Testimonio de un matrimonio motivador

Hablamos con Hanna y Kim, dos misioneros de Dinamarca que están sirviendo al Señor en Honduras, un país con problemas como corrupción, violencia y tráfico de drogas Te invitamos a conocerlos más y aprender cómo llegaron a Honduras, cómo trabajan allí, y qué han aprendido en este tiempo de servicio en el país.

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EA738 – Entre Amigas –
Testimonio de un matrimonio motivador

Entrevista a Hanna y Kim

Sandra: Bueno amigas, estamos en esta oportunidad con un matrimonio que viene desde muy lejos, se trata de Hanna y de Kim. Ellos son misioneros en Tegucigalpa, Honduras. ¿Cómo están?

Hanna: Muy bien, gracias.

Kim: ¡Hola!

Sandra: Ellos particularmente están motivando voluntarios, ¿desde dónde traen voluntarios para colaborar en Honduras?

Kim: Todos los voluntarios son de Dinamarca. En este momento tenemos 9 voluntarios de Dinamarca que vinieron el fin de semana anterior. Ahora están aprendiendo español y el 6 de febrero cada uno va a ir a sus proyectos, van a ir a diferentes orfanatos en Tegucigalpa y en otros pueblos también. Más tarde tendremos otras capacitaciones con los voluntarios y les estaremos enseñando sobre la cultura de Honduras y de Centroamérica, y sobre los distintos problemas que hay aquí, como la violencia, la corrupción, y el tráfico de drogas.

Sandra: ¿Qué características tienen los voluntarios? ¿Son jóvenes? ¿Son hombres o mujeres? ¿Son cristianos? ¿Quiénes son?

Hanna: Parece que la mayoría de los voluntarios son cristianos. Viajan a través de una organización cristiana de Dinamarca, a través del programa Impact, que es parte de la organización. La mayoría de los voluntarios son chicas, y son casi todos jóvenes que han terminado su tiempo en la secundaria y quieren viajar un poco antes de entrar en la universidad. También hay algunos que ya han terminado su carrera universitaria, y ellos pueden ayudar con otras cosas. Siempre estamos buscando formas en que los voluntarios puedan ayudar con sus capacidades y talentos diferentes.

Sandra: Hanna, tú también fuiste voluntaria. ¿Cómo fue tu experiencia, y cuanto hace de eso?

Hanna: Estuve por primera vez en Honduras en el 2008 como voluntaria, trabajé en un proyecto que se llama Fundación Manuelito, que es un proyecto que se fundó después del huracán en 1998, después del cual muchos niños quedaron huérfanos. Estuve viviendo aquí y trabajando en este proyecto por seis meses con 9 varones. Fue una experiencia muy buena para mí, y aprendí mucho. Yo quería viajar para dar algo, para dar lo que había aprendido en la escuela, para ayudar, pero cuando regresé me di cuenta de que yo había recibido mucho más de lo que había dado. Eso fue una experiencia muy buena para mí.

Sandra: Es un consejo de la Biblia, ¿no? Más bienaventurado es dar que recibir.

Hanna: Sí, exactamente.

Sandra: Y te iba a preguntar, ¿cómo llegó a tus manos la invitación para ser voluntaria en un país centroamericano? ¿Cómo te enteraste, por qué viniste a ayudar?

Hanna: Creo que tuve este deseo por muchos años, de irme a otro país y experimentar otra cultura, qué le puedo dar a otra gente, cómo puedo ayudar. Así que cuando terminé la secundaria quería viajar antes de estudiar en la universidad.

Sandra: ¿Así que después volviste y estudiaste una carrera en Dinamarca?

Hanna: Sí, aunque sabía que quería regresar a Honduras otra vez porque me había enamorado del país, y aún mas de la gente, del corazón de las personas. Por eso quería regresar, pero antes quería tener una educación.

Sandra: ¿Qué estudiaste?

Hanna: Soy trabajadora social en problemas internacionales e interculturales.

Sandra: Bien apropiado para lo que querías hacer.

Hanna: Sí, aunque siempre hay problemas, siempre hay desafíos, pero sí, tengo mucho conocimiento teórico, y todavía estoy aprendiendo.

Sandra: Kim, ¿cómo fue que empezaste tú con esta actividad? ¿Ya eran novios o ya estaban casados cuando Hanna tuvo su experiencia?

Kim: No, yo no conocía a Hanna cuando fui a Honduras. Recién un año después, cuando ella regresó a Dinamarca, nos conocimos. En ese tiempo terminé mis estudios como maestro, y yo quería ir a África para enseñarle a los niños allá, pero encontré a Hanna. Nosotros hablamos de ir juntos a otro país para servir. Así que, ya estando casados, después de cuatro años, decidimos ir juntos a Honduras. Y ahora aquí estamos.

Sandra: Ya para ir terminando, ¿cómo piensan que Dios ha trabajado o moldeado las vidas de ustedes a través de esta experiencia?

Hanna: Es una pregunta muy amplia. Algunas veces siento que en Dinamarca es más difícil sentir realmente la presencia de Dios porque allí tengo todo lo que necesito, no nos falta nada, pero aquí es diferente. Podemos ver el obrar de Dios y sentir que está con nosotros. Hemos experimentado que Dios nos ha ayudado mucho en este tiempo, con cosas grandes y con cosas pequeñas también. Mi fe personal ha crecido mucho en Honduras.

Kim: También hemos recibido mucho apoyo de las iglesias en Dinamarca, tanto de nuestra iglesia como de la iglesia de mis padres y de la iglesia de los padres de Hanna. Es una gran experiencia, ya que por medio del apoyo que recibimos podemos ver que Dios está con nosotros.

Sandra: Muchas gracias, fue muy lindo conocerlos. Espero que puedan contagiar a los otros voluntarios con esto mismo que les pasó a ustedes.

Hanna: Gracias.