10 noviembre, 2020
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Esta declaración describe la misión de Jesús usando el lenguaje del ritual de sacrificio en el culto judío. Jesús fue el Cordero provisto por Dios para pagar el precio de los pecados de la humanidad. Él es la única solución para nuestro pecado.