¿Qué es ser guiado por el Espíritu? (1ª parte)
10 febrero, 2024Psicología Positiva
13 febrero, 2024Autor: Johannes Pflaum
Para algunos la voluntad es algo místico, sueños, revelaciones, una voz en la cabeza, otros viven una constante angustia porque no saben cómo escuchar la voz de Dios. ¿Qué es ser guiado por el Espíritu?
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PE2980 – Estudio Bíblico
¿Qué es ser guiado por el Espíritu? (2ª parte)
Como mencionado en el programa anterior, existen diversos pasajes bíblicos que nos muestran cómo los apóstoles predicaban llenos del Espíritu. La primera vez fue en Hechos 2:4, durante el discurso de Pedro, el día de Pentecostés. ¿Cuál era el tema central de esta prédica? Se trataba acerca de la singular importancia de Cristo para nuestra salvación. También Esteban, lleno del Espíritu Santo, en su mensaje de salvación en Hechos 7, centró todo el mensaje en la persona de Jesús.
Lo mismo podemos encontrar en Hechos 10, cuando Pedro predicó el evangelio a Cornelio y a los gentiles en Cesarea. De seguro los discípulos hablaban en muchas ocasiones del Espíritu Santo o citaban pasajes al respecto. Sin embargo, la prédica llena del Espíritu Santo siempre tiene como tema central a Jesucristo. Se piensa que fue el pastor Wilhelm Busch quien dijo: «El Espíritu Santo obra con más fuerza donde Jesús es engrandecido».
Dirección directa e indirecta del Espíritu
Pablo y Bernabé fueron separados por el Espíritu Santo para su tarea misionera. Podemos asegurar entonces que su primer viaje misionero tenía una conexión directa con el hablar de Dios.
Sin embargo, Pablo inició su segundo viaje misionero por decisión propia (Hechos 15:36). Lo mismo leemos también del tercer viaje en Hechos 18:23. En ninguno de los dos pasajes se dice que el apóstol haya sido encomendado de forma especial por el Espíritu de Dios. Pablo tampoco esperó sentado hasta que viniese la guía del Espíritu, sino que tomó una decisión y se fue. Podemos estar seguros de que, antes de su salida, el apóstol había orado mucho y que su decisión se respaldaba en ello. A pesar de esto, no leemos nada acerca de un hablar especial de Dios o de un suceso extraordinario que se lo indicara.
En el segundo y tercer viaje misionero podemos ver que el Espíritu de Dios puede guiar de forma indirecta a las personas que viven en dependencia de Dios y se mantienen en la presencia de su Señor. Con «indirecto» no me refiero a una guía del Espíritu Santo de menor valor, sino a una desprovista de un suceso extraordinario o del hablar expreso de Dios. Claro que un requisito natural para esto es que estemos dispuestos a dejarnos orientar por la Palabra de Dios y Su voluntad, y que, dado el caso, estemos abiertos a ser corregidos.
Un ejemplo importante de la guía por medio del Espíritu Santo
Hechos 16:6-10 describe un acontecimiento especial donde el apóstol Pablo obtuvo la guía del Espíritu Santo. Mientras estaba con Silas en su segundo viaje misionero, el Espíritu de Dios se opuso por dos veces a que predicaran la Palabra de Dios. No sabemos cómo sucedió, pero tanto él como su compañero reconocieron que era el Señor quien frustraba sus planes.
Pablo no adjudicó este impedimento simplemente al diablo. Después de todo, esta es una explicación sencilla y espiritualizada que se utiliza muy a menudo. Si se frustran nuestros deseos o no logramos obtener algo que queremos, responsabilizamos al diablo por eso. Sin embargo, a veces es el Señor quien desbarata nuestros planes y deseos piadosos, pues no se alinean con las intenciones que Él tiene con nosotros.
En 1 Tesalonicenses 2:18, Pablo dice que Satanás había impedido dos veces su llegada a Tesalónica. Mientras que en Hechos 16, el apóstol había reconocido que había sido el Señor quien por medio de Su Espíritu había frustrado su avance en el servicio a Él. Es interesante ver cómo Pablo y sus compañeros trataron con esto. Espero que estas cosas nos sirvan para corregir algunas ideas erróneas respecto a la dirección del Espíritu.
