El perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración es, además, condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
El perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración es, además, condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
Perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración también es condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
Perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración también es condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
Perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración también es condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
Perseverar en la oración es la base para que el Señor bendiga nuestro trabajo en Su obra. La oración también es condición para crecer en el conocimiento espiritual y transforma, sobre todo, a quien ora.
Jesús comienza su ministerio público al ser bautizado en el Jordán. Allí vemos al Creador y Sustentador de todo ser viviente, iniciando con oración el difícil camino que terminará en la cruz del Gólgota.
Jesús comienza su ministerio público al ser bautizado en el Jordán. Allí vemos al Creador y Sustentador de todo ser viviente, iniciando con oración el difícil camino que terminará en la cruz del Gólgota.
Jesús comienza su ministerio público al ser bautizado en el Jordán. Allí vemos al Creador y Sustentador de todo ser viviente, iniciando con oración el difícil camino que terminará en la cruz del Gólgota.
Jesús comienza su ministerio público al ser bautizado en el Jordán. Allí vemos al Creador y Sustentador de todo ser viviente, iniciando con oración el difícil camino que terminará en la cruz del Gólgota.
Jesús comienza su ministerio público al ser bautizado en el Jordán. Allí vemos al Creador y Sustentador de todo ser viviente, iniciando con oración el difícil camino que terminará en la cruz del Gólgota.
Podemos conocer a Dios tal como Él se revela en la Biblia y en la persona de Cristo. Sin embargo, ¡cuán poco sabemos realmente de Él! Lo vemos a través de un espejo, pero nunca podremos comprenderlo por completo.
Dios ha soportado la maldad del hombre con maravillosa paciencia. ¡Que estemos aquí para narrar la historia es un tributo a Su paciencia! “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia”, dice Números 14:18. La contemplación de Dios es el pensamiento más grande que puede ocupar la mente humana. ¡Grande es el Señor!
Dios ha soportado la maldad del hombre con maravillosa paciencia. ¡Que estemos aquí para narrar la historia es un tributo a Su paciencia! “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia”, dice Números 14:18. La contemplación de Dios es el pensamiento más grande que puede ocupar la mente humana. ¡Grande es el Señor!
Dios es celoso, pero en el buen sentido de la palabra. Él desea el amor y la lealtad no dividida de Su pueblo. Su celo es desinteresado; el Señor es absolutamente digno de confianza en todos Sus caminos. Ninguna de Sus promesas puede fallar jamás.
Dios es absolutamente recto. Siempre obra con justicia y equidad. Invariablemente hace lo que es justo. El Señor es Dios justo y Salvador; ningún otro dios puede compararse con Él.
Dios nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. El lenguaje humano es inadecuado para describir la generosidad del Señor. Debemos refrenar toda queja y agradecer con el corazón.
Dios es bueno en el sentido de ser moralmente perfecto. Todo lo que hace es amable y benéfico. Él es completamente libre de lo malicioso o indigno, y es misericordioso, lleno de gracia, generoso, paciente, perdonador y digno de confianza.
Otro atributo maravilloso de Dios es Su sabiduría. Está relacionado con Su omnisciencia, pero no es lo mismo. La omnisciencia habla de Su vasta información, mientras que la sabiduría es la habilidad de usar ese conocimiento para producir los mejores resultados.
Dios es Santo, moralmente perfecto en Sus pensamientos, hechos y motivaciones. Está libre de todo pecado y es absolutamente puro, inmaculado y sin mancha.