: «A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.»
Ya he escuchado la afirmación de que en la vida de un creyente todas las cosas ya están determinadas. ¿También el adulterio de David?
Hasta ahora siempre he confiado en haberme convertido en un hijo de Dios por medio del arrepentimiento y la fe. A decir verdad, un hijo difícil, inestable, atormentado frecuentemente por la duda, pero salvo por gracia. Pero ahora, después de haber leído la carta de Santiago, determinados almanaques y otra literatura, estoy confundido. He leído, por ejemplo, que no alcanza con arrepentirse y pedir perdón por pecados reiterados. El que no desarraiga ese pecado de su vida y deja de cometerlo, cuando mucho, sería un creyente de labios, pero iría a la perdición. ¡Este «»desarraigar'' sencillamente no lo puedo realizar por mí mismo! Pero la declaración antes mencionada indica que, al fin y al cabo, Dios no valora el deseo y la lucha por reconocer Su voluntad, sino sólo si lo hemos logrado. ¿Por fracasar una y otra vez acaso no soy salvo? ¿Me equivoqué al confiar en la gracia?
¿Cómo debe uno comprender Hebreos 5:8, donde está escrito: «Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia?»
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