Si vivimos con los ojos abiertos, nos damos cuenta de que Satanás, por todos los medios, quiere impedir el regreso de Jesús. Como sabe que no tiene ninguna oportunidad en la lucha directa contra Dios y Jesucristo, intenta lograrlo de otras maneras. Quiere aniquilar, o quitarle sus tierras, al pueblo al cual se refieren las promesas de Su regreso, que está inseparablemente relacionado con la existencia del pueblo judío en su propia tierra.