Dios es Santo, moralmente perfecto en Sus pensamientos, hechos y motivaciones. Está libre de todo pecado y es absolutamente puro, inmaculado y sin mancha.
La ira de Dios es Su indignación y furia justa contra el pecado y los pecadores no arrepentidos. Aunque preferimos pensar en Su amor, Su misericordia y Su gracia, la ira de Dios es tan divina como Sus otros atributos.
La ira de Dios es Su indignación y furia justa contra el pecado y los pecadores no arrepentidos. Aunque preferimos pensar en Su amor, Su misericordia y Su gracia, la ira de Dios es tan divina como Sus otros atributos.
La gracia y la misericordia de Dios están muy relacionadas. Mientras Su gracia derrama sobre nosotros bendiciones que no merecemos, Su misericordia retiene el castigo que merecemos.
Dios acepta a quienes no lo merecen, a aquellos que, de hecho, merecen lo contrario, pero que confían en el Salvador del pecador. ¡Esto es gracia! Es el regalo de lo Mejor del cielo para lo peor de la tierra. Son las riquezas de Dios a expensas de Cristo.
Dios acepta a quienes no lo merecen, a aquellos que, de hecho, merecen lo contrario, pero que confían en el Salvador del pecador. ¡Esto es gracia! Es el regalo de lo Mejor del cielo para lo peor de la tierra. Son las riquezas de Dios a expensas de Cristo.
Dios es Espíritu, invisible a los ojos mortales. La pregunta inevitable es: ¿Le veremos en el cielo? Además, Dios es amor. Esto es una descripción, no una definición. No adoramos al amor.
Dios es Espíritu, invisible a los ojos mortales. La pregunta inevitable es: ¿Le veremos en el cielo? También, Dios es amor. Esto es una descripción, no una definición. No adoramos al amor.
Dios es Espíritu, invisible a los ojos mortales. La pregunta inevitable es: ¿Le veremos en el cielo? Dios es amor. Esto es una descripción, no una definición. No adoramos al amor.
Como parte de los atributos del Dios Santo, veremos hoy que Dios es soberano. Él sabe lo que pasará porque eso es parte de Su voluntad y de Su plan. Él es el mismo, ayer, hoy y para siempre.
Dios es exaltado por encima de todo el universo. Solo Él es eterno, infinito, autoexistente, autosuficiente, inmutable, todopoderoso, omnisciente y omnipresente. Estos atributos Lo sitúan más allá de la existencia material.
No hay forma de medir la grandeza de Dios, es inconcebible. Él está sobre todo y puede hacer lo que quiera sin pedir permiso ni dar explicaciones. ¡Él es soberano!
No hay forma de medir la grandeza de Dios, es inconcebible. Él está sobre todo y puede hacer lo que quiera sin pedir permiso ni dar explicaciones. ¡Él es soberano!
El concepto de la eternidad de Dios es demasiado grande para nuestra comprensión. Dios no tiene principio ni fin. Siempre ha existido y existirá. ¡Él trasciende el tiempo!
Dios es Todopoderoso: El vocabulario humano no tiene palabras para medir adecuadamente Su poder. Nuestros corazones deben llenarse de adoración y temor del Señor al meditar en Su omnipotencia. Él es Omnipresente: está en todas partes y nadie puede esconderse de Su presencia.
Dios es Todopoderoso: el vocabulario humano no tiene palabras para medir adecuadamente Su poder. Nuestros corazones deberían llenarse de adoración y temor del Señor al meditar en Su omnipotencia. Dios es Omnipresente: está en todas partes y nadie puede esconderse de Su presencia.
Dios es Todopoderoso: el vocabulario humano no tiene palabras para medir adecuadamente Su poder. Nuestros corazones deberían llenarse de adoración y temor del Señor al meditar en Su omnipotencia. Dios es Omnipresente: está en todas partes y nadie puede esconderse de Su presencia.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”, nos dice Juan 5:26. El Dios trino es la fuente de toda vida. La eternidad de Dios está ligada a Su autoexistencia. Su vida no fue creada; la fuente de Su existencia está enteramente en Él mismo.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”, nos dice Juan 5:26. El Dios trino es la fuente de toda vida. La eternidad de Dios está ligada a Su autoexistencia. Su vida no fue creada; la fuente de Su existencia está enteramente en Él mismo.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”, nos dice Juan 5:26. El Dios trino es la fuente de toda vida. La eternidad de Dios está ligada a Su autoexistencia. Su vida no fue creada; la fuente de Su existencia está enteramente en Él mismo.