Programas

21 febrero, 2008

Creced en la gracia. 3/3

¿Cómo podemos crecer en la gracia? Escuche el último de tres programas de Wim Malgo, en la voz del Pastor Herman Hartwich. ¡No se lo pierda!
21 febrero, 2008

Creced en la gracia. 2/3

La miseria y la necesidad atraen la gracia. Cuando el Señor le ve en miseria, Él es conmovido de gracia y misericordia hacia usted. Él ayuda a los miserables; venga a Él y hallará gracia.
21 febrero, 2008

Creced en la gracia. 1/3

El primero de tres programas más que interesantes, “Creced en la gracia” es el título de esta Serie de estudios bíblicos de Wim Malgo en la voz de Herman Hartwich.
21 febrero, 2008

La Agitación del Corazón. 3/3

Este programa anima a quienes desean enderezar su corazón y dirigirlo hacia el Señor. Escuche la tercera y última parte de esta meditación bíblica.
21 febrero, 2008

La Agitación del Corazón. 2/3

¿Sabe usted cómo guardar su corazón? Deseamos que encuentre la respuesta a su interrogante escuchando este programa radial con ricas y prácticas enseñanzas.
21 febrero, 2008

La moneda perdida.

“La moneda perdida” es el título de esta audición donde el Pastor Herman Hartwich comparte sobre el gran amor del Señor Jesucristo hacia quienes le buscan.
21 febrero, 2008

Los dones están para que sean utilizados 3/3

El siervo insensato demuestra ser un simple conocedor sin fruto. En su falta de fruto se reconoce que no hay una verdadera relación con su Señor. Es calificado como “malo”, “perezoso” e “inútil”.
21 febrero, 2008

La oveja perdida.

Un mensaje dirigido especialmente a la juventud perdida y sin rumbo, basado en el Evangelio de Lucas, capítulo 15, versículos 4 al 7.
21 febrero, 2008

La misteriosa lucha que lleva a la luz 1/2

Al hablar de batalla, debemos distinguir lo que la Biblia dice de nuestras experiencias. Estas deberían concordar siempre con la Palabra de Dios. Los hijos de Dios enfrentan una triple batalla que usted descubrirá en esta audición.
21 febrero, 2008

¿Jesús realmente se atrasó? 2/2

En un mundo lleno de problemas, la Biblia, y con ella el apóstol Pablo, no conoce consuelo mejor para la iglesia de Cristo que la proclamación: ¡Jesús vuelve! Este mensaje nos da la esperanza de una patria mejor.
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