Cuando el Señor truncó el plan de Pablo y Silas, ellos no se quedaron sentados sin hacer nada, ni esperaron con pasividad que les aconteciese alguna experiencia milagrosa. En primer lugar, dijeron de ir al oeste para predicar en Asia, pero el Espíritu Santo se los impidió. Luego, Pablo y Bernabé, sin detenerse, siguieron a Misia e intentaron avanzar hacia el este para predicar allí el evangelio, pero nuevamente fueron detenidos por el Espíritu de Dios. Fue así que siguieron camino a Troas, donde recibieron en la noche, por medio de una visión, la indicación de ir a Macedonia.
John MacArthur describe este suceso en su libro La voluntad de Dios, donde lo utiliza como un ejemplo para reconocer la voluntad divina. El autor compara a los cristianos con un tractor de dieciocho mil kilos. Si se encuentra apagado, es necesario una grúa para cambiarlo de dirección, pero si por el contrario está en movimiento, esto resulta una tarea mucho más sencilla. Es así como muchos cristianos ante la espera por la voluntad de Dios se quedan sentados en lugar de moverse. Sin embargo, el Señor nos quiere guiar a la vez que nos movemos, como lo hicieron Pablo y Silas. MacArthur escribe:
Ellos necesitan comenzar a moverse para que Dios pueda guiarlos a esa área de servicio que él ha planificado. Conocer la voluntad de Dios puede significar caminar por un camino estrecho hasta llegar a un callejón sin salida. En ese momento, Dios abrirá una puerta tan ancha que usted no podrá ver lo que está a su alrededor, ¡sino solo a través de ella! ¿Cuál fue la respuesta de Pablo? Se encuentra registrada en el libro de Hechos: «En cuanto vio la visión, de inmediato procuramos salir para Macedonia, teniendo por seguro que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio» (Hch. 16:10). Pablo respondió inmediatamente y esa es la única reacción con un corazón persistente se encuentra con una puerta abierta […]. Usted puede rebotar contra muchas puertas cerradas, pero esa es la forma en que Dios lo guía a la fuerza hacia la puerta que él tiene abierta. ¡Muévase! Sea persistente.
Respecto a los acontecimientos del segundo viaje de Pablo, John Heading dice ver una triple dirección en la vida del apóstol. En primer lugar, fue guiado por «medios personales». En Hechos 15:36 tomó la decisión de visitar a los hermanos a quienes les había predicado el evangelio en el primer viaje misionero. Este era su servicio personal. En segundo lugar, por «medios espirituales» que no permitieron que Pablo y Silas avanzaran, con el propósito de que más tarde, en Troas, llevaran el evangelio a Europa. En tercer lugar, por «medios naturales». Después de que Pablo trabajara en Filipos, siguió su ruta de este a oeste, de Macedonia a Tesalónica. Allí se cruzaban las rutas que iban de norte a sur y de este a oeste. Esto deja claro cómo la guía del Señor incluía elementos personales, espirituales y naturales. A través de la predicación en Tesalónica se formó allí una nueva iglesia.
Las exposiciones de MacArthur y Heading son de mucha ayuda a la hora de estar protegidos de las ideas erróneas acerca de la guía del Espíritu y la manera de conocer la voluntad de Dios, lo cual va ligado a eso. Más allá de esto, si aún no estamos seguros de nuestro llamamiento, puede que hallan situaciones donde realmente debemos esperar hasta conocer la voluntad de Dios. En decisiones importantes no debemos dejarnos presionar por los demás, ni hacer lo que a otros les gustaría. Esto no se contradice con el comportamiento de Pablo y Silas, ya que ellos sabían muy bien cuál era su llamado, por lo que se mantuvieron en movimiento hasta que el Señor los guio hacia dónde Él quería que estuviesen.
Si bien muchas cosas del tiempo de los apóstoles no son aplicables en la actualidad, todo discípulo de Jesús debe desear ser lleno del Espíritu de Dios, sin que esto implique experiencias extraordinarias, sino más bien un compromiso diario con Su Palabra, con la comunión con el Señor y con la obediencia a Su voluntad.