Psicología Positiva
13 febrero, 2024El arrebatamiento de la Iglesia (1ª parte)
18 febrero, 2024Autor: Eberhard Hanisch
El Reino Mesiánico o el Reino Milenial que anunciaron los profetas del A.T. ¿Se cumple en la era de la iglesia de forma espiritual o tendrá un cumplimiento futuro literal? En estudio conciso y convincente.
DESCARGARLO AQUÍ
PE2981 – Estudio Bíblico
¿Qué es el reino milenario?
Amigos, ¡Gracias por acompañarnos en el estudio de la Palabra de Dios!
Hoy procuraremos responder a la pregunta ¿Qué es el reino milenario?, basados en la Palabra de Dios, ya que, los teólogos difieren sobre qué es realmente.
El reino milenario o Milenio es el reino mesiánico prometido que iniciará con la aparición del Mesías Rey. Esto hace referencia al período de la historia en que Cristo volverá en persona para traer a la tierra la verdadera paz mundial, el señorío de Dios, justicia plena y bendición.
Apocalipsis 20 dice que este tiempo durará mil años. Por otra parte, podemos saber por 1 Corintios 15 que Jesucristo, el Rey, entregará este reino al Padre luego de lo cual el Reino de Dios continuará por toda la eternidad.
El reino es objeto de muchas profecías tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en Isaías 2:2 al 4 dice:
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos […]”, “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; […]”
afirmando que no se adiestrarán más para la guerra. También en el capítulo 11:6 al 9 leemos:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; […] y el león como el buey comerá paja […]. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid […]. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” […]”.
También en Isaías, pero capítulo 14 verso 7 leemos que, toda la tierra estará en reposo y en paz y se cantarán alabanzas.
De estos versículos se desprende que este reino satisfará los profundos anhelos de todos los pueblos y naciones de la tierra. Se renovará la creación, habrá cambios en la naturaleza y todas las naciones sabrán de Dios. Todo esto será posible una vez que Satanás haya sido atado y encerrado en el abismo, para que durante ese tiempo no pueda engañar a las personas.
Aunque el reino milenial haya sido desacreditado por algunas sectas y teólogos, debido a ciertas exageraciones, como una “expectativa carnal y judía”, y hayan llevado esta perspectiva por todo el mundo, el testimonio bíblico es claro: el reino de Jesucristo traerá a las personas – como nunca antes – un conocimiento integral acerca de las verdades divinas. Será un reino lleno de bienes espirituales y hará visible el liderazgo de Jesucristo en la tierra.
Por otra parte, las Escrituras no dejan lugar a dudas de que los creyentes participaremos en él. Apocalipsis 20:4 dice: “Y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. El reinado de los creyentes en el reino milenario cumplirá la misión que tenía el hombre en el Edén.
Aunque grandes maestros de la Biblia opinan que este acontecimiento no debe entenderse de manera literal, sino que simboliza el tiempo de la iglesia cristiana, nosotros creemos, junto a casi todos los padres de la Iglesia, que Jesús vendrá de nuevo para instaurar su reino de forma literal y visible. Es por esto que pensamos que la segunda venida de Jesús será antes del Milenio.
Son muchas las razones que nos permiten pensar en el Milenio como un evento futuro. En primer lugar, Jesús oró por la llegada de este tiempo de bendición en el padre nuestro cuando dijo: “Venga tu reino”.
Con ello señaló que el reino, más allá de la forma actual del reino de Dios, es la meta de toda la historia de la salvación, la cual espera aún su realización.
Jesús hizo mención del futuro reino cuando habló acerca del juicio a las naciones. En ese momento, en su Segunda Venida, dirá a los suyos según Mateo 25:34 “¡Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo!”. Con estas palabras, Jesús se refiere a un reino que todavía no se ha consolidado, por lo que no podría tratarse de la era de la iglesia.
Los apóstoles mostraron cierta expectativa por un futuro reino cuando preguntaron al Señor si este coincidiría con la era de la iglesia, en Hechos 1:6 preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”, recibiendo a cambio una respuesta negativa. Podemos ver cómo creían que la nación de Israel era parte del plan de salvación de Dios. Por lo tanto, predicaron a su propio pueblo que era necesario cumplir con un requisito para que se estableciese tanto el reino como la futura restauración de Israel. Hechos 3:19 al 21 dice:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”
Podemos decir que el reino milenario es futuro porque sigue el curso de la historia de la salvación. Efesios 1 describe las bendiciones que, en distintos momentos, los creyentes recibirán de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Revisemos este capítulo para profundizar un poco más:
En los versículos del 4 al 6 se nos dice que, antes de la fundación del mundo, el Padre escogió a los suyos para que sean sus hijos.
Del 7 al 9 se explica que durante el tiempo en que Jesús vivió en la tierra, “el Hijo obró la redención”.
En la futura consumación de todas las cosas, las bendiciones del Espíritu Santo, serán otorgadas a los creyentes en perfección. El verso 14 de Efesios 1 dice que el propio Espíritu es la garantía de la herencia, hasta la redención de estas bendiciones.
Esto incluye tanto la herencia futura, como el cumplimiento de los tiempos, claramente en el versículo 10 dice que habrá de “[…] reunir todas las cosas en Cristo tanto las que están en los cielos y las que están en la tierra”. O sea que un día, en el cumplimiento de los tiempos – nótese que lo dice en plural – todo en la tierra estará bajo una sola autoridad: el reinado de Jesucristo.
Reunir “todo” significa por así decirlo, colocarlo bajo una sola cabeza. Podemos decir que el Milenio está esencialmente relacionado con este hecho, por las siguientes razones:
Por un lado, ocurrirá en el futuro, por lo tanto, no se cumplirá en el presente tiempo de la Iglesia.
Además, es un período de salvación que lleva a la consumación de todas las demás dispensaciones, precisamente este será el “cumplimiento de los tiempos”. Estos tiempos de salvación, que en griego se denominan “kairos”, son períodos en los que Dios se ha revelado de diferentes formas: por ejemplo, bajo la ley y bajo la Gracia.
La palabra kairos caracteriza un tiempo de revelación donde el hombre debe reconocer y aprovechar la Gracia divina.
En este período de “plenitud de los tiempos”, se dará la Segunda Venida y el reinado del Mesías. Esta etapa de la salvación llegó a la “mitad” cuando Jesucristo nació como hombre en su primera venida para redimir a la humanidad, y su consumación se dará en el reino milenario.
Apocalipsis 11:15 dice que “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo”.
El Milenio será la finalización de toda dispensación, donde se cumplirá la oración de Jesús: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mt. 6:10). Porque en este futuro reino, los hombres estarán bajo un solo Gobierno, y solo en este período la voluntad de Dios se cumplirá tanto “en la tierra como en el cielo” y se “reunir[án] [en Cristo] todas las cosas […] [,] las que están en los cielos como las que están en la tierra” (Ef. 1:10).
Por lo tanto, podemos hablar de un “Evangelio del Reino”, pues este mensaje nos conduce hacia el Reino de Dios.
Luego de miles de años, la gloria de Dios será engrandecida en el Milenio y el Señor será vindicado. Además, se cumplirán en su plenitud las promesas afirmadas en los pactos del Antiguo Testamento, esto es, el retorno y la restauración espiritual de Israel.