Señor ¿Cuánto tiempo aún? 2/4
21 febrero, 2008Señor ¿Cuánto tiempo aún? 4/4
21 febrero, 2008Titulo: “Señor ¿Cuánto tiempo aún? 3/4
Autor: NorbertLieth
Nº: PE1085
La parábola de la red, es una figura del juicio en la gran tribulación.-
Esta parábola permite reconocer, que la época de «La perla de gran precio» terminará con juicio. Se refiere en primer lugar al mar de las naciones, lo que es una figura del mundo de las naciones.
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«Señor ¿Cuánto tiempo aún? 3/4
Comenzamos nuestra meditación de hoy, estimado amigo, con el séptimo punto de «La parábola de la perla de gran precio – una figura para la iglesia»:
Punto 7.La perla recién entonces se hace visible como una preciosidad, cuando sale del lugar de su formación.
La Iglesia se formó aquí en la tierra por la obra del Espíritu Santo. Recién cuando a través del arrebatamiento ella haya sido tomada de la tierra (el lugar de su formación) al cielo, será la perla pura visible en la mano de Jesucristo. Aunque el Señor ya haya pagado en la redención en la cruz del Gólgota el precio completo por la «perla de gran precio'', recién en el arrebatamiento Su Iglesia será completada, acabada y, ante el mundo visible e invisible, vista como Su pertenencia adquirida por alto precio.
Lo que sucede inmediatamente después, nos lo enseña la tercer parábola.
Esta esLa parábola de la red, que es una figura del juicio en la gran tribulación.-
Dice la Biblia en Mateo 13:47-51: «Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada en el mar y juntó toda clase de peces. Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno en cestas y echaron fuera lo malo. Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes. ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron: Sí''
Esta parábola nos permite reconocer, que nuestra época terminará con juicio. Se refiere en primer lugar al mar de las naciones, porque la red fue «echada en el mar'', lo que es una figura del mundo de las naciones.
Al final de la gran tribulación los ángeles de Dios harán dos cosas:
En primer lugar a los judíos, que hasta este momento no hayan regresado a Israel, los arrebatarán de todas las naciones del mundo hacia Jerusalén donde se encontrará su Rey: «El enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro'' (Mt. 24:30-31).
En segundo lugar, al mismo tiempo ejecutarán un juicio de separación; «Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego.'' Los justos entrarán en el reino de paz de mil años con Jesucristo, los malos, o sea, los injustos, serán echados en el horno de fuego.
Estimado amigo, para este tiempo el Señor Jesús habrá regresado con Su Iglesia (la «perla de gran precio'') para juntamente con ella poner a salvo el tesoro (=Israel), comprado anteriormente por El. ¡Entonces Israel será exaltado ante todo el mundo! ¡Primeramente habrá un tremendo asombro, pero después un gran júbilo, sí, un eterno «aleluya'' resonará, cuando Jesús el Rey de reyes y Señor de señores con Su «perla preciosa'', Su Iglesia, haya regresado y reúna Su «tesoro'', el judaísmo de todo el mundo, en Jerusalén, para salvar a todo Israel de las garras de la «bestia'', del anticristo!
Al final de la tercer parábola de la «red'' nos es aclarado, cuando el Señor Jesús dice: «Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas'' (Mt. 13:52). Este «padre de familia'' es Jesucristo, el verdadero Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios. El velo de lo santísimo en el cielo se abrirá, y El, como «padre de familia'', saldrá y _ a los ojos de todo el mundo _ colocará: cosas nuevas y viejas, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, Israel y la Iglesia, ambos comprados por Su sangre de Cordero derramada en la cruz del Gólgota. ¡Qué admiración ocasionará esto! ¡Cómo relucirán este «Tesoro'' y esta «perla preciosa'' en sus manos, en las cuales una vez estaban grabados los clavos de la cruz, y con las cuales El compró a Israel y a la Iglesia! Si reflexionamos sobre todo esto tan maravilloso, lo sumamente glorioso que aún nos espera a nosotros los cristianos renacidos y a Su pueblo Israel, entonces la pregunta en nosotros se hace cada vez más audible: ¿Cuándo sucederá todo esto?
Querido amigo aquí viene nuestra pregunta: Señor, ¿cuánto tiempo aún?
Escuchemos algo de música y enseguida regresamos.
Estimado amigo, nos habíamos quedado con nuestra interrogante: Señor, ¿cuánto tiempo aún?
De que hasta ese momento ya no falta mucho, lo podemos reconocer en tres acontecimientos en nuestros días:
En primer lugar está cerca el tiempo en que el Señor pise sobre el «campo'' (la tierra de Israel), para sacar el «tesoro''
Casi por dos mil años el «tesoro'' (Israel) permaneció oculto. Ahora está delante de la puerta el tercer milenio desde el nacimiento de Jesús. Desde 1948 el Señor _ hablando figuradamente _ está cavando, para sacar a la superficie al Israel oculto. Ha tomado otra vez posesión del «campo'', haciendo esto, trayendo muchos judíos de todo el mundo a Su tierra.
En esto consiste la gran honra de nuestro Señor, en que El mantuvo por tanto tiempo oculto a Israel en Su maravilloso plan de salvación. Dice en Proverbios 25:2a: «Es gloria de Dios ocultar una cosa…'' Pero ahora el triunfo del Señor consiste en sacar a la superficie el «tesoro'' hasta ahora escondido. Pero, ¿por qué sabemos que el tiempo para esto está muy cerca? Porque mirando todo el contexto bíblico profético, surge claramente de las citas antiguo-testamentarias. Sobre el éxodo del pueblo de Israel de Egipto leemos: «Se pusieron en marcha desde Ramesés el día 15 del mes primero, que era el segundo día de la Pascua. Los hijos de Israel salieron osadamente, a la vista de todos los egipcios''. Esto quiere decir, que la redención de Israel ya tuvo lugar en la fiesta de pascua, cuando para cada comunidad de familia judía, un cordero fue inmolado, y su sangre fue colocada en el dintel y en ambos postes de la casa. Allí Dios, a través de la sangre derramada de cada cordero inmolado, pagó el precio para la salvación de Israel de la esclavitud de Egipto. El efecto práctico de la sangre, los israelitas recién lo experimentaron dos días más tarde, en su salida de Egipto. ¡Tanto tiempo permaneció oculto! ¿No encaja esto justamente en el plan profético de salvación de Dios, en Su maravilloso consejo? La salvación de Israel de la esclavitud de Satanás y del pecado sucedió hace dos mil años atrás en la cruz del Gólgota, cuando Jesús su Cordero de Pascua fue sacrificado. El efecto práctico de esto Israel recién lo experimentará después de estos dos mil años (dos días de Dios8), que ahora casi han pasado. Esto también coincide con Oseas 6:2, donde está escrito: «El nos dará vida después de dos días…'' (Oseas 6:2a). Mucho tiempo Israel permanecerá oculto, pero entonces se «manifestará'', sí, por el Señor mismo será introducido en el milenio de paz. Los dos mil años en los que el Señor mantuvo oculto el «tesoro'' (Israel), fue el tiempo de las «perlas costosas'', de la Iglesia de Jesús. Y nosotros, hoy día, somos la generación de la Iglesia que puede experimentar como el Señor realmente en el fin de los dos mil años, está trabajando para sacar a luz el «tesoro'', que ya casi es visible. Parece como si el Señor sólo tuviera que quitar la última costra dura de tierra, antes que la tapa pueda ser levantada, antes que la gloria completa de Israel, en su Mesías, sea manifiesta ante todo el mundo.
Querido amigo, en el libro del profeta Oseas dice a continuación: «…al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él.'' (Oseas 6:2b). Israel, en aquel entonces, al tercer día dejó Egipto, la tierra de su esclavitud, y pasó por el Mar Rojo dividido por Dios, llegando así a la libertad. Este tercer milenio que está delante de la puerta, ¿traerá la libertad de Israel? Pero,¿Qué le parece si contestamos esta pregunta en el próximo programa?
Hasta pronto y que Dios le bendiga!