Resolución de Conflictos (1ª parte)
24 enero, 2011Resolución de Conflictos (3ª parte)
24 enero, 2011Resolución de Conflictos
(2ª parte)
Bill Hill, nos comenta en una serie de 6 programas cómo pueden resolverse los conflictos, tomando como partida la Palabra de Dios.
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TA 133 – Temas Actuales
Resolución de Conflictos (2ª parte)
Sandra: Muy bienvenidos al programa de Temas de Actualidad de Llamada de Medianoche. Nos encontramos en este espacio del Dial para analizar diferentes temáticas del Diario vivir. Desde el pasado programa estamos tratando el tema Resolución de Conflictos con Bill Hill, quien es director de Equipando nacionales para todo el mundo. Bill Hill, bienvenido a nuestro programa y habían quedado algunas preguntas pendientes. ¿Por qué si hemos sido cristianos perdonados y debiéramos estar unidos en Cristo, muchas veces tenemos conflictos entre nosotros?
Bill: Esta es una pregunta excelente para comenzar este programa. En el programa anterior dijimos que antes de que dos personas pudieran trabajar para poder resolver sus problemas, primero que nada, esas personas deben reconciliarse con Dios por medio de Jesucristo. Para que nosotros en una forma efectiva podamos trabajar en este tema y resolver los problemas primero tenemos que entender cuán grande era nuestro conflictos entre nosotros y Dios. Y el cambio que se producen en la vida de aquel que se convierte, que recibe al Señor, porque ahora somos convertidos, entonces nos podemos trasladar a la segunda sección del libro de Efesios.
Esta segunda sección de libro solamente puede ser experimentada debido a que primeramente nosotros hemos pasado por los primeros 3 capítulos, es decir, que si ya hemos sido redimidos por Cristo, nuestro conflicto con Dios ya ha sido resuelto, entonces Pablo va directamente al capítulo 4 y, de alguna manera inmediata empieza a hablar de la reconciliación mutua. Así que los capítulos 1, 2 y 3, tiene la Reconciliación posicional con Dios y en los capítulos 4, 5, y 6 encontramos esa resolución de conflictos, mutua y práctica.
Ahora que estamos unidos a Cristo, (logrado esto una vez que nos hemos convertido al Señor) llegamos ahora a ser parte de un solo cuerpo, y, tenemos una fuente de verdad para usar. Entonces, Pablo hace esta declaración en el capítulo 4 y el versículo 3, escuchen cuidadosamente lo que dice aquí: Solícitos en guardar el Espíritu y el vínculo de la paz.
Tenemos que trabajar y esforzarnos muchísimo para realmente mantener esta unidad en el Espíritu.
Las preguntas que se levantaron en cuanto a este tema, siendo que nosotros somos cristianos, ¿Por qué es que tenemos tantos problemas entre nosotros? habría un par de respuestas a esta pregunta.
Uno, debido a como dice Pablo en el versículo 3 que lleva bastante esfuerzo, bastante trabajo mantener la unidad. Así que podría ser que no estamos haciendo todo el esfuerzo para procurar esta unidad.
La segunda razón podría ser que si están poniendo ese esfuerzo fuerte, podría ser que no saben cómo ir a buscar esa reconciliación. Pablo, de esta forma, nos da una forma muy práctica para recurrir a esto. Repito, cuando Pablo introduce esta sección en el libro de Efesios, Él inmediatamente desafía a estos nuevos convertidos, que anden dignos con la vocación con la cual han sido llamados. Y, en el versículo 2, les explica cómo hacerlo a fin de poner en práctica este esfuerzo con estos principios. Van a poder poner en práctica esa unidad que mantienen en Cristo. El versículo 2, dice: con toda humildad y mansedumbre soportando con paciencia los unos a los otros, en amor.
Así que Pablo nos da 5 principios bien claros para poder resolver los conflictos. Dice acá que cada persona tiene que practicar la humildad, no un poquito, no todo humildad pero dice acá con toda la humildad. Dice que si yo tengo un problema con mi esposa, a fin de que yo pueda resolver ese problema, voy a tener que ser humilde. El orgullo, trata siempre de poder culpar uno al otro. Me doy cuenta de que hice algo mal pero culpo a otro y digo: tú me causaste hacerlo! Otro ejemplo: si tú no hubieras hecho eso, yo no hubiera hecho esto.
Eso es lo que hace el orgullo. Uno puede ver el orgullo en la Biblia, regresando hacia atrás, a partir del Jardín del Edén. Cuando Adán fue confrontado en cuanto a su pecado, la inmediata respuesta de él fue culpar a su esposa. Pero esa no es la manera en la que la humildad responde. La humildad responde a realmente estar dispuesto a ver mi falta.
Si yo tengo un problema con mi esposa, y de verdad deseo resolver ese problema, en vez de decir que yo soy el que estoy bien o tratar de “ganar” esa discusión; tengo que estar dispuesto a examinarme a mí mismo. ¿Qué parte he tenido yo en este conflicto?
Hay muchos pasajes en las escrituras que tratan con este principio. Hay un pasaje que es muy claro, y se encuentra en el libro de Mateo, capítulo 7. Allí, el Señor Jesucristo está desafiando a quienes está hablando, y les dice que antes de que ellos vayan y estén confrontando a otra persona, ellos tienen la responsabilidad de examinarse primero a ellos mismos. Y, el Señor Jesucristo lo advierte de esta manera: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Así que el desafío es que seamos capaces de resolver de manera apropiada el conflicto, y debo estar dispuesto, yo mismo, examinando mi propio corazón y estar dispuesto a tomar la responsabilidad personal.
Sandra: Un gran desafío para cada uno de nosotros. Nos despedimos hasta el próximo programa.