¿Cristiano ó Religioso?
19 enero, 2011Insensatos por Amor a Jesús (1ª parte)
22 enero, 2011Ser & Hacer
Autor: Herman Hartwich
Un muy interesante programa de Herman Hartwich, el cual habla sobre el «Ser y el Hacer». Los que “son y hacen” no caen. Pero, los que conocen y no son ni hacen, caen y grande es su ruina
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PE1581- Estudio Bíblico – Ser & Hacer
¿Qué son algunas de las palabras claves que usan los psicólogos para ser felices y exitosos? Yo creo que hoy en día se habla mucho de la convivencia y para ello, cuando se habla de la convivencia se habla mucho del diálogo y la tolerancia.
Estaba pensando que hay millones que dialogan, hay millones que son tolerantes y todos ellos son parte de la “mayoría desgraciada”. No son de la “mayoría feliz”.
Los principios para la vida sólida, consistente, exitosa, feliz, las da el Señor Jesús, y es seguro, que quien las aplique sinceramente no fallará. Yo quiero remitirme a las palabras de Mateo en el capítulo 7 al final del sermón del monte cuando dice:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”
Jesús cierra este primer sermón de su ministerio presentando a estos dos tipos de edificadores. Siempre habló de 2 tipos, nunca habló de un tercero. Ni uno más o menos, si mis amigos, pongan atención, si ustedes leen los evangelios encontrarán, 2 tipos, 2 caminos, 2 edificadores, y así sigue siempre “2”… no hay una tercera opción.
Aquí tenemos prudentes –los bien fundamentados– o los insensatos –los mal fundamentados.
Ambos conocen las reglasy las oyen, pero el oír, solo el oír no lleva al éxito sino hasta que se aplique la regla. Voy a ir aún más lejos, diría “ser”, es decir, muchos aplican exteriormente, supersticiosamente, sin “ser interiormente”… ¿me explico? una acción legal no es lo mismo que una acción natural, espiritual.
Saber o conocer no es “ser”. Dice el Señor en Su Palabra que los que “son y hacen” no caen. Pero los que “conocen y no son ni hacen” caen.
Y agrega un par de palabras “grande es su ruina”. Jesús dijo que él vino a dar vida y vida en abundancia. Pero no es por arte de magia. No la derrama sobre nosotros como si se tratara de un toque con la varita mágica como en los cuentos de hadas. Para obtener – o acceder – a esta vida hay que trabajar comenzando desde dentro, con el espíritu y el alma, la cual tiene que nacer de nuevo. El Señor conoce nuestro estado “caído” por la desobediencia y sabe cómo restaurar la imagen perdida. Por eso el comienzo del sermón comenzó como está en el evangelio“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace…”.
El capítulo 5 dice – por ejemplo – que tenemos que reconocer nuestra pobreza espiritual, estamos desprotegidos, somos malos y hacemos lo malo como seres humanos.
Hay que llorar, hay que dolerse por el mal que está en nosotros. La mayoría no se duelen, no se arrepienten sino que se justifican constantemente atribuyendo sus debilidades y pecados a los antepasados, a la enseñanza, a los hábitos que han recibido de otras personas, a sus traumas y así podríamos seguir la interminable lista de las auto-justificaciones.
Hay que ser manso. Hay que dejarse domar, es decir, hay que dejarse enseñar por el Señor sin corcoveos. Cuanto mayor es nuestra resistencia, más difícil es llegar a la realidad de la verdadera felicidad.
Hay que ser justos. Pero no de acuerdo a nuestra justicia sino a la luz de la Verdadera Justicia, la de Dios. No basada en nuestro concepto de Dios sino en el de la Biblia, de Dios mismo. Jesús dice además que hay que ser misericordioso con los demás. De la misma forma que deseamos que sean misericordiosos con nosotros, es decir, no recibir lo que merecemos.
Hay que tener el corazón limpio. Esto solo viene por el nuevo nacimiento. El limpiamiento por la sangre de Jesucristo y la palabra de Dios.
hay que ser pacifista.Contrariamente a nuestra naturaleza caída que es violenta, arrogante, conflictiva, soberbia, que nunca desea ceder.
Hay que estar dispuesto a padecer.Especialmente cuando se padece por causa de la mentira.
Todo esto es parte de la vida exitosa. Contrariamente al pensamiento popular. Ahora, el resto del sermón, es como si fuera un desarrollo de los principios que tienen que ver con el “ser y el hacer”.
Lo que se “es” se muestra en el “hacer”. Pero el “hacer” que proviene de lo espiritual, de la verdad, no de la opresión legalista. Porque aquí la Palabra habla del testimonio sincero y activo como la sal y luz, habla del corazón, de los pensamientos que es de la fuente – o el origen – de las acciones contrarias a la ley de Dios.
El texto presenta una lista común y ordinaria de los pecados más comunes en nuestra sociedad. Voy a hacer una lista de unos 13 o 14, solo a modo de ejemplo: la ira, la violencia, la ofensa – de esas que son difíciles de reconocer –, el adulterio, la corrupción moral producto de una mente enferma. Este sermón encara el tema del divorcio, de la separación, del rompimiento del plan de Dios como base de una sociedad saludable y estable. También nos habla de la forma de hablar, de ese hablar ligero, sin fundamento verdadero y sin temor de las consecuencias.
Este pasaje nos habla de la relación saludable entre nosotros, basada en el amor y ejemplificada en Dios y no en los sentimientos egoístas como los nuestros. También debemos obrar no para los hombres, para recibir aplausos, sino para la aprobación de Dios. Este sermón nos enseña cómo orar, no como enseñan los paganos.
También debemos buscar los verdaderos tesoros que sirven ahora y por la eternidad, porque los tesoros materiales solo sirven por un corto tiempo y acarrean amarguras y problemas.
Debemos vigilar las “entradas” a nuestro ser interior a través del ojo, del oído, del tacto, del gusto, y el olfato. Porque a través de estos 5 sentidos se contamina nuestro centro, el corazón. Y la enfermedad número uno del mundo, debe ser evitada. ¿A cuál me refiero?… Jesús la encara, es el afán y de la ansiedad.
Todos sabemos que el mundo está enfermo de afán y de ansiedad. Debemos reconocer que ninguno de nosotros podemos resolver los problemas de los demás. Si ni siquiera sabe ni puede con los propios. Pues el único que puede es Jesucristo. No juzguemos.
Jesucristo dice que pretendemos solucionar la vida de los demás quitando la paja en el ojo ajeno teniendo una viga en el nuestro.
Jesús entrando “en el descuento” (llegando al final) del sermón, pronuncia la “máxima” (el climax). El dijo“así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque esto es la ley y los profetas”.
La invitación es a entrar en el camino de la felicidad por la puerta estrecha. La puerta es Jesucristo, no es necesariamente la más fácil, ni cómoda, pero resulta para bien. Aunque son los menos, no te preocupes, pues está comprobado que la mayoría no tiene la razón.
Este concepto de democracia no funciona con Dios. El hombre feliz es el que acepta la teocracia, el que no sigue el pensamiento de la mayoría. Justamente la minoría se inclina por Jesucristo.
Finalmente Jesús nos advierte de los resultados opuestos de lo que es una “persona”, el nos conoce no por lo que hacemos sino por lo que somos.
Jesús, en el final de este sermón anuncia lo que hemos visto en el principio de este encuentro… ‘unos oyen y lo hacen’, ‘son y lo hacen’. El otro oye pero no ‘es’, ni siquiera ‘hace’ como Dios dice.
Quieres
parecer hijo de Dios por tus actos externos o quieres
ser un hijo de Dios por el nuevo nacimiento, por recibir el perdón, por Su sacrificio en la cruz, por recibir el Espíritu Santo como sello y habitante de tu corazón.
Esta es la pregunta y el desafío que te presento. ¿Quieres
parecer ser un cristiano o quieres
ser un verdadero cristiano? ¿Quieres ser religioso? ¿O quieres tener una relación personal con Dios? En ti está la elección, tú tienes la capacidad para tomar la decisión. Que Dios te bendiga.