Herman Hartwich nos comenta que, para el Apóstol Pablo, la justificación es la acción de Dios de remitir los pecados de los hombres culpables y considerarlos justos, gratuitamente, por su gracia, mediante la fe en Jesucristo. Esto se logra por la obediencia de la fe y el derramamiento redentor de la sangre del Señor Jesucristo por todos nosotros